Desde EEUU a Japón: cómo latinos logran estudiar sin fronteras
Los latinos conformaron el 8.3% de los universitarios estadounidenses en otros países en el ciclo escolar 2013-14
Daniel Zárate practica su acelerado aprendizaje de un idioma tan complicado que puede tomar hasta 12 años para dominarlo bien. “Yo entiendo japonés”, escribe en un pizarrón.
Este alumno de Negocios Internacionales en el Colegio de Santa Mónica se ha preparado desde hace tiempo para alcanzar una meta que parecía imposible: continuar su formación académica en Japón.
Zárate, de 20 años, estudiará desde agosto en la universidad Temple de Tokio y allá estará dos años. “Cuando mis papás llegaron tuvieron esa experiencia de que todo era nuevo. Yo quiero lo mismo. Pensé: ‘¿Por qué no ir a estudiar a otro país?’”, dice el hijo de una salvadoreña soltera que es camionera.
Cada vez más estudiantes hispanos ven más allá de las fronteras de Estados Unidos para prepararse como profesionistas, pero en el extranjero esa cifra no es proporcional a la que se registra en institutos nacionales.
Los latinos conformaron el 8.3% de los universitarios estadounidenses en otros países en el ciclo escolar 2013-14, según el Instituto de Educación Internacional. No obstante, son el 16% en planteles nacionales.
Los blancos, en contraste, representaron más de tres cuartas partes de los alumnos en el extranjero.
Una de las principales barreras sería el costo de vivir y estudiar muy lejos de casa. Una abrumadora mayoría elige cuatro países europeos: Inglaterra, Italia, España y Francia.
El ejemplo más notable de los estudiantes latinos en Europa es Nohemí González, quien fue asesinada en noviembre por una banda de terroristas en París, Francia. Allá estudiaba diseño industrial, como parte de un programa internacional de la Universidad Estatal de California en Long Beach (CSULB). González, de espíritu aventurero, perseguía en Europa un sueño que forjó en las calles de El Monte.
El de Zárate fue creciendo en la ciudad de South Gate, donde muchos solo aspiran a graduarse de la secundaria y conseguir un empleo menos duro que el de sus padres migrantes.
“Ellos llegaron para que los hijos tuviéramos una mejor educación y veo que ningún familiar mío está siguiendo esa meta. Siento que yo soy el único que lo puede hacer”, menciona el chico.
En su rol de líder estudiantil, Zárate pide a otros jóvenes que piensen en grande.
“Una vez un estudiante me preguntó ‘¿A dónde vas a ir? Le dije que a Japón’. Y le pregunté ‘¿A dónde quieres ir tú?’ Y me dijo que a Florida. Y le dije: ‘No te limites, Florida es en este país ¿Por qué no vas a otro país?’ Y después de eso él me dijo que también pensaba ir al extranjero”, contó Zárate.
Para los “soñadores”, los jóvenes beneficiados por la Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA), se han abierto oportunidades para estudiar en su terruño.
El Centro de Estudios México-California, de CSULB, en colaboración con varias universidades angelinas, ofrece cuatro programas que permitirían a más de 100 “soñadores” estudiar en México este verano.
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Útil la formación internacional
Mientras más estadounidenses que nunca se forman en otros países, la cantidad de extranjeros en universidades de Estados Unidos creció más del 70% en los últimos 14 años. La mayoría proviene de China.
A decir de la Asociación Nacional de Asesores de Estudiantes Extranjeros (NAFSA), la formación profesional en otros lugares del mundo es esencial para una economía cada vez más globalizada.
“Una encuesta reciente encontró que casi el 40% de las empresas cuestionadas perdió oportunidades internacionales de negocios debido a la falta de personal competente”, indicó la agrupación.
Zárate se ha formulado otra meta una vez que esté en Japón: ser parte del comité organizador de las Olimpiadas del año 2020, cuya sede será Tokio. “Quiero ser un líder mundial”, dice él.