A gusto y como en casa

Imperturbable. Concentrado. Dueño de cada una de sus palabras y sus actos. Hay cosas que no cambian en Saúl “Canelo” Álvarez.

Su actitud es la misma del chico pelirrojo que salió de Guadalajara para ponerle la cara a los medios en Estados Unidos que ya oían de él como el más prometedor de los nuevos valores del boxeo azteca.

Vino, vio y convenció. Ganó en Las Vegas y se coronó campeón mundial en Los Ángeles, siempre al amparo de un público que se le entrega en cada una de sus apariciones, y con el que el duro noqueador parece tener ya un idilio irrompible.

Un afecto de lealtades mutuas que va a tener un nuevo capítulo mañana en el Staples Center, cuando enfrente a Alfonso Gómez en un combate en el que arriesgará su título de los superwelters versión Consejo Mundial de Boxeo (CMB).

“Muy contento en Los Ángeles. Me siento muy bien al estar aquí rodeado por el público mexicano que me apoya todo el tiempo y que también te obliga porque es un público que sabe mucho de boxeo”, expresa.

Acá dio relieve a su nombre y le encontró gusto a la disciplina lejos de su tierra.

Los aficionados lo querían cerca y los manejadores lo querían lejos de distracciones y tentaciones. Concentrado en su trabajo. Empeñado a fondo y comprometido con su carrera.

“El secreto de esto es el gimnasio. Trabajar muy duro para llegar a los combates sin dudas y sin pretextos”.

” Yo siempre quiero estar seguro de llevar al ring lo mejor que tengo, todo lo que puedo dar”, agrega Álvarez, quien luce un físico impecable.

Por recomendación de Golden Boy Promotions, trasladó su centro de preparación a Big Bear, y allí lo vimos lejos del mundanal ruido y dispuesto a cualquier sacrificio.

“Es la segunda pelea que preparamos allá. En Big Bear está uno aislado y dedicado al cien por ciento a su trabajo. Es algo muy profesional y además del trabajo físico en gimnasio, la tierra alta también ayuda mucho”.

Contrario a lo que dicen los expertos sobre lo que es y no es Gómez, él no se da ninguna licencia para desconocer o ignorar a su rival.

¿Gómez es un rival de trámite, un paso para otras cosas?

“[Alfonso] Gómez es un buen boxeador. Tiene buen repertorio de combinaciones, y por lo que hemos visto de él, sale a buscar el combate. Ya veremos cómo se resuelve lo que aparezca allá arriba”, dice con genuino respeto.

Allá arriba, donde todos esperan que pueda arrollar a un rival que se antoja muy a modo para una fácil victoria y seguir mirando al frente confiado.

“En el boxeo no hay rivales fáciles, ocurre que, si estás bien preparado, puedes responder a todo lo que traiga el rival y se puede ver fácil, pero fácil no hay nada”, puntualiza.

Rescata con mucha sensibilidad el hecho de pelear en días de las Fiestas Patrias porque entiende que esto sube la motivación a los mexicanos.

¿Pelear en epoca de Fiestas Patrias con todo el jolgorio de los mexicanos supone alguna presión?

“No es una presión o algo negativo, sino algo muy positivo que da mucha motivación. Ya se hizo costumbre pelear en temporada de Fiestas Patrias y ahora sólo esperamos que sea una gran pelea y regalarles un gran triunfo. Responderles como se lo merecen”.

Y otra vez un “Canelo” racional, sin emociones, en el que prevalece la cordura.

¿En esta misma fecha iba a pelear Chávez Jr. No le da un gustito saber que se le cayó la pelea?

“No. No me da un gustito. Yo respeto su carrera y me dedico a lo mío, me concentró en mis compromisos, en mis peleas”.

¿Después de ganar el sábado en la noche qué viene?

“No sé. Ahora pienso en Alfonso Gómez, pero si todo sale bien tenemos que sentarnos y platicar… yo peleo con el rival que me digan, estamos en 154 libras y hay muchos rivales”.

La mesura y la tranquilidad del “Canelo” Álvarez son las de siempre.

No lo cambia ni el éxito, ni siquiera el hecho de saber que está en todas las agendas de peleas millonarias ante enemigos como Mayweather, Pacquiao, Cotto y , sí señor, Chávez Jr.