Los indignados de LA

Los “indignados” de Ocupar LA llevan un mes acampados frente a la alcaldía y al Concejo Municipal de Los Ángeles, un tiempo que esta sobrepasando la paciencia de las autoridades locales y que cuesta dinero a los angelinos.

Como hemos dicho con anterioridad, es comprensible y hasta natural que haya una protesta e indignación por la política económica y financiera de los últimos tiempos que condujo a la creciente disparidad de riqueza y a una crisis de desempleo.

Tampoco sorprendió que la gran mayoría de los concejales hayan corrido inicialmente a respaldar a los manifestantes ya que su protesta está orientada a políticas emanadas desde Washington y muy poco de control local.

Ahora estos políticos locales, incluyendo el alcalde se hayan en camisa de once varas. La presencia de los indignados en el predio público del centro de Los Ángeles cuesta dinero a los contribuyentes en momento en que la ciudad está escasa de fondos.

Al mismo tiempo, el campamento infringe ordenanzas municipales que serán razonablemente argumentados para solicitar la remoción del campamento.

La violencia ocurrida en Oakland para remover a los manifestantes no debe producirse en Los Ángeles bajo ningún motivo ni justificación. Esta no es alternativa.

Ahora, los manifestantes deben organizarse de manera que haya interlocutor representante para negociar el traslado del campamento a un área donde pueda continuar por el tiempo que ellos consideran necesario sin costarle dinero al erario público.

Hay un derecho de expresión, eso no está en discusión, sino la modalidad de una protesta indefinida que no tiene una claridad ni un foco de demanda especifica. Esperamos que haya un acuerdo que lejos de representar una rendición de los “indignados” muestre una capacidad organizativa que reforzará la imagen del movimiento.

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