Saleh regresa y pide la paz

Aun cuando aboga por la tregua y el diálogo, los combates han continuado

SANÁ, Yemen (EFE).- Después de más de tres meses de ausencia, el presidente yemení, Alí Abdalá Saleh, regresó por sorpresa a Yemen e hizo un llamamiento a la tregua y al diálogo para salir de la actual crisis, pero los combates continuaron en Saná y dejaron 13 muertos.

El retorno de Saleh, que se enfrenta desde el pasado enero a una fuerte contestación en las calles, ha conmocionado al país y desencadenado cruentos choques entre las fuerzas de seguridad y los seguidores del líder tribal opositor Sadeq al Ahmar.

El mandatario aterrizó ayer por lamañana en Saná procedente de Riad, a donde fue trasladado el pasado junio para ser tratado de las heridas sufridas en un atentado contra el palacio presidencial, del cual el gobierno acusó a Al Ahmar.

Pocas horas después de su llegada, Saleh pidió a las distintas fuerzas políticas y militares en conflicto en el país que cesen la violencia, que en los últimos días ha dejado casi un centenar de muertos.

En una nota difundida por la agencia de noticias Saba, el presidente instó a las fuerzas políticas y militares a llegar a un alto el fuego y frenar el derramamiento de sangre.

En este sentido, hizo hincapié en que la solución a la crisis que sacude el país desde hace meses no está en las armas sino en el diálogo y la comprensión.

Aunque desde su llegada se especuló con la posibilidad de que el mandatario pronunciara un discurso ayer viernes, lo único que salió a la luz fueron otras declaraciones de Saleh instando a la paz.

“He regresado a la patria trayendo conmigo una paloma de la paz y una rama de olivo sin tener malas intenciones ni rencor contra nadie y con el interés de que impere la paz, la tolerancia, la amistad, la hermandad y el entendimiento”, dijo posteriormente el mandatario, según Saba.

Estas palabras no lograron calmar los ánimos de la oposición ni los enfrentamientos entre las fuerzas de seguridad y los partidarios de Al Ahmar, desencadenados en el barrio de Al Hasaba, lugar de residencia del jefe tribal.

Estos choques causaron la muerte de 13 partidarios de Al Ahmar y heridas a más de 40, según un comunicado difundido por la tribu.

Además de los combates, también se han convocado manifestaciones pacíficas de la oposición para pedir la caída de Saleh a las que han acudido cerca de 100.000 personas.

En la plaza Taguir (Cambio) de Saná, donde la oposición mantiene una acampada desde hace meses, los manifestantes corearon lemas en contra de Saleh como “Decidle al asesino que va a ser juzgado y Alá es testigo”.

En la misma línea, uno de los principales grupos instigadores de las protestas contra Saleh, que comenzaron a finales del pasado enero, afirmó en un breve comunicado que “los jóvenes de la revolución van a intentar juzgar al asesino que ha vuelto hoy”.

Mientras este multitudinario grupo exigía la salida de Saleh, más de 20.000 seguidores del presidente se concentraron en la plaza de los 70, situada en otra área de Saná, para celebrar el retorno de su líder.

En esta convocatoria predominaron las imágenes de Saleh, que fue primero presidente de Yemen del Norte en 1978 y pasó a ocupar la Presidencia de la República de Yemen tras la unificación entre el norte y el sur en 1990.

Al repunte de la violencia se une la inestabilidad política, debido al fracaso esta semana de la mediación de los países del Golfo Pérsico para un traspaso pacífico del poder.

La iniciativa del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG), que ha sido rechazada en tres ocasiones por Saleh, estipula el traspaso de la autoridad al vicepresidente, Abdo Rabu Mansur Hadi, en el plazo de un mes desde su firma.

Pero la presión interna y externa no deja de crecer, y hoy la Casa Blanca exigió a Saleh que firme el acuerdo patrocinado por el CCG y abandone el poder.

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