Fondos mutuos: para todos los gustos

Sirven para todas las estrategias, desde las más agresivas hasta las conservadoras

Los fondos mutuos son grupos de vehículos de inversión diversos (acciones, bonos, hipotecas, letras del Tesoro y bienes raíces) de varias compañías, reunidos en una entidad que se vende a inversionistas individuales. En estos fondos -que no se adquieren a través del mercado bursátil- se reune el dinero de esos inversionistas bajo la administración y guía de expertos que realizan transacciones con esos vehículos de inversión con el propósito de obtener ganancias. Dicho de otro modo, son una especie de cooperativa capitalista donde todos ponen un poquito de dinero para hacerse ricos, o por lo menos, para sacarles el jugo a sus ahorros.

Inversionistas de todo el mundo envían su dinero -con $25 puedes participar- a una compañía de inversiones determinada, la cual lo coloca en una especie de “cesta”, de donde lo toma un administrador de esa compañía (que se supone sabe mucho de eso y estudia el mercado a diario) para invertirlo de las maneras que considera más provechosas para sus inversionistas.

Ese administrador compra y vende bienes (acciones, bonos, propiedades, etc.) de un grupo de compañías en las cuales el fondo invierte su dinero, que es el tuyo. El valor del fondo subirá o bajará según el valor de cada una de las acciones o de los bonos individuales que el fondo posee. Al fin de cada día de transacciones, tu compañía de fondos mutuos hace un inventario del valor de sus inversiones y las divide entre sus inversionistas (tú y todos los demás que han puesto su dinero en esa cesta), lo que nos da el precio de cada una de nuestras acciones. Los precios de las acciones de fondos mutuos -a diferencia de los de las acciones de la bolsa- se calculan sólo al cierre de la Bolsa, a las 4:00 p.m. hora del este. A partir de esa hora puedes buscar por internet, o llamando a la compañía, para calcular cuánto ganaste o perdiste ese día.

Hay fondos mutuos para todos los gustos y todas las estrategias, desde las más agresivas (y potencialmente peligrosas) hasta las más conservadoras (que son las que ganan menos dinero, pero las que te dejan dormir más tranquilamente). Básicamente, los fondos mutuos son de tres tipos: de ingreso (para personas que necesitan ingreso para sus gastos inmediatos), de crecimiento (para quienes pueden prescindir de ese dinero durante largo tiempo, mientras el fondo va aumentando de valor) y balanceados (que combinan acciones y bonos).

Pero todo en inversiones tiene su riesgo: el fondo mutuo no garantiza tu dinero como una cuenta corriente o una de ahorros. Incluso los fondos conservadores tienen sus peligros, pero ten en cuenta que jamás una compañía de fondos mutuos se ha ido a la bancarrota (cosa que no ha sucedido con muchos bancos).

Antes de comprar seguro de vida

Según indicó recientemente en uno de sus útiles informes el Insurance Information Institute (I.I.I., una agencia dedicada a propagar información y orientación sobre todo tipo de coberturas de seguro), antes de comprar un seguro de vida los consumidores necesitan preguntarse varios importantes puntos y discutir sus necesidades específicas con su agente de seguros:

1. ¿Quién necesita adquirir una póliza de seguro de vida? – Si has hecho compromisos financieros contando con tus ingresos personales, la forma más efectiva y rentable de proveer a tus sobrevivientes de un sustituto de tus ingresos futuros en caso de que faltes, es con la obtención de un seguro de vida.

2. ¿Son suficientes los beneficios de seguro de vida que se reciben a través del trabajo o empleo? – Es probable que no, pues las pólizas de seguro de vida de grupo -el tipo de seguro de vida que ofrecen los empleadores- por lo general pagan sólo un monto limitado similar o menor que el salario de un año del trabajador.

3. ¿Se puede contar en el pago del Seguro Social para los sobrevivientes? – La porción de beneficios de sobreviviente del Seguro Social sólo está disponible para los cónyuges con hijos dependientes menores de 18 años o si el cónyuge sobreviviente es mayor de 60 años, por lo que pudiera suceder que por un largo periodo de tiempo el cónyuge se encuentre sin posibilidades de calificar para estos beneficios.

4. ¿Cómo se calcula la cantidad de seguro de vida que se necesita obtener? – Hay que identificar la cantidad de recursos que tus beneficiarios van a necesitar y por cuánto tiempo; luego se puede obtener una póliza de seguros por esa cantidad. Hay quienes multiplican el ingreso actual de la persona a asegurar por el número de años que consideran que lo vayan a necesitar (pero considera que los ingresos de una persona tienden a aumentar con los años).

5. ¿Debe adquirirse un seguro de vida permanente o un seguro de vida a término? – El seguro de vida a término paga los beneficios cuando la muerte del asegurado ocurre durante la vigencia de la póliza (entre 1 y 30 años). Sus primas son más económicas que las del seguro de vida permanente. Las pólizas de seguro de vida permanente -el tradicional (Whole Life), el variable, el seguro de vida universal o el seguro de vida universal variable- tiene vigencia de por vida, mientras el asegurado pague las primas; algunas tienen valor acumulado de redención (accumulated cash value).

6. ¿Hay formas de ahorrar dinero en el seguro de vida? – Las tarifas de seguros de vida a término están hoy en su punto histórico más bajo, pero aun así se puede ahorrar: por ejemplo, comprar pólizas que ofrezcan descuentos si se aumenta el valor de la misma (es posible que una póliza con un valor de $500.000 cueste igual o menos que una de $450.000 porque ofrezcan descuentos para llevarla al siguiente punto de cobertura). Otra manera es pagando la póliza anualmente o trimestralmente, en vez de mensualmente, y eliminar o reducir el costo de financiación.

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