‘Al final paga el consumidor’

La guerra comercial contra el mundo y los aranceles de Trump ya afectan a pequeños empresarios y a los castigados bolsillos de los consumidores

José Luis Munguía, propietario de Jamín Peppers, un negocio de chiles frescos de primera calidad.

José Luis Munguía, propietario de Jamín Peppers, un negocio de chiles frescos de primera calidad. Crédito: Jorge Luis Macías | Impremedia

La guerra comercial de aranceles que desató la administración del presidente Donald Trump se asemeja más a una “guerrilla” aislacionista para Estados Unidos que solo va a provocar mayor inflación y una recesión económica que castigaría aun mas los bolsillos de los consumidores, vaticinan economistas, pequeños empresarios y consumidores.

“Ese tipo de medidas que está tomando el presidente Trump es supuestamente para ser lo más nacionalista que se pueda en la producción interna y que se consuma todo lo que aquí se fabrique, se cultive y se trabaje”, declaró el economista de origen ecuatoriano Carlos Guamán.

“Pero al mercado, a la Bolsa de Valores y a los economistas no les agradó ese tipo de noticia y especialmente cuando ya vienen aranceles también China y que dicen te voy a cobrar los mismos impuestos [34%] que tú me estás cobrando”.

“Esa guerra comercial se va a convertir en una guerrilla”, afirma Guamán. “Podría suceder un desmantelamiento de la economía global y provocar guerras comerciales más amplias”.

José Torres y su hija Genoveva compraron una piñata a $22 cuando en otros negocios se la vendían a $27.
Crédito: Jorge Luis Macías | Impremedia

El presidente ha utilizado una retórica agresiva indicando que el país  “ha sido saqueado, expoliado y violado”, tras imponer aranceles base del 10% a muchos países que mantienen superávits comerciales significativos con Estados Unidos.

No convence a empresarios

La táctica de Trump, sin embargo, no convence a los pequeños empresarios como Zulma Ríos, quien hace apenas cinco meses abrió su negocio Big Roses Wholesale en el mercado de las flores de Los Ángeles.

“Pienso que detrás de las tarifas hay una estrategia”, dijo la señora Ríos, originaria de San Salvador. “Puede que quieran dejar caer la economía y después levantarla, con lo que los únicos que saldrían ganando son los ricos que tienen todo el dinero”.

Preferentemente, la señora Ríos vende rosas importadas de México que, antes de la llegada de Trump a la Casa Blanca, una docena costaba $20.00, pero con el 25% de impuestos que impuso inicialmente, ella debió elevar los precios a $27.00 o hasta $29.00.

“Todo estaba muy caro”, dijo a La Opinión. “No creo que sea una estrategia para crear desorden, sino para que al final los ricos inviertan en levantar la economía y seguir explotando a todos los demás. No creo que Trump trabaje estúpidamente para acabar con la economía de Estados Unidos, pero sí creo que, como una cadena, todos los precios se van a ir para arriba”.

Las medidas económicas de la administración republicana y el incremento histórico de impuestos a gran parte de todos los países del mundo, podría ser una transición dolorosa para para la economía de la clase media, particularmente con el encarecimiento de la vivienda, automóviles y ropa.

‘Todo está duro ahorita’

José Luis Munguía, propietario de Jamin Peppers (J.T. Brokerage), un negocio que ofrece chiles frescos de primera calidad, seleccionados a mano por su intenso sabor e importados desde 1992 de México, recordó que desde que Trump asumió la presidencia, a las 20 toneladas de producto le agregaron un 25% más.

“Si antes pagaba $40,000 dólares, ahora son entre $50,000 y $50,000 dólares lo que hay que pagar”, dijo.

Munguía aplica el cargo extra a los distribuidores y ellos al cliente.

“Es fácil explicarlo”, añadió. “Por ejemplo, si tú vas a la marqueta [supermercado] y compras chile pasilla y pagas dos dólares por una libra, a mí me costó un dólar y el porcentaje de los impuestos termina pagándolos el consumidor”.

¿No crees que esta situación económica va a inhibir a los consumidores, quienes van a gastar menos, priorizando el pago de la renta, antes que la comida?

“Claro. Una partida increíblemente brutal será con la que el que tiene que cargar quien pague los platos rotos”, respondió el empresario latino.

“Honestamente, todo está duro ahorita y, aparte de eso, el trabajo está lento por todos lados. Todos  los productos están bien caros. Ve a la marqueta, ve a la gasolina o donde sea, pero el sueldo no sube, sigue igual”.

José Luis Munguía analizó que los aranceles que aplicó Trump al mundo incidirán para que disminuya el volumen de ventas porque el consumo no será igual.

“Si una familia compraba una libra de chiles, solamente irá a comprar lo que va a usar para el día o máximo tres días”, vaticinó. “Con los sueldos que hay, ¿Quién va a poder pagar por los precios que están subiendo?”.

“Muchas personas harán recortes: no Irán a restaurantes ni de viaje, porque aparte la gasolina está cara y se va a poner duro por lo que resta del año, si no es que más. Creo que, definitivamente,  estamos al borde de una recesión porque la inflación continúa”.

Bajan ventas y clientes no regresan

Según Trading Economics, el  índice de vivienda, que mide el costo de la vivienda, aumentó un 4,4% durante el último año, el menor incremento en 12 meses desde enero de 2022.

Entre tanto, la Oficina de Estadísticas Laborales señaló que el  índice de precios al consumidor (IPC) para todos los alimentos aumentó un 0,2 % entre enero y febrero de 2025, y los precios de los alimentos fueron un 2,6 % más altos que en febrero de 2024.

Alma Carolina Tso, encargada de Games Party Supply, un negocio donde venden desde globos y piñatas hasta dulces típicos de México y numerosos artículos procedentes de China reconoció que el 34% de aranceles que se aplicarían a la nación asiática les obligaría a incrementar los precios, tan pronto como el lunes 7 de abril.

“A muchos clientes les va a afectar el impuesto”, declaró. “Imagínese qué va a pasar si todo el tiempo se quejan de los precios, y eso no es porque uno quiera cobrarles de más. Nosotros no vamos a cobrar más o menos el porcentaje exacto, ni más ni menos”.

La dependiente del establecimiento que tiene 22 años de haberse fundado, dijo que ellos temen porque baje más la clientela.

“Desde enero, cuando Trump llegó a la presidencia nuestras ventas bajaron un 25%”, dijo. “Muchos clientes ya no regresaron, pero nosotros les decimos que nuestros productos son de calidad”.

Quienes creyeron en sus palabras fueron José Torres, un ganadero de Michoacán y su hija Genoveva Álvarez, quienes acudieron a comprar una piñata de siete picos que en otros negocios se la vendían a 27 dolares y en Games Party Supply la adquirieron por $22.00.

“Cada uno vende como quiere y al precio que quiere, y todo por la culpa de ese viejo desgraciado [Donald Trump”, dijo el señor Torres. “A nadie le alcanza ya el dinero para nada”.

Nadie se salvará

De hecho, con sus acciones Trump está cumpliendo una promesa clave de campaña al imponer lo que llamó aranceles “recíprocos” a sus socios comerciales, actuando sin la intervención del Congreso, por el poder que le confiere la Ley de Poderes de Emergencia Internacional de 1977.

Carlos Guamán, quien también es director ejecutivo de la Corporación El Triunfo, abundó que, si bien todos los consumidores “de a pie” son quienes pagaran los platos rotos a causa de los aranceles del presidente, “cuando usted vaya a la tienda a comprar, notará que ya está pagando de más. Nadie estará a salvo”.

Un ejemplo simple del aumento de precios fue notorio en un mercado Superior de la ciudad de Montebello, donde los chips de tortillas que costaban $7.99 hace dos semanas, ahora cuestan dos dólares más: $9.99.

“No solamente ellos, sino también las tiendas de Northgate Market aumentaron los precios en todo”, dijo “Noé”, un distribuidor de mercancías en ambos mercados a donde acude en gran mayoría la comunidad latina, quien no quiso proporcionar su apellido.

“Esta situación va a agravar la inflación y como los intereses son altos y la productividad del país no ha crecido al ritmo que quiere Trump, entonces tenemos que el fantasma de la recesión económica está tocando a la puerta nuevamente”, añadió Carlos Guamán.

Agregó que, si una persona no tiene empleo ni ahorros, todo lo que consuma le parecerá demasiado caro y sentirá como que se está ahogando económicamente y no tiene salida.

Aconsejó que, si alguien se encuentra en esa situación, lo mejor es saldar cuentas, no endeudarse ni hacer compras a largo plazo con altos intereses; tener un plan financiero de emergencia con reservas de dinero para “aguantar” como mínimo entre tres y seis meses en caso de perder el empleo.

¿A partir de cuándo los consumidores de a pie comenzarán a resentir ese cambio en los en los precios?

Todo esto va a comenzar a notarlo usted tan pronto como la próxima semana porque todo esto va, es por eso que la Bolsa de Valores siente esa ansiedad, esta incertidumbre porque no se ven los resultados serios, entonces hay mucha preocupación.

El especialista indicó que habrá que esperar unos seis meses para ver como avanza la estrategia del presidente Trump; no obstante, no se manifestó muy optimista.

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