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El calor extremo durante el embarazo puede significar una alerta urgente

as mujeres embarazadas requieren más líquidos para mantener una adecuada hidratación, lo que las hace más susceptibles a la deshidratación

El calor extremo durante el embarazo puede significar una alerta urgente

El estrés térmico afecta sobre manera a las embarazadas. Crédito: Alexander_Safonov | Shutterstock

La creciente intensidad de las olas de calor extremo, exacerbada por el cambio climático, plantea serias preocupaciones para la salud de las mujeres embarazadas. La exposición a temperaturas muy elevadas incrementa la carga sobre órganos esenciales tales como el corazón y los riñones.

Durante el embarazo, el cuerpo experimenta una serie de cambios que dificultan la disipación del calor. A medida que avanza la gestación, el aumento de peso y la mayor producción interna de calor obligan al corazón a trabajar más intensamente.

Las mujeres embarazadas requieren más líquidos para mantener una adecuada hidratación, lo que las hace más susceptibles a la deshidratación.

Complicaciones de la exposición al calor

Investigaciones indican que la exposición al calor extremo puede resultar en graves complicaciones, incluyendo hipertensión y preeclampsia, que amenazan tanto la vida de la madre como la del bebé.

El aumento de la temperatura puede afectar el flujo sanguíneo a la placenta, impactando negativamente en el desarrollo fetal y aumentando el riesgo de parto prematuro y bajo peso al nacer.

Cara Schulte, investigadora de la Universidad de California en Berkeley y la organización sin fines de lucro Climate Rights International que estudia la salud materna y el calor, explicó a Associated Press (AP) que estudios están empezando a mostrar que la exposición al calor extremo, incluso en los meses previos a quedar embarazada, puede afectar un embarazo futuro.

Signos de deshidratación en embarazadas

Los signos de deshidratación que deben tener en cuenta las mujeres embarazadas incluyen:

  • Sed intensa y sensación de sequedad en la boca o garganta.
  • Orina de color amarillo oscuro, lo cual indica falta de hidratación.
  • Piel seca y labios agrietados.
  • Fatiga y cansancio excesivo.
  • Mareos o sensación de aturdimiento.
  • Dolor de cabeza.
  • Reducción o disminución en el movimiento fetal.
  • Sobrecalentamiento del cuerpo (dificultad para regular la temperatura corporal).
  • Poca o ninguna micción.
  • Debilidad general, irritabilidad, confusión o desmayos en casos más severos.

Estos signos son importantes porque durante el embarazo el cuerpo requiere más agua para el desarrollo saludable del bebé, incluyendo la formación de la placenta y el saco amniótico. La deshidratación puede afectar tanto a la madre como al bebé, por lo que es fundamental mantenerse bien hidratada y buscar atención médica si se presentan síntomas severos.

Cómo afecta el estrés térmico a embarazadas

El estrés térmico puede afectar significativamente a mujeres embarazadas, particularmente aquellas con condiciones de salud preexistentes, aumentando el riesgo de complicaciones tanto para la madre como para el feto.

Cuando una mujer embarazada está expuesta a calor extremo, su cuerpo sufre un aumento de la temperatura interna, lo que puede llevar a problemas como tensión fetal, aumento de la frecuencia cardíaca fetal, flujo sanguíneo fetal reducido y deshidratación, que a su vez disminuye la eficacia del mecanismo natural del sudor para refrescar el cuerpo. Estos efectos aumentan el riesgo de resultados adversos del embarazo, incluyendo parto prematuro, bajo peso al nacer, defectos de nacimiento y muerte fetal.

Además, el estrés térmico añade carga al sistema cardiovascular de la mujer, que ya está alterado por cambios fisiológicos propios del embarazo, como el aumento del volumen sanguíneo y la frecuencia cardiaca. Estas complicaciones se agravan en mujeres con condiciones preexistentes como enfermedades cardíacas, hipertensión, diabetes, problemas inmunitarios o complicaciones previas del embarazo, elevando el riesgo de preeclampsia, diabetes gestacional, y otros trastornos relacionados con el embarazo.

El estrés térmico también puede desregular el eje hipotalámico-hipofisario-adrenal, afectando el sistema inmunitario de la madre y aumentando la susceptibilidad a complicaciones inmunológicas. El estrés elevado durante el embarazo puede también influir en problemas psicológicos y afectar el proceso del parto.

Necesidad de más investigación

El campo de estudio sobre la salud femenina y el calor extremo ha sido descuidado. Existe una necesidad urgente de investigar más a fondo los efectos del estrés térmico sobre las mujeres embarazadas, dado que gran parte de la información actual se basa en estudios realizados con poblaciones jóvenes y atléticas.

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