A galope contra la violencia

Gracias a terapia equina, 5 mil niños se han mantenido fuera de pandillas

Quince caballos compiten por quitarle a Compton el título de la octava ciudad más violenta del país, que el año pasado le otorgó la Oficina Federal de Investigaciones (FBI). Lo hacen paseando en sus lomos a niños latinos y negros en riesgo de caer en las garras de las muchas pandillas que ahí operan.

“Muchos chicos llegan con coraje, pero aquí entienden el poder del silencio”, dice Mayisha Akbar, en cuyo patio trasero, donde se imparten clases de equitación, han ocurrido varios milagros: adolescentes que dejaron su pasado criminal se convirtieron en jinetes y luego en profesionistas.

Desde 1988, cuando el pequeño rancho de Akbar se convirtió en hogar de la organización sin fines de lucro “Compton Jr. Posse”, unos 5,000 niños han sido tocados por la magia de estos animales.

Los frutos, dice esta mujer de 58 años, son los jóvenes que se le acercan para decirle que de no haber aprendido a cabalgar posiblemente estarían muertos.

“La relación con los caballos es espiritual”, afirma Akbar, quien tiene el sueño de obtener más donativos para mejorar las instalaciones, adquirir más animales, tener más entrenadores y ofrecer ayuda a más chicos. Actualmente solo entrenan a unos 15 chicos y la lista de espera es larga.

Daisy Cornejo, una niña de 12 años y residente de Hawthorne, esperó durante un año y medio para entrar a la clase de jinetes principiantes. “Me gustan los caballos, cuidarlos y montarlos”, dice con una sonrisa, a pesar de que limpiaba un establo lleno de estiércol, parte de sus deberes en el campo.

La recompensa es galopar por tres horas. “Cuando estoy sobre un caballo es increíble”, expresa.

Su madre, Silvia Cornejo, confirma que su hija cambió desde que aprendió a cabalgar, una actividad que difícilmente podría solventar en una escuela privada, donde cobran hasta 60 dólares por hora. “Ve la vida de manera distinta; quiere vivir por aquí cerca para que nosotros tengamos también nuestro caballos”, comentó.

En otros casos el cambio ha sido más grande: los chicos han cambiado las armas por los libros. Akbar explica que eso ha ocurrido porque su organización ofrece lo mismo que una banda, pero con un enfoque positivo. Su lema es “mantener a los niños sobre los caballos y alejados de las calles”.

En los últimos cuatro años, en Compton se han registrado 154 homicidios, la gran mayoría se perpetraron con armas de fuego. En lo que va del año, 15 personas han sido baleadas en esa ciudad.

Chrissy Wiggs, una entrenadora, comenta que la ayuda que ofrece el “Compton Jr. Posse” es integral, ya que les exigen tener buenas calificaciones para poder galopar y participar en competencias ecuestres, y ofrecen consejería a los chicos y sus padres. “Si tienen problemas con sus calificaciones tenemos tutores que les ayudan”, dijo.

Uno de los consejeros es Tomás Carlos, cuyo hermano menor también encontró una forma de canalizar su energía con el contacto con los caballos. Un día, contó, uno de sus amigos decidió dejar el grupo y regresar a las pandillas, pero fue baleado. “He sido testigo del cambio de unas 15 o 20 vidas”, señaló el tutor.

El campo ecuestre “Compton Jr. Posse” está ubicado en el 453 al oeste de la calle Caldwell, en Compton. Para más información llame al teléfono (310)632-1247.

Contenido Patrocinado
Enlaces patrocinados por Outbrain