Un consenso necesario

El mensaje del presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, al Congreso no pudo ser más directo sobre el papel clave que tiene el sector político para tomar las medidas necesarias para salir de la crisis económica. El problema es que la polarización entre demócratas y republicanos en Washington es un obstáculo para lograr los consensos necesarios.

Un ejemplo de ello, es el plan de empleos presentado hace unas semanas por el presidente Obama que, a pesar del esfuerzo del mandatario de recorrer el país recaudando respaldo al mismo, todavía no levanta vuelo en el Congreso.

Los republicanos de la Cámara Baja rechazaron la propuesta valuada en 447,000 millones de dólares y solo aceptan aprobar lo que les agrada: la ratificación de los tratados de libre comercio y poco más. Al mismo tiempo, los demócratas en el Senado están modificando el financiamiento del plan en medio de los llamados del presidente al Congreso de tomar su propuesta tal como fue presentada originalmente.

Lo ideal sería que surja del Congreso una medida para crear empleos, basada en la propuesta de Obama y negociada entre demócratas y republicanos. Pero las perspectivas para ello no son buenas. La intransigencia que ha llevado al Congreso a obtener su índice más bajo de popularidad en 20 años, sigue presente tanto hoy como lo estuvo en las pasadas pláticas sobre el presupuesto y la deuda pública.

Las palabras de Bernanke son un llamado casi desesperado a la cordura política, ya que la estrategia monetaria de la Reserva parece insuficiente para la recuperación. Este es un clamor de los estadounidenses en general que, según los sondeos de opinión, tienen más confianza en la propuesta de empleos que en los obstáculos de la Cámara Baja.

No es mucho pedir que el Congreso deje a un lado las agendas políticas y electorales para buscar un consenso que responda a la necesidad urgente de empleos de los estadounidenses.

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