Golpe a la educación

Sin ganas de esperar la reautorización de la ley de Educación básica y secundaria (ESEA) en el Congreso, el presidente Obama anunció reformas a la normativa educacional vigente conocida como “Que ningún niño se quede atrás” (No Child Left Behind o NCLB).

La legislación supone que para 2014 todas las escuelas tendrán al 100% de sus estudiantes con dominio pleno en las áreas de lectura y matemáticas. De lo contrario, se imponen recortes federales.

A pesar del tiempo y el dinero invertido, los puntajes en el National Assessment of Educational Progress (NAEP) apenas aumentaron; a veces, simplemente se estancaron.

Cifras del Departamento de Educación indican que entre un 85 y un 90% de las escuelas públicas en el país, no cumplen con los “progresos anuales satisfactorios”. El gobierno lo atribuye a que “en su implementación la NCLB ha tenido problemas”

La NCLB , promulgada por su antecesor, George W. Bush , dejó que los estados definieran sus propios modos de evaluación, lo que condujo a algunos de ellos a bajar su nivel de exigencia para que los alumnos alcanzaran sus objetivos más fácilmente. En consecuencia, la mejoría del nivel escolar proclamado localmente no siempre se refleja en las pruebas federales.

Sin embargo, el problema principal no procede de los propios resultados o de la manera en que los estados y las ciudades manipulan las pruebas. La verdadera “víctima” de todo esto es la calidad de la enseñanza. La lectura y el cálculo se volvieron prioritarios. Los docentes, conscientes de que estas dos materias deciden el futuro de su escuela y por lo tanto de su empleo, descuidan las otras. La historia, la literatura, la geografía, las ciencias, el arte, las lenguas extranjeras y la educación cívica son relegadas al rango de materias secundarias.

En enero de 2009, cuando la administración de Barack Obama llegó al poder, se pensó de que anularía la ley NCLB y volvería a partir de bases sanas. Se produjo lo contrario: abrazó las ideas y las opciones más peligrosas de la era Bush. La más relevante es el afán de imponer la aplicación de pruebas estandarizadas como mecanismo de evaluación para el desempeño educativo (valoración que ha sido descalificada por especialistas en la materia.),y de amarrar el desempeño del profesor a enseñar según el test y a hacer poco para animar el pensamiento crítico o la solución colectiva de problemas.

Y si en un principio Obama cuestionaba los tests como una no-manera de medir el rendimiento del estudiante, esto fue mera retórica diseñada para engañar al público, pues los estándares y evaluaciones ahora son una exigencia de las corporaciones privadas que trabajan con el ministerio de Educación (DOE) para decidir qué deben aprender los jóvenes y cómo deben enseñar los profesores.

Dicen que EEUU no puede competir globalmente sin una mano de obra educada; dicen que EEUU está cayendo debajo del nivel 1 en la globalidad económica, por los fracasos implacables de la enseñanza pública

¿Qué hacer?

“El Congreso debe reformar NCLB basada en los principios ¡Compita por el primer lugar! (Race to the Top), aseguró el Presidente.

Race to the Top, es el nuevo “nombre de marca” , entonces, para No Child Left Behind

En este escenario político, el gobierno ha comenzado a dar señales claras de una opción administrativa a la reautorización de ESEA, que permita concretar cambios a corto plazo. Estos se basarían en exenciones o “waivers”, que den alivio a los estados, respecto a ciertos parámetros que deben cumplir bajo ESEA.

Claro que, en el caso de desarrollar exenciones como alternativa a ESEA, los estados que quieran beneficiarse de ellas, tendrían que adoptar las cuatro garantías que constituyen la base del nuevo programa radical que propone el secretario de Educación, Arne Duncan

Para comenzar, profesores y escuelas deben aceptar y “asegurar” los que llaman “alta calidad de estándares y evaluaciones”, que no son, ni fueron, producto del pensamiento de los profesores o de su colaboración, pero que ahora son una exigencia de las corporaciones privadas

La segunda garantía que los 50 estados del país deben ofrecer para poder calificar para los dineros federales …es amarrar la enseñanza a incentivos materiales de acuerdo a los propósitos que el secretario de Educación llama “eficacia de la enseñanza”. No hay dónde se pueda ver esto más clara y directamente que en los esquemas de pago por mérito, en un esfuerzo para destruir los sindicatos de profesores y la negociación colectiva.

La tercera garantía es .. la apertura de la compuerta para las “escuelas charter”, estado por estado, forzando a los estados a legislar para comenzar las “charters” y/o desarrollar el número de “escuelas charter” que se puedan abrir en sus estados sin violación de la ley estadal. En otras palabras, sin ningún bloqueo de entrometidos, leyes estadales, sindicatos y regulaciones limitativas de su abertura y expansión.

También significa más escuelas públicas cerradas, ciudad por ciudad. Finalmente, la cuarta garantía que los estados deben cumplir para conseguir los dineros federales que necesitan, es adoptar “sistemas de datos para informar de la instrucción”. Estos sistemas computarizados vienen bajo la forma de pruebas (tests) y sistemas de seguimiento longitudinal para los estudiantes, desde la guardería al trabajo.

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