Entregas que salvan vidas

“Sin vergüenza, sin culpas, sin nombres” es el eslogan del programa que desde su creación ha dado hogar a 87 bebés que han sido entregados en estaciones de bomberos y dados en adopción a diversas familias e individuos deseosos de tener un hijo.

Jenna, de cinco años, fue una de esas criaturas que han encontrado un hogar gracias al programa Safe Surrender y de no haber sido por éste su futuro hubiera sido incierto, si no fatal.

Según las estadísticas del programa solo el 22.5% de los niños recién nacidos abandonados sobrevive, comparado con ocho de cada diez que son entregados a través de este programa.

Rebeca y Ted Saraf son los padres adoptivos de Jenna y Austin, además de tener un hijo biológico de nombre Brendan.

“Austin fue abandonado a los dos meses en un basurero, me lo entregaron con la cabeza rapada debido a los piojos. Está acostumbrado a exigir porque sólo de ese modo pudo sobrevivir sus primeros meses de vida. Es un luchador y un sobreviviente, un ejemplo de vida”, indica Saraf, visiblemente conmovida.

“Si Austin hubiese sido dado en adopción a través del programa Safe Surrender, como lo fue Jenna su vida hoy sería distinta”, declara la madre.

Hace diez años Debi Faris logró dar vida al programa Safe Surrender, luego de enterarse por las noticias que un niño recién nacido fue tirado dentro de una bolsa plástica en una autopista desde un auto en marcha.

Faris, quien se dedicaba a darle sepultura en el Jardín de los Ángeles (Garden of Angels) a bebés abandonados en bolsas y basureros que murieron sin tener oportunidad alguna de vivir, un día se acercó al entonces senador estatal republicano, Jim Brulte, y lo convenció de escribir una ley para despenalizar el abandono seguro de los recién nacidos. Esa ley entró en vigencia el 1 de enero del 2001.

“Emocionalmente no podía seguir dándole sepultura a más bebés, debía hacer algo que los dignificara y evitará que más tuviesen ese destino”, señala Faris.

La ley funciona de tal manera que los padres biológicos o custodios legales de un recién nacido sano pueden entregarlo en las primeras 72 horas de vida a cualquier estación de policía o bomberos, así como salas de emergencia o establecimientos autorizados, sin cuestionamiento alguno.

El supervisor del Distrito 4, Don Knabe, quien se ha dedicado a promover esa ley en el condado de Los Ángeles formó un comité de 40 personas que se dedica a dar a conocer esta ley.

“La adopción no es encontrar niños para las familias, sino encontrar familias para los niños”, aseguró Knabe.

“Es difícil celebrar la renuncia a un hijo, pero reconocemos el valor de las madres que en una situación desesperada tomaron la mejor decisión para sus hijos”.

A diferencia de otros años, en lo que va de 2011 no se ha reportado el abandono de ningún recién nacido, mientras cuatro menores han sido entregados a estaciones de bomberos en Torrance, Winnetka y West Covina, todos de ascendencia hispana.

Elba Carrillo, asistente del supervisor Knabe, asegura que la gran mayoría de los niños que se reciben por este programa son hispanos, pese a que “en nuestra cultura es muy común ocultar los embarazos por temor a nuestra familia”.

Además de celebrar el décimo aniversario de la ley y los logros obtenidos, Safe Surrender celebra que la organización First 5 otorgó un fondo de 500 mil dólares para sus operaciones.

“Cuando se trata de niños, me alegra el hecho de que hemos dejado a un lado qué y quiénes somos y nos hayamos enfocado en el niño, y trabajamos por el bienestar del niño”, manifiesta Faris.

“Hemos apoyado a Safe Surrender desde el inicio, afirma Francisco Oaxaca, director de asuntos públicos de First 5, organización que se dedica al impulso del desarrollo infantil desde el nacimiento hasta los cinco años de edad.

“Uno ve a esos niños que se sienten invencibles, que disfrutan del mundo y la vida y es porque el programa funciona”, concluye el supervisor Knabe.

Para mayor información, puede recibir atención en español en el número 1 (877) BABY SAFE (222 9723).