¡Cuidado con los asaltos a adultos mayores! Con la pandemia muchos aprovechan para robarlos

Recomiendan no dejarlos salir solos y que se mantengan alertas ante cualquier sospecha de agresión

Abelardo Delgado fue víctima de un robo afuera de su casa, y a los tres meses, fallece. (Cortesía)

Abelardo Delgado fue víctima de un robo afuera de su casa, y a los tres meses, fallece. (Cortesía) Crédito: Cortesía

Eran entre las 12 y 1 de la tarde de octubre pasado cuando Abelardo Delgado y su esposa salieron a sentarse al porche de su casa en el este de Los Ángeles. Abelardo nunca imaginó que minutos después sería víctima de un robo, que con el tiempo, le afectó su estado emocional y lo llevó a la muerte.

“Cuando fui a tirar la basura, ví que a mi tío lo estaban levantado una señora y un señor porque se había caído en la banqueta. Le pregunté asustada qué había pasado. Ahí fue cuando me contó que unas mujeres en un carro le habían robado $100”, cuenta Yolanda Herrera, sobrina de Abelardo y quien fue su cuidadora durante 20 años.

Dice que ella estaba en la cocina cuando sucedió el percance. “A él le gustaba mucho sentarse en el porche al lado de su esposa que sufre demencia”.

Abelardo Delgado fue víctima de un robo en el este de Los Ángeles. El susto se lo llevó a la tumba. (Cortesía)

Su tío le platicó que de repente se estacionaron afuera de la casa, tres mujeres quienes lo llamaron para que se acercara a su vehículo.

“Al hacerlo, le trataron de vender una cadena de oro porque supuestamente traían a una mujer enferma en el carro y necesitaban dinero. Mi tío les dio $20”.

Pero luego las mujeres salieron con el cuento de que devolverían el dinero y le darían una bendición.

“Lo empezaron a persignar y le metieron la mano a la bolsa. Le sacaron $100, supuestamente le devolvieron los $20 envueltos en un montón de servilletas de papel y le dieron la cadenita de oro”.

Cuando Abelardo trató de caminar de regreso al porche, perdió el balance y cayó.

Las mujeres huyeron en un vehículo Toyota. Por supuesto, la cadena no tenía nada de oro, y no solo no le regresaron los $20 sino que le quitaron $100 más.

Yolanda cuenta que hicieron un reporte a la policía, pero nunca pudieron localizar a las mujeres; y pese a que tienen cámaras fuera de la casa, éstas no lograron capturar las caras ni las placas del carro. 

“Supimos que atracaron a otros adultos mayores en la misma área”.

A partir del robo, dice que su tío empezó a estar mal emocionalmente.

Con la caída se lastimó un hombro, pero lo peor fue que se quedó muy asustado. Empezaba a temblar cada vez que veía un carro”.

Antes del robo, Yolanda describe a su tío como muy activo, caminaba bien sin ayuda de bastón, y a veces cocinaba.

“Al poco tiempo sufrió un preinfarto y perdió el sentido. Tuvieron que venir los paramédicos”.

Y tres meses después del atraco, el 15 de enero, Abelardo falleció a los  97 años de un infarto al corazón.

A Yolanda no le queda duda de que el robo que sufrió su tío en octubre, influyó mucho para su muerte por el susto que se llevó.

Los ancianos debido a su fragilidad corren más riesgos de robos, abusos y agresiones. (EFE) Crédito: EFE

Población vulnerable

Los adultos mayores se han vuelto presa fácil de los ladrones no solo en Los Ángeles sino en muchas otras partes.

La forma en la que atacaron a Abelardo, es muy parecida al modo de operar de una banda de asaltantes de ancianos que fue muy buscada por la policía de Los Ángeles, el año pasado.

En noviembre, el Departamento de Policía de Los Ángeles (LAPD) reportó andar en la búsqueda de un hombre y una mujer que habían ejecutado una cadena de robos a ancianos en el centro, entre el 8 de febrero y 16 de noviembre del 2021. 

Se desconocía el número de víctimas. El modo de operar de los sospechosos consistía en aproximarse a sus víctimas en vehículos de alquiler, algunos con placas de fuera del estado, conducidos por hombres.

Las mujeres atacantes usaban una variedad de ganchos para atraer a los ancianos, desde preguntarles por direcciones para ir a una iglesia o farmacia, les ofrecía ayuda, les pedían comprarles oro, y les decían que querían bendecir su dinero.

Durante dos de los robos, los sospechosos soplaron un polvo en la cara de sus víctimas, antes de robar sus cosas y huir.

Una de las mujeres atracadoras siempre se sentaba al lado del pasajero del lado del vehículo durante los robos, mientras que la otra que atraía a las víctimas, iba en el asiento de atrás del lado del pasajero.

Algunas veces durante los robos traían a un menor en un asiento para carro.

Los investigadores del LAPD revelaron entonces que los tres sospechosos trabajaban en acuerdo con otro grupo de delincuentes con descripciones y métodos similares para cometer robos.

El jefe del Buró Central del LAPD, el capitán Al Labrada, dijo que los ladrones toman ventaja de los adultos mayores para robarlos y estafarlos, al acercárseles con el pretexto de ayudarlos con algo o hacer amistad.

“En ocasiones logran que se suban a sus carros. Hemos tenidos casos en los que los llevan a sacar dinero del banco”.

Sugirió estar atentos y alertas porque dijo que los sospechosos suelen ser oportunistas a la caza del momento para robar a los ancianos.

El robo sufrido por Abelardo ocurrió frente a la Iglesia Santa Lucia de las calles City Terrace y Hazard en el este de Los Ángeles.

Longevidad longevo Estados Unidos
Por su fragilidad, los ancianos son más expuestos a robos. (Pixabay) Crédito: Pixabay | Pixabay

En mayor riesgo

Patricia Guerrero, creadora del Club de Oro, una organización que organiza eventos de entretenimiento para las personas de la tercera edad, afirmó que esta comunidad es muy vulnerable a sufrir robos y abusos.

“Ya no tienen los mismos reflejos que una persona más joven, ni ven muy bien y eso los expone más a ser víctimas de la delincuencia”.

Comentó que muchos de ellos, después de las 6 de la tarde, ya no salen, sobre todo los que viven en el área del parque MacArthur.

Lo mejor es que no salgan solos y que siempre se hagan acompañar por otra persona más joven, o que se unan varios ancianos juntos”.

A los hijos les pidió estar más atentos de sus padres. “Estén al pendiente y comuníquese con ellos; y revisen cualquier documento que van a firmar para que no los vayan a estafar”.

Miguel Velásquez del Centro para Ancianos St. Barnabas asesora a adultos mayores. (Foto archivo de La Opinión de antes de la pandemia) Crédito: Aurelia Ventura< / copyrite> < / person>

La pandemia, un detonante

Miguel Velásquez, manejador del St. Barnabas Senior Center en el Mid-City de Los Ángeles, dijo que la pandemia ha influido para que los algunos adultos mayores sean víctimas de agresiones en público, porque a su juicio, mucha gente ha acumulado energía negativa.

“A una señora de 74 años que viene a nuestro centro, otra mujer, de manera ilógica y sin razón alguna, la agredió en una parada de autobuses, le rompió las costillas y la mandó al hospital hacer un par de semanas, en enero”.

Lamentablemente dijo que muchos ancianos temen reportar los robos y agresiones por miedo a perder beneficios del gobierno. 

Velazquez comentó que a partir de la pandemia, comenzaron a dar clases por teléfono para educarlos en la prevención de estafas y robos, incluido el de identidad. 

“Por ejemplo para que nadie fuera a llegar a sus casas haciéndose pasar como empleados del Departamento de Gas o de Agua, y quisieran entrar con el pretexto de revisar alguna falla cuando en realidad querían robarlos”.

Pero además estas clases buscan alertarlos de los riesgos que corren en paradas de autobuses y parques donde rápidamente pueden ser víctimas de atracos.

Velásquez, con años de experiencia de trabajo con ancianos, recomendó que nunca anden solos sino siempre en grupo.

“Traten de caminar cuando hay luz del día y no vayan a lugares aislados, y cuando vayan a pagar algo, eviten que alguien los vean”.

También aconsejó que no vayan solos al distrito de joyerías de Los Ángeles sino que se hagan acompañar.

“Ya tenemos 18 meses con clases para los adultos mayores; y esto nos ha ayudado a evitar que los asalten y roben”.

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