Hay acuerdo tentativo entre sindicato y supermercados

Un acuerdo tentativo adoptado por el sindicato de trabajadores de supermercados y las compañías que representan a Ralphs, Von y Albertsons devolvió la calma a Los Ángeles, que estaba por ver una reedición del paro ocurrido en 2003.

El presidente del Local 770 del Sindicato de los Alimentos (UFCW) dijo que los puntos del nuevo contrato colectivo serán sometido a los 62 mil afiliados de la organización para que los ratifiquen. Se espera una votación antes del fin de semana.

“Después de ocho meses de difícil negociación, hemos alcanzado un acuerdo tentativo que resguarda la cobertura médica y los empleos de nuestros trabajadores”, declaró Rick Icaza, el presidente de la seccional sindical, y añadió que este desenlace fue posible gracias a la resolución mostrada por los miembros del sindicato: “Esto prueba que cuando se pelea, se gana”.

Las tres cadenas de supermercados difundieron un comunicado conjunto en el que expresaron su satisfacción por el acuerdo tentativo, y aseguran que este garantiza buenos salarios, pensiones de retiro seguras y el acceso a un plan de cuidados médicos de buena calidad y costeable, al mismo tiempo que les permite a las empresas preservar su competitividad en el mercado.

“Apreciamos mucho el trabajo duro, el apoyo y la paciencia que todo el mundo ha demostrado durante los pasados siete meses, y particularmente en las últimas semanas”, se dice.

No se revelaron detalles del acuerdo, que fue alcanzado al filo del mediodía. Mike Shimpock, el portavoz de la UFCW explicó que no podía proporcionarlos mientras los trabajadores no fueran puestos al corriente, y tuviesen la oportunidad de pronunciarse.

“La orientación que hemos dado a nuestros miembros es que continúen trabajando, y que esperen los detalles de la negociación”, dijo.

Los trabajadores y las tres cadenas empezaron a negociar un nuevo contrato en marzo, pero hasta ayer no habían logrado ponerse de acuerdo sobre cuestiones espinosas como beneficios médicos y salarios.

El alcalde de Los Ángeles, Antonio Villaraigosa, que apenas un día antes presionó a las partes para que se esforzaran por lograr un acuerdo en la mesa, aplaudió el resultado ayer.

Aunque los trabajadores otorgaron a su directiva el poder de llamar a huelga en dos ocasiones –la más reciente el mes pasado–, la posibilidad de que se paralizaran labores no cobró urgencia hasta el viernes pasado, cuando el sindicato anuncio el quiebre de las negociaciones y anuncio que no iba a prorrogar la extensión del contrato anterior.

Las leyes exigen que el sindicato anuncie a las empresas con 72 horas de anticipación antes de irse a una huelga.

A pesar de la interrupción del proceso de negociaciones tomada por la UFCW el fin de semana, en las tiendas de las tres cadenas los estantes de abarrotes lucían repletos como siempre, como si no fuera a haber una huelga.

Sin embargo, representantes de Ralphs y Albertson dieron a conocer que si el paro se materializaba, entre ambas cerrarían alrededor de 350 tiendas.

El movimiento laboral de Los Ángeles aplaudió ayer el acuerdo tentativo.

“Esto nunca hubiera ocurrido si las bases de la organización no hubiera tenido la voluntad de irse a la huelga”, dijo María Elena Durazo, la directora y secretaria-tesorera de la Federación del Trabajo del condado de Los Ángeles, un frente afiliado a la AFL-CIO.

Hace ocho años, al final de un áspero proceso de negociaciones en el que ya se veía venir una huelga, las tres empresas tomaron la decisión de realizar un cierre patronal, el cual duró 141 días y tuvo consecuencias nefastas para ambas partes.Los supermercados perdieron dos mil millones de dólares en utilidades en los seis meses de conflicto, y los trabajadores terminaron con importantes erosiones en su paga y beneficios, especialmente en el caso de los nuevos empleados.