Abogan por mejorar la vida a niños de hogares de crianza

De los 55,036 menores que hay en el estado de California, 25,342 son de origen latino

SACRAMENTO.- A pesar de haber asistido a diez diferentes escuelas y haber vivido en diez hogares de crianza desde los cinco años, Cristina Miranda, una joven cubana-americana de 26 años logró graduarse de la universidad y ahora estudia un posgrado.

“Lo más difícil para mi fue ir de una escuela a otra y no tener a nadie que se preocupara por ver cómo me iba en las clases. Nunca nadie me preguntó si estaba aprendiendo”, dijo Miranda.

Pero no todos los niños en hogares de crianza han corrido con esa misma suerte. Muchos, como Miranda misma dice, terminan en la cárcel, viviendo en las calles o nunca logran graduarse siquiera de la secundaria.

El Grupo Nacional de Trabajo de los Niños en Hogares de Crianza y Educación ( The National Working Group on Foster Care and Education) estima que los niños en hogares de crianza tienden menos a graduarse de secundaria que la población en general, 74% contra 86%. Al mismo tiempo tienden mucho menos a alcanzar un título universitario en un 3% contra 28%.

Para que la administración del presidente Barack Obama tome en cuenta las necesidades de educación de estos menores a fin de que mejoren sus resultados académicos, la Coalición del Congreso para la Adopción (CCAI) y el grupo Fomentando Conexiones con los Medios (FMC) empezaron ayer en Sacramento una conversación nacional.

Se trata de una discusión que coincide con el inicio en Washington, D.C., de la largamente esperada revisión de la ley Que Ningún Niño Quede Rezagado, (No Child Left Behind) en el Comité de Salud, Educación, Trabajo y Pensiones del Senado.

“A los niños de los hogares de crianza nos ponen bajo la etiqueta de ‘estudiantes en desventaja’ cuando somos niños normales que hemos vivido experiencias dramáticas pero que tenemos un enorme potencial”, dijo Miranda, quien se graduó de psicología y ahora estudia trabajo social porque quiere dedicar su vida a trabajar para mejorar el sistema de los hogares de crianza.

De acuerdo con numerosos estudios, entre las causas que afectan el progreso académico de estos menores, figuran una historia de pobreza, el constante cambio de hogares, no vivir con su familia de origen y hasta el maltrato.

Miranda dice que en muchos de los hogares de crianza donde vivió sufrió maltrato porque muchas familias reciben a los menores solo por obtener el dinero del estado que les entregan para su cuidado.

“Creo que lo más importante para que podamos avanzar es que haya una persona que monitoree que tengamos una educación de calidad”, señaló.

La congresista demócrata de Los Ángeles, Karen Bass, exlíder de la Asamblea de California, y copresidenta de la Coalición del Congreso para la Adopción, dijo que alrededor del país con esta crisis económica se han estado realizando recortes a la educación y esto tiene un impacto extra en los jóvenes de los hogares de crianza.

“La defensa es muy importante en este momento por el impacto de los recortes, por lo que hemos formado una bancada del sistema de hogares de crianza; y el año que entra vamos a recorrer el país para ver las mejores prácticas y las situaciones más desafiantes”, expuso.

En estos momentos California tiene 55,036 niños en hogares de crianza, de los cuales 25,342 son latinos.

Un estudio de la Alianza para la Co-Inversión del Bienestar de los Niños de California revelado ayer y que evaluó su desempeño académico encontró que del 35% de los jóvenes de los hogares de crianza que asisten a un colegio comunitario con la intención de obtener un diploma de bachillerato (AA degree), menos del 10% lo logran.

Solamente 35% de dichos menores van a preescolar. Para el grado 11, uno de cada cinco muchachos dominan el inglés y está preparado en matemáticas. Menos de la mitad termina la secundaria.

A nivel nacional, hay 500,000 menores en hogares de crianza, dijo la representante demócrata de Los Ángeles, Marie Landrieu, quien también es vicepresidenta de la bancada en el Senado federal para los jóvenes en hogares de crianza.

“Hay dos áreas que necesitamos mejorar: ayudar a estos niños a permanecer en las escuelas en las que originalmente estuvieron inscritos cuando fueron removidos de sus familias, donde hayan construido relaciones”, indicó.

Como consecuencia, explicó, parte de su baja tasa de graduación no es porque no quieran trabajar duro sino porque se tienen que cambiar de escuela primaria en promedio cuatro veces; y cinco veces en la secundaria. “Esto es emocionalmente muy difícil y por eso se retrasan en la escuela, pero tenemos una propuesta de ley pendiente para que los estudiantes se queden en las escuelas que más les acomoden; y otra para proporcionarle mentores a estos estudiantes, la cual es la segunda área de preocupación”.

“No es fácil, es complicado, pero creo que lo podemos hacer”, subrayó.

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