Franno, el doctor que quiere curar con música

Por casi 20 años, Camilo Cortesi se ha dedicado a curar cuerpos y a salvar vidas en las salas de emergencia de su natal Chile y del Centro Médico Kaiser del área de la bahía de San Francisco.

Pero ver morir a entre tres y cuatro personas diarias durante la pandemia lo hizo pensar en lo frágil que es la vida y en el poco tiempo que tienen los seres humanos para luchar por cumplir sus metas.

“Tenía estos sueños tan grandes desde que era niño que dije, ‘tengo que seguir esta pasión'”, asegura.

Esta pasión tiene que ver con la música. Camilo ama la música tanto como a su profesión de médico, pero el miedo al fracaso como artista, como le sucedió a uno de sus tíos, lo llevó por el camino que consideró más seguro; se inscribió en la facultad de medicina y trabajó en la sala de emergencias por unos años.

Luego, con la meta de hacer una especialidad, emigró a Houston. Ahí aprendió el inglés y revalidó su título de doctor.

A la par, Camilo seguía escribiendo canciones, una pasión que comenzó desde que era muy chico. En el bachillerato, sin embargo, tuvo una pequeña probada de lo bonita que puede ser una carrera en la música cuando, con un grupo de compañeros, ganó un concurso de aficionados con un tema que él escribió. El grupo se llamaba Franno, nombre que Camilo adoptó años después como su nombre artístico.

Desde su llegada a Estados Unidos, Camilo ha hecho varias especialidades, una en nefrología y otra en cuidados intensivos. Ambas las cursó en universidades del norte de California, región donde ahora reside.

Y como las jornadas matadoras que solía trabajar durante la pandemia —hasta 28 días al mes— ya quedaron atrás, ahora Camilo tiene tiempo para dedicarle a la música. En mayo estrenó “Historia de amor”, un álbum que produjo Rafa Sardina, quien ha ganado 19 Grammys y trabajado en discos de Lady Gaga, Luis Miguel, Alejandro Sanz y otras luminarias.

“Le mandé un mensaje pensando en que quizá no me iba a contestar”, dijo Camilo. “Pero le gustó mi proyecto; la conexión [entre él y yo] es que él también estudió medicina”.

“Historia de amor” es una especie de homenaje a Sandro, un cantante argentino que tuvo un éxito arrasador en la década de los setentas y ochentas en América Latina y España. Era una especie de Elvis Presley que también vestía ropa entallada y enloquecía a sus seguidoras con sus movimientos corporales. Pero lo más emblemático de ese artista era su voz, una voz gruesa y estentórea.

El estilo de Camilo es similar —aunque con un giro más actual—, y con ello no solo quiere revivir una corriente que se ha perdido, dijo, sino también “revivir esa conexión de la música con los corazones de las personas”.

“Estas canciones son de lo más profundo de mi vida”, dijo sobre su disco. “Todas son mi historia; son poemas hechos canción”.

Los temas del álbum están conectados de forma cronológica —de ahí el nombre del disco—, desde el momento del enamoramiento, pasando por el efecto de amor, el florecimiento, el quiebre y hasta la reconciliación, si la hay.

“Es una historia de principio a fin contada de una forma muy poética y con gran contenido lírico”, señaló.

Camilo tiene mucha fe en que su proyecto musical crecerá hasta que pueda dedicarse a él de tiempo completo. El rápido crecimiento en sus redes sociales y los millones de vistas que tienen sus canciones —”Yo te amaré” logró dos millones en unas cuantas semanas—, son su mejor termómetro.

En cualquiera de los dos escenarios, Camilo —o Franno—, seguirá curando corazones.