Tres estados mexicanos frente al impacto del retorno de paisanos

Preocupa a gobiernos falta de recursos para apoyar a los deportados por Trump

Indocumentados

Indocumentados Crédito: EFE/Archivo

MÉXICO – Durante décadas, los estados de Guanajuato, Jalisco y Michoacán se acostumbraron al éxodo de sus comunidades, a ser expulsores de migrantes y a recibir remesas; luego, al retorno masivo antes de la era Trump: cada uno de ellos recibio hasta 1,500 deportados mensualmente durante el gobierno de Obama, pero prevén aún más en los próximos meses o, al menos, un incremento de los que ya no intentarán reingresar.

“En nuestros estados tenemos buenas intensiones de ayudar, pero nos estamos topando con la falta de presupuesto”, adviertió José Luis Gutiérrez, secretario del Migrante en Michoacán en entrevista con este diario.

El gobierno mexicano –encabezado por la secretaría de Hacienda- eliminó en el presupuesto 2017 todos los recursos destinados al Fondo de Atención al Migrante (FAM) y no fue hasta que algunos diputados pusieron el grito cuando aceptó otorgar 13 millones de dólares para todos los estados, dos millones menos que el año anterior y aún insuficientes.

“No alcanza ni para apoyar al 10% de los retornados que llegan a actualmente y estamos preocupados”, agrega Gutiérrez.

El principal problema es que aquellos migrantes que regresan después de 10, 15 o 20 ños ya no tienen redes laborales y la apuesta debe ser por los negocios propios”.

Por ahora y de manera urgente los recursos se están enfocando a los municipios más afectados como Morelia, Huetamo, Apatzingán, Hidalgo y Zamora en medio de un creciente temor de que los repatriados terminen en las filas del crimen organizado.

En Guanajuato, el gobernador Miguel Marquez anunció que utilizarán recursos del Fondo Guanajuato (concebido originalmente para otro perfil de inversionistas) para los proyectos de migrantes que quieran invertir en el estado en negocios grandes. “Aquellos que deporten, que regresen aquí y traigan sus ahorros”, dijo recientemente.

Lo cierto es que cada una de las entidades tienen que idear con sus propios bolsillos la manera de resolver el problema de los migrantes de retorno: en Celaya, Guanajuato, por ejemplo, el alcalde anunció la semana pasada la apertura de una ventanilla de atención al migrante que otorga todo tipo de información.

“No la teníamos y ahora tenemos que apoyarlos con los trámites de pasaporte, para exigir las pensiones alimenticias, búsqueda de casa, empleo temporal y financiamiento”.

Otro estado que recientemente volteó a ver el problema de las repatriaciones es Jalisco, a pesar de que había mantenido un promedio anual de 10,000 deportaciones. Fue hasta mayo y junio pasados que abrió un par de Centros de Atención Jalisciense en Los Ángeles y Chicago para apoyar hasta el último momento a sus ciudadanos y evitar así un retorno indesceado.

“Por ahora buscamos la manera de cómo aprovechar las habilidades técnicas de carpinteros, electricistas, contratistas y toda esa gente capacitada que regresa y no encuentra aquí un lugar”, explicó recientemente a la prensa local la directora del Centro de Atención al Migrante Jalisciense que busca un enlace con la iniciativa privada y dinero para impulsar la inversión agropecuaria.

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