Padre de familia es arrestado al presentarse a entrevista para residencia
Jamás se le ocurrió pensar que le tenían preparada una emboscada para arrestarlo y deportarlo

Erick Fuentes fue deportado a Guatemala. Crédito: Ketzia Umaña | Cortesía
Erick Fuentes nunca sospechó que al acudir a una entrevista en las oficinas del Servicio de Ciudadanía y Migración (USCIS) en Los Ángeles, sería arrestado y días después deportado a Guatemala, dejando a su esposa y a su hija sumidas en una inesperada y profunda tristeza.
Para apoyar a la familia de Erick con donativos, visita la página de GoFundMe Support Erick: A Good Man Separated from Family.
“Nos llegó una carta para que me presentara a una entrevista en relación con la petición I-130 que había hecho mi esposa para mi residencia con base en nuestro matrimonio. La entrevista fluyó bastante bien, aunque el oficial me dijo que sí sabía que tenía una deportación, a lo que respondí que sí”.
Erick recuerda que el oficial era latino, hablaba español y los trató muy bien.
“Fue muy buen actor. Hasta me dijo que yo calificaba para la residencia”, dice.
A la entrevista se había hecho acompañar por su esposa y su hijo, a quienes después de algunas preguntas, el oficial de USCIS, les pidió salir y aguardar en un pasillo.
“Yo no sospeché nada; aún cuando me dijo que necesitaba sacarle copias a mi pasaporte y a mi DPI (la tarjeta de identificación de Guatemala). Se levantó y salió. Al poco rato llegaron dos agentes del ICE (Servicio de Migración y Aduanas) y me dijeron que estaba detenido. No me dieron ninguna explicación”.

Así fue como menos de una hora, cambió la vida de Erick.
Se lo llevaron al Centro de Detención del ICE en Los Ángeles donde estuvo todo el día, y como a las ocho de la noche, encadenado de pies a cintura y manos, lo trasladaron al Centro de Detención de Adelanto.
“Pensé en decirles a los oficiales que nomás le faltó ponerle el bozal como al criminal serial de la película Hannibal”, dice.
Tres días después, a las tres de la mañana subieron a Erick a un avión rumbo a Arizona; de ahí lo montaron a otra aeronave con destino Houston donde subieron a más inmigrantes y los llevaron a un Centro de Detención en Louisiana.
El sábado 17 de mayo, cinco días después del arresto, de vuelta lo montaron a otro avión repleto de inmigrantes encadenados de pies a cintura. Esta vez escuchó decir que iban para Guatemala.
“En ese avión y en la detención conocí a muchas personas buenas, puros trabajadores, electricistas, pintores, mucha gente de bien, que uno no cree que se merezca ese final”.

Más de tres décadas
Erick tiene 54 años y llevaba 37 años en el país al que llegó de manera indocumentada. Tenía 23 años casado con la panameña-americana Katherina Aguirre. Vivía con su esposa y su hija Ketzia en Glendale, California. Era propietario de una compañía de remodelación de casas.
Fue en 1996 cuando Erick desesperado por arreglar su estatus migratorio fue a ver a un notario, quien presentó a su nombre una solicitud de asilo político, en la que se señalaba en una de las cláusulas que de ser negado, se autodeportaría.
Cuando tiempo después se presentó a una audiencia para su petición de asilo, el juez determinó que no calificaba.
“Ese notario trabajaba con un abogado que me acompañó a la cita con el juez, pero no me asesoró para nada y ni siquiera conocía bien mi caso. Solo me dijo después del fallo del juez, que podíamos apelar y someter otra aplicación. Yo la verdad, ya no quise hacer nada con el notario. Al investigar me di cuenta que mi caso no era tan fuerte para pedir el asilo”, dice.
A Erick no les olvidaba que había firmado la deportación voluntaria, pero confiaba en que con el tiempo encontraría alguna forma de salir de las sombras.
Cuando el expresidente Biden estableció la política Parole in Place para mantener a las familias unidas, permitiendo a personas indocumentadas casadas con ciudadanos estadounidenses, arreglar la residencia permanente sin salir del país, si llevaban más de diez años en Estados Unidos, Erick fue de los primeros en solicitar dicho alivio.
“Me dijeron que yo calificaba. Todo iba bien”.
El Parole in Place dejó de ser una opción para el guatemalteco cuando el 7 de noviembre pasado, un juez federal en Texas emitió un fallo que eliminó el programa.
En el 2022, por medio de su esposa ciudadana había presentado una petición I-130 como primer paso para solicitar la residencia permanente.
“Fue a partir de esa petición, que nos llegó la carta para la entrevista del 12 de mayo según nos dijeron que era certificar que el matrimonio se realizó de buena fe y vivíamos juntos”.

De regreso a Guatemala
Entrevistado vía Zoom hasta Guatemala, Erick dice que siente que está viviendo un mal sueño.
“No lo vi venir. Pensé que el USCIS y el ICE no estaban conectados. Eso me dio tranquilidad para ir a la entrevista ”.
Erick dice que dejó su vida entera en Estados Unidos.
“Yo era el sostén de mi casa. Mi hija trabaja, pero básicamente usa su dinero para pagar sus préstamos educativos y está haciendo su maestría. Mi esposa Katrina solo trabaja tres horas y media al día”.
Pese a todo, dice que al llegar a Guatemala, de alguna manera se sintió aliviado.
“Al menos no me mandaron a la cárcel de El Salvador. Gracias a Dios nunca me he hecho ningún tatuaje”.

Vayan preparados
Tras su arresto y deportación, Erick aconseja a los inmigrantes que se presenten a una entrevista de migración, ir preparados para una eventual detención, sobre todo si tienen algo pendiente.
“Tengan por seguro que los van a arrestar. Si me lo hubieran dicho a mí, tal vez lo habría hecho de otra manera. Si tienes una deportación o algún delito como un DIU (manejar bajo la influencia) te van a arrestar”.
También recomiendan que se preparen para lo que pueda pasar. “Pongan a su esposa en la cuenta del banco, dejen lista una carta poder. Yo ahora estoy batallando para hacerle una a mi esposa; y arreglen un lugar a donde pueda llegar en caso de deportación. Es muy difícil llegar a un país, y no tener nada. Hay que prepararse para lo que pueda pasar”.

Una familia destrozada
Erick dice que su hija y su esposa están muy afectadas, pero Katherina comenta que su esposo se hace el valiente, pero está sufriendo mucho.
Tanto ella como su hija Ketzia viajaron de inmediato a Guatemala para llevarle ropa y acompañarlo.
“Estos días que he estado aquí, veo que su cuerpo salta, y su cara tiembla cuando duerme”, dice Katherina.
Comparte que el ICE interrumpió su vida en familia de una manera brutal sin tocarse el corazón.
“Lo más triste es que dicen que se van a llevar a puros criminales. Mi esposo no es ningún criminal, y se están llevando a muchas personas que agarran al ir al trabajo y pagan impuestos. Ni siquiera los dejan que llamen a su familia. Si no fuera por la esposa de un detenido que nos avisó, todavía no sabríamos a dónde está mi esposo”.
Su hija Ketzia no oculta sus sentimientos.
“Tengo mucha tristeza y resentimiento. No me imagino mi vida en él”, dice Ketzia, quien ve a Erick como su padre, porque llegó a su vida cuando ella apenas tenía un año.
Por ahora Erick se quedará en Guatemala en la casa de su hermana.
“Nosotros tenemos que regresar a California para ver cómo continuamos, y a pelear para que lo regresen al país. Al final nos dieron la carta de aprobación de la petición I-130”.