Protesta en transparencia

El movimiento 'Occupy LA' no quiere ser como los bancos que critica

Agua: $41; hielo: $19; botes de plástico: $200; baterías: $11.50. Cada centavo que el movimiento local anti-Wall Street recibe y gasta se coloca en un pizarrón a la vista de todos. De esta manera tratan de no reproducir la práctica que tanto critican: la falta de transparencia de los bancos.

“La junta que ves aquí es parte de esa transparencia. Creamos una hoja de balance con el dinero que colectamos y lo que gastamos, eso nos permite que cada uno de los que están aquí entienda cuánto dinero tenemos”, explica Claire Moss, integrante del llamado Comité de Finanzas de “Occupy LA”.

No es una improvisada, una maestría en administración pública le ha permitido ser una de las cinco personas encargadas de recibir las donaciones en efectivo en nombre del movimiento que acampa en el edificio de la Alcaldía desde hace tres semanas.

El último balance hecho por el comité, correspondiente a la primera semana de ocupación, expone que recibieron 7,747 dólares, que gastaron 2,300 dólares y que tenían 5,411 dólares en caja. Parece poco para proveer sanitarios, alimentos, atención médica, ropa y un largo etcétera a un grupo que sigue creciendo; sin embargo, las donaciones en especie, que no se incluyen en el desgloce financiero, han sido de gran ayuda.

“Pasan por aquí y dejan cosas; lo que más traen es ropa”, dijo Dalesy Casasola, estudiante de Ciencias Políticas y quien ayer sumaba 15 días continuos viviendo en el campamento. “No me voy de aquí hasta que me saque la Policía”, afirmó.

Alguien se le acercó para entregarle una bolsa pequeña de color negro. De su interior sacó jabones de tocador y un paquete de cepillos de dientes. “¡Los necesitábamos!”, expresó emocionada antes de colocar los artículos dentro de una carpa con ropa usada donde se lee en un cartel: “Por favor, toma solo lo que necesitas”.

Los precursores del movimiento Occupy Wall Street han reunido 435,000 dólares, de los cuales la quinta parte fue colectada directamente en Nueva York, informó la prensa. Aquí, en Los Ángeles, han recaudado mucho menos porque no han aceptado grandes donaciones monetarias de sindicatos, organizaciones civiles, ni individuos, para tratar de desvincularse de influencias externas. Aunque tienen planeado someter el asunto a discusión en una asamblea general.

“No intentamos acumular grandes cantidades de dinero, solo lo necesario para permanecer aquí y hacerlo de manera funcional”, aclaró Moss, quien indicó que todavía no han establecido la cantidad máxima permitida. “Pero definitivamente 5,000 dólares es un límite”, comentó.

En Nueva York han gastado unos 20,000 dólares en la compra de cámaras de video y computadoras portátiles. Aquí, en cambio, utilizan equipo de cómputo de segunda mano, lo cual les había permitido hacer un gasto de apenas 134 dólares en cartuchos para impresoras, gafetes o películas durante los primeros días de estancia.

Pero la carpa de medios de comunicación, desde donde se transmite el mensaje directo del movimiento a través de distintas plataformas, es la más vigilada. Sólo se permite la entrada con credenciales extendidas por agencias del orden o por el movimiento. “Pasa algunas veces que toman el equipo y se lo llevan”, dijo Ashley Carey, encargada de las redes sociales de “Occupy LA”.

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