Estamos viendo resultados

En medio de toda la retórica en torno al asunto de la inmigración ilegal, a menudo se hace difícil mantenerse al tanto de los hechos.

En el debate sobre este tema se han descrito simultáneamente las medidas del gobierno del presidente Obama como un esfuerzo equivocado por deportar ciegamente a un número récord de inmigrantes ilegales o, por otro lado, como una amnistía generalizada que hace caso omiso de nuestra responsabilidad de velar por el cumplimiento de las leyes de inmigración; dos puntos de vista contradictorios que no pueden ser ciertos a la vez.

Esta semana, al dar a conocer nuestras estadísticas de fin de año fiscal sobre la deportación de inmigrantes ilegales del país, no hay duda de que la retórica de ambas partes será más acalorada.

Está claro que es hora de mostrar la realidad.

Como el presidente Obama y yo hemos reiterado una y otra vez, nos hemos comprometido a velar por el cumplimiento de la ley de inmigración de manera sensata y eficaz, y dedicar nuestros recursos de control a deportar a las personas en las categorías de mayor prioridad para nosotros.

Estas prioridades incluyen la identificación y deportación de quienes han trasgredido leyes penales, representan una amenaza contra la seguridad nacional, acaban de cruzar la frontera ilegalmente, además de los trasgresores reincidentes de las leyes de inmigración y fugitivos de la corte de inmigración. En pocas palabras, estamos dándole prioridad a las deportaciones que tienen un impacto en la seguridad pública y nacional.

Estamos viendo resultados. En total, en el año fiscal 2011, el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) deportó a 396,906 personas. De ellas, casi 55% o 216,698 fueron personas declaradas culpables de cometer crímenes o delitos, un aumento de 89% con respecto a criminales deportados en el año fiscal 2008. Esto incluye a 1,119 personas sentenciadas por homicidio, 5,848 personas sentenciadas por delitos sexuales; 44,653 personas sentenciadas por crímenes vinculados con drogas, y 35,927 personas sentenciadas por conducir intoxicadas.

ICE también logró resultados similares respecto a fijar prioridades para otros tipos de deportación. Más de dos tercios de las otras deportaciones en el 2011 fueron, ya sea, personas que cruzaron la frontera recientemente o trasgresores reincidentes.

A pesar de que continuamente refinamos el objetivo estratégico de nuestra labor, reconozco que el control de inmigración puede tener un gran impacto, y no siempre se han explicado claramente algunos de los programas y la política del ICE. Estamos comprometidos a interaccionar directamente con las comunidades y seguiremos analizando los resultados de nuestros programas y haciendo las mejoras que sean necesarias para cumplir con nuestras prioridades.

Como parte del esfuerzo por asegurarse de que el sistema de inmigración pueda enfocar sus recursos en casos de alta prioridad, el ICE ha implementado medidas y procesos que aseguran que quienes velan por el cumplimiento de las leyes de inmigración hagan uso apropiado de las facultades discrecionales con las que ya cuentan. El Departamento de Seguridad Nacional (DHS por sus siglas en inglés) también anunció recientemente que realizará un análisis de todos los casos pendientes de deportación para centrarse primero en los de alta prioridad.

Esta estrategia está conforme con lo que los fiscales de los sistemas de control de inmigración y justicia penal hacen desde hace tiempo. Al determinar si se va a ejercer la discreción procesal, el ICE examinará todas las circunstancias de cada caso, de manera que se les dé debida consideración. Ya que se trata de un análisis caso por caso, ningún grupo tendrá derecho a desestimación procesal categórica.

El control sensato y eficaz es apenas una pieza de todo el rompecabezas. Esta Administración también está comprometida a asegurarse de que tengamos una frontera sur segura, protegida y lista para el comercio. En los últimos dos años y medio, el gobierno del Presidente Obama ha asignado recursos sin precedente a la seguridad fronteriza. Como resultado, hemos notado tanto una disminución significativa en inmigración ilegal como marcados aumentos en decomisos de armas ilegales, dinero en efectivo, drogas y contrabando. Este año, volveremos a ver una reducción de cruces ilegales y más y más confiscaciones de contrabando.

Como el Presidente Obama señaló este año en El Paso, Texas, y mencioné este mes -y como han señalado alcaldes, jefes de policía, líderes comunitarios y una variedad de publicaciones- el nivel de seguridad a lo largo de la frontera entre Estados Unidos y México es el más alto de la historia.

Estamos comprometidos a mantener este progreso, pero todavía nos queda trabajo por hacer. Toma tiempo, dedicación y compromiso cambiar el sistema de control de inmigración para que se centre en casos de alta prioridad, particularmente con nuestras actuales leyes. Y la protección de nuestras fronteras es una misión continua.

A fin de cuentas, es necesario que el Congreso actúe sobre reformas para hacerles frente a los antiguos y sistémicos problemas de las leyes de inmigración del país. Nuestro compromiso con alcanzar dicho objetivo sigue siendo firme. Mientras tanto, continuaremos aumentando el histórico éxito que hemos logrado en la frontera y en el interior del país, a la vez que dedicamos nuestros recursos a las prioridades de seguridad pública y nacional.

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