Entregan una bazuca a la Policía de LA
Poco después de que la Policía de Los Ángeles empezó a recibir armas de fuego en una iglesia de Mid-Wilshire, como parte del programa de intercambio de pistolas y rifles por vales (Gun Buyback), alguien entregó un artefacto militar que dejó helados a los agentes, una bazuca.
Poco después de que la Policía de Los Ángeles empezó a recibir armas de fuego en una iglesia de Mid-Wilshire, como parte del programa de intercambio de pistolas y rifles por vales (Gun Buyback), alguien entregó un artefacto militar que dejó helados a los agentes, una bazuca.
Su dueño lo llevó en la cajuela de su auto y los policías lo tomaron sin preguntarle cómo consiguió o en qué usó el lanzagranadas, que suele ser empleado para atacar vehículos blindados y tanques de guerra. Como establece la política de privacidad del programa, tampoco le pidieron su información personal.
“Vino como todos los demás, se formó en su coche y lo entregó”, contó el agente Meléndez a La Opinión sobre la forma en que recibieron el poderoso artefacto, de color verde militar y en cuyo cañón podría entrar el brazo de una persona.
Luego de verificar que la bazuca no estaba cargada, los policías le entregaron un vale por 200 dólares y la persona se retiró del lugar.
“¡Dios mío! ¡Un lanzagranadas!”, expresó sorprendido el alcalde Antonio Villaraigosa al darse cuenta de lo que hacía poco habían entregado en una de las seis locaciones donde este sábado operó el programa de intercambio de armas, una de sus estrategias para reducir la tasa delictiva en la ciudad.
“Como pueden ver no sólo sacamos pistolas de las calles”, celebró el funcionario.
En la primera hora del programa, la Policía había recibido más de 560 armas, que se suman a las 6,000 que la corporación ha obtenido en los últimos tres años. La meta de ayer era obtener y destruir más de 2,000 armas, número limitado por los fondos que este año obtuvo la Alcaldía.
Por cuarta ocasión, la estrategia se realizó poco antes de la celebración del Día de las Madres. “Porque las madres son una fuerte influencia en las familias para reducir la violencia”, explicó el jefe de la Policía angelina, Charles Beck.
El resultado, indicó, ha sido una disminución del 20% en los delitos relacionados con las armas de fuego desde que se implementó el plan. “Este programa forma parte de las estrategias que usamos para reducir la violencia en nuestra ciudad”, insistió Beck. “No es la única, pero es una pieza efectiva”.
Guillermo Céspedes, director de la Oficina de Reducción de Pandillas y Desarrollo Juvenil de la Alcaldía (GRYD), recalcó que el propósito del programa Buy Gunback es salvar vidas.
“A nivel nacional el 85% de los homicidios se cometen con revólveres, pistolas, armas automáticas. Si miramos diez revólveres ahí [señala una mesa con parte del armamento entregado ayer en Mid-Wilshire], me parece que es bien importante, si esas son las armas que se están usando para cometer homicidios”, explicó.
Desde su implementación, la dinámica no ha cambiado: una persona lleva un arma en la cajuela de su vehículo a un centro de acopio, los policías la toman y le entregan un vale de 100 ó 200 dólares, según el tipo de armamento.
Las autoridades afirman que el anonimato es parte esencial de su éxito. “No sabemos el origen de las armas, es un proceso completamente anónimo”, comentó Céspedes.
Ayer, la Policía montó seis centros de acopio: uno en el Valle de San Fernando, otro en el área central, uno más en el noreste de la ciudad y tres en el Sur de Los Ángeles. La cifra final de armas incautadas este sábado se dará a conocer mañana lunes en una conferencia de prensa en el cuartel general de la Policía.
Beck, quien defendió que la efectividad de Gun Buyback ha sido comprobada a través de estudios, insistió que aunque sólo una vez al año las armas se intercambian por vales, es posible entregarlas en una estación de policía cualquier otro día sin ser cuestionado.
“No te pagaremos ese día, pero el arma estará fuera de tu casa”, señaló.