Maestros toman calles en el DF
La nueva Ley del Servicio Profesional Docente llegó a las manos de EPN

Maestros disidentes realizaban una manifestación ayer en el Paseo de la Reforma y mantenían bloqueadas una vez más, ayer, varias arterias importantes, en Ciudad de México. Crédito: EFE
MÉXICO, D. F. Una nueva Ley del Servicio Profesional Docente llegó ayer a las manos del presidente Enrique Peña Nieto para su publicación, después de ser aprobada durante la madrugada de ayer en el Senado, mientras miles de maestros protestaron en las calles de 22 estados en contra de ser evaluados exclusivamente por el Gobierno y la falta de debate sobre un nuevo modelo educativo.
En la capital del país marcharon por las principales avenidas entre malhumorados automovilistas afectados por el caos vial. “Urgente, urgente, evaluar al Presidente”, gritaron en coros de reproche a la aprobación del Congreso para que la Secretaría de Educación Pública (SEP) examine anualmente a los maestros de primaria y secundaria, una práctica que no se aplica a funcionarios públicos.
Los resultados de las evaluaciones no serán públicos. Se clasificarán de tal forma que ni siquiera a través de la ley de transparencia los padres de familia podrán saber la calidad de los maestros de sus hijos, pero de todos modos el ala rebelde del monopólico sindicato SNTE está inconforme.
La Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) exige que las evaluaciones a las que serán sometidos a partir de 2014 no las realice unilateralmente la SEP, sino que también sean valorados por directivos, maestros y padres de familia.
“No nos oponemos a la evaluación, lo que queremos es una multievaluación, pero el Gobierno no nos escucha”, explicó Juan José Ortega, dirigente de la Sección18 Magisterial en Michoacán, que prevé movilizaciones, planteos y bloqueos para rato.
Los inconformes se sienten excluidos además porque a partir de 2015 la nueva ley permitirá concursar por plazas de trabajo en la educación gratuita a profesionistas egresados de cualquier institución, una oportunidad reservada hasta ahora a los normalistas.
Desconfiados, los líderes de CNTE creen que los gobernantes estatales “darán preferencia a los egresados de universidades privadas”, sobre todo si el dueño de estas son los mismos mandatarios o sus amigos o parientes.
Pero más allá de malos pensamientos, el Ejecutivo destaca que la ley busca profesionalizar la educación: arrebata al sindicato el control de las plazas, las promociones y los estímulos.
También podrá despedir a maestros que se nieguen a la evaluación o a tomar los cursos de capacitación, o si se ausentan sin justificación tres veces al mes y obligará a los estados a transparentar la nómina del magisterio para evitar pagos fantasmas.
La analista del Centro de Investigación y Docencia Económica, Blanca Heredia, observó que lejos de las inconformidades, la Reforma Educativa que incluye la Ley del Servicio Profesional Docente es positiva ante necesidad de modernizar la maltrecha educación del país. “Por algo hay que empezar y elevar la calidad docente es de alta prioridad”.
Pendiente queda la inclusión de contenidos que hasta la fecha ignoran los planes de estudios como la cultura financiera, enseñanza del inglés, de habilidades cognitivas (para formar personalidades con disciplina o perseverancia, por ejemplo); o competencias fundacionales que ayudan a interpretar y sintetizar textos.
“Todo esto está cero atendido y hace falta incluir”, destacó Heredia.
La falta de discusión del modelo educativo es otra de las molestias que tiene en paro a los profesores disidentes que veían venir “una reforma coja”, centrada en controlar al magisterio más que en la utilidad de lo que se aprende en las aulas.
Desde el inicio del curso escolar, el 20 de agosto pasado, montaron un campamento masivo en el Zócalo del Distrito Federal. A cada paso de la discusión de la ley salen a las calles. Lo que sigue, dicen, es tomar las aulas y crear su propio sistema autónomo de educación. Está por verse si la SEP seguirá entregando los salarios.