Separados y aún en espera
Familias siguen sufriendo la separación por no obtener un 'waiver'
Para entender lo que ciertas limitaciones a las leyes migratorias cuestan en términos humanos está la historia de Elizabeth Olivas, que ciertamente no es la única, sino que más bien, se ha convertido en un caso de los más comunes.
Elizabeth vivió desde los cuatro años en Indiana y, tras cumplir 18 años, debió tomar recientemente la decisión de salir a México para pedir su ajuste de estatus y un perdón migratorio para volver a entrar.
Pero llegó un día tarde. En vez de llegar el día 180, llegó el día 181, por un error de calendario en un año bisiesto. Ahora está atrapada del otro lado, sin poder volver a dar el discurso de orden en su graduación, que es este sábado en Frankfort, Indiana.
“Si hoy en día estuviera en vigencia lo que el Gobierno de Obama anunció hace meses, Elizabeth no tendría que haber salido del país, no estaría a punto de perder su graduación”, dijo su abogada, Sarah Moshe. “Su familia está sufriendo terriblemente y hay una gran incertidumbre de que pueda volver en los próximos tres años”.
Aunque el Gobierno estadounidense anunció en marzo los cambios para facilitar la unidad familiar en los perdones migratorios o waivers, por medio de los cuales una persona indocumentada con un patrocinador puede volver al país sin la prohibición de tres o 10 años, aún faltan meses en el proceso de modificar los reglamentos.
Hoy, 1 de junio, se cierra el proceso de 60 días de “comentarios” desde la publicación de la regla y aún después, pasarán varios meses hasta que pueda aplicarse. El propio director del Servicio de Ciudadanía e Inmigración de los Estados Unidos, Alejandro Mayorkas, estimó al anunciarla en marzo que esto no ocurriría hasta el último trimestre de este año.
Entretanto, los tristes casos de jóvenes familias separadas o angustiadas por una posible separación, con todas sus consecuencias económicas y sociales -amén de mentales para los hijos de esas parejas- se acumulan y multiplican.
Organizaciones que abogan por la aplicación amplia de estos perdones, e incluso por cambios que permitan a más personas beneficiarse, presentaron ayer un reporte que recopila una serie de casos. Durante una teleconferencia, varios de los afectados dieron también sus testimonios.
El caso de Olivas es el más reciente en recibir la atención mediática, pero está lejos de ser el único.
Marie Medina, residente del estado de Tennessee habló de la situación de su familia. Tras adoptar a los dos hijos del anterior matrimonio de su esposo, cuya madre los abusaba, ahora teme que si pide a su marido este tenga que pasar largo tiempo fuera del país esperando el famoso waiver.
“Cada vez que veo a mi marido pienso que en cualquier momento puede ocurrir que no lo voy a ver por mucho tiempo”, dijo Marie. “Costó ocho años de batallas lograr la custodia de los niños y le dijeron que si lo deportaban, perdería la custodia. Por eso los adopté”.
La lista de historias difíciles continúa en el reporte. Todos están en espera de los nuevos reglamentos para el waiver o perdón migratorio. Pero los propios activistas quieren modificaciones a la oferta de la administración Obama.
“Hay muchas familias y niños afectados por esta situación. La unidad familiar es un valor de la sociedad estadounidense y este es un cambio importante”, dijo Wendy Cervantez de First Focus.
Angélica Salas, de Chirla, y Judy London, de Public Counsel, indicaron que para que sea realmente efectivo el waiver se debe poder incluir a otros familiares que no sean inmediatos, como padres de ciudadanos, y un sistema de apelaciones para errores.
“Hace poco me negaron un caso por supuestos antecedentes penales de mi cliente. Pero no era él, habían confundido su archivo con el de otra persona”, dijo la abogada London. “Se necesita poder apelar cuando esas cosas ocurren”.
La abogada también advirtió que mientras no se apruebe la regla final, no se debe solicitar el waiver. “El mejor consejo es que ahorren para lograr un buen abogado y cuidarse de los fraudes”.
Este perdón beneficiará únicamente a familiares inmediatos de ciudadanos estadounidenses que estén procesando su residencia y que hayan pasado más de 6 meses indocumentados en los Estados Unidos. Antes, el proceso requería que estos salieran del país antes de solicitar el perdón y esperaran hasta que este fuera aprobado, lo cual generalmente llevaba a separaciones prolongadas entre las familias.
El nuevo proceso permitirá que soliciten el perdón aquí en los Estados Unidos, reciban uno temporal, y cuando su cita consultar esté lista, salgan del país brevemente a tener la entrevista, que en el caso de los ciudadanos mexicanos se realiza en Ciudad Juárez.
No obstante, para que este perdón temporal se emita, debe comprobarse que la ausencia prolongada del inmigrante causará “dificultades extremas” a un ciudadano familiar directo, que no tiene que ser el mismo que está solicitando a la persona.