Ayer emigrantes; hoy, reyes de la cumbia
Con gran esfuerzo para comprar instrumentos y creatividad para sus melodías los 11 integrantes escalan la cuesta de la popularidad
San Isidro del Progreso
Metidos hasta el fondo de la cocina de un restaurante de Los Ángeles, Guillermo Flores e Iván Aveldan soñaban todos los días con dejar los lavatrastes, vajillas, sartenes y ollas sucias por los escenarios con luces, fama, canciones y baile que, con un poco de esfuerzo, se convirtieron en realidad… en México.
Hoy son parte del grupo musical “N,kantadorez, de la cumbia” que toca en el Estado de México, particularmente en la región conurbada del Distrito Federal, donde han alcanzado cierta fama.
Guillermo Flore, vocalista del grupo N’kantadores
Es lunes por la tarde en este municipio aledaño a las turísticas ruinas de Teotihuacán, y ambos amigos se encuentran tras bambalinas a la espera de que los llamen para tocar en la feria de la población “El Rancho”, donde las mujeres los aclaman con euforia desde su regreso de Estados Unidos.
“Memo [Guillermo] y yo nos fuimos al otro lado porque nuestras situaciones aquí cada día estaban más complicadas. Yo acababa de ser papá, no tenía nada que ofrecerle a mi familia y, tras dejar los estudios, yo quería ganar en dólares, pero al poco tiempo de llegar allá supimos eso no era lo que queríamos”, recuerda Aveldán con un oído cerca del acordeón y el otro atento al llamado de su presentación.
Iván Aveldán, ex emigrante en Los Ángeles.
“En Los Ángeles, apenas ganábamos algún dinero lo gastábamos en comida, transporte, renta y lo que nos llegaba a sobrar lo mandábamos a la familia, no podíamos ahorrar mucho”.
Y sin embargo, con el paso del tiempo se hicieron de un capital. En dos años juntaron 4,000 dólares, compraron los instrumentos -batería, micrófonos, teclado, acordeón y guitarra- y regresaron a su natal San Isidro para crear su banda que dio la primera presentación en noviembre de 2013.
El presentador de la feria anuncia que es el momento del espectáculo en “El Rancho”. Los integrantes de “N,kantadorez, de la cumbia” suben al escenario, las chicas gritan eufóricas y comienza su diversión: mezclar el ritmo de la popular cumbia con un ritmo menos conocido por la zona: El ska.
“El ska lo descubrimos cuando llegamos a Los Ángeles, uno de los chavos con los que vivíamos le encantaba The Toasters y también por él conocimos a Ska-p que es un grupo español… Cuando regresamos experimentamos fusionando los dos géneros y ahora es así como nos identifican”, explica Guillermo, vocalista de N´kantadorez, después de dos horas de concierto por el que cobraron alrededor de 550 dólares.
El grupo ha crecido. Actualmente son 11 integrantes que trabajan de viernes a domingo en diversas presentaciones como bodas y fiestas de cumpleaños; en eventos del ayuntamiento, de los santos patronos o a donde les paguen. La mayoría de ellos confiesa que ya hubiera emigrado de no ser porque se sienten parte de un proyecto que disfrutan.
“Me iba a ir Dallas, donde viven unos tíos, porque mi papá tuvo un accidente en el caballo y las cosas se pusieron difíciles en mi casa, pero al entrar al grupo vi que esto era lo mejor porque gano dinero haciendo lo que me gusta y estoy cerca de mi familia”, asegura Rodolfo Luna, de 23 años.
El Estado de México es una de las entidades con mayor número de emigrantes con un promedio diario de 100, según la oficina gubernamental local de atención a la diáspora, la mayoría de ellos hartos de trabajar mucho y ganar poco en las industrias de los alrededores donde los N’ kantadores alegran las fiestas.
¿Qué es el ska?
Es un estilo de música originado a finales de los 50 en Jamaica, con una fusión de jazz, música latina, swing y boogie. Su evolución dio paso a prácticamente todos los géneros musicales jamaiquinos del resto del siglo, como el rocksteady, el reggae, el dub y el dancehall.