Violencia contra la mujer

Miles de mujeres inmigrantes de origen latino en EEUU son víctimas de abuso pero no se quejan por ser indocumentadas, porque no dominan el inglés y por el machismo tan arraigado en su cultura.

En la mayoría de las comunidades con alta población latina, el problema ha adquirido proporciones alarmantes. En el condado de Orange, por ejemplo, de los 8,998 casos de violencia que se reportaron en 2010, casi el 50%, se dieron entre la población de habla hispana, en su mayoría de origen mexicano.

Para combatir este flagelo, el consulado de México en Santa Ana organiza desde hace seis años, junto con otras instituciones, una conferencia anual sobre el tema. “El objetivo es informar a las mujeres sobre los recursos que existen para que pidan ayuda, así como sobre las nuevas leyes que se han creado para protegerlas”, dice la cónsul Alejandra García Williams.

Este año, la oradora principal de la conferencia, que tuvo lugar el pasado jueves, fue la secretaria ejecutiva del Instituto Nacional de las Mujeres de México, María Elena Álvarez Bernal, quien manifestó que la violencia contra las mujeres es un problema ancestral que tiene hondas raíces culturales que parten de la premisa de considerarlas inferiores con respecto a los varones.

La funcionaria indicó que algunas encuestas estiman que siete de cada 10 mujeres mexicanas mayores de 15 años han vivido al menos una situación de violencia de género, ya sea en el ámbito comunitario, escolar o laboral o familiar.

Álvarez precisó que para atacar este problema el gobierno de México creó en 2001 el Instituto Nacional de las Mujeres -cuya misión principal es promover los derechos humanos de este grupo- y el Congreso actual aprobó dos importantes leyes: la Ley de Igualdad entre Hombres y Mujeres y la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia.

De manera paralela, la funcionaria dijo que se han creado refugios para mujeres, una línea para llamadas de emergencia, centros de atención en las procuradurías generales de justicia y una fiscalía especial para delitos de violencia y un modelo de equidad de género para certificar que empresas privadas e instituciones públicas ofrezcan igualdad de oportunidades a las mujeres.

Sin embargo, subrayó que lo más importante de todo es la prevención. Y en ese sentido destacó que se han empezado a dar cursos en las escuelas primarias sobre la necesidad de combatir el hostigamiento y las agresiones físicas hacia las mujeres.

Para atender a las mujeres migrantes de México, Álvarez manifestó que se ha reforzado la colaboración entre los consulados de México en EEUU con las autoridades locales.

Estas acciones, como bien apunta Álvarez, indican que se han logrado avances importantes para proteger a la mujer. Sin embargo, el fantasma de la discriminación hacia el sexo femenino está profundamente arraigado por lo que es tarea de todos, y especialmente de los padres, contribuir a erradicar desde la infancia estas ideas anquilosadas que tanto daño causan a la sociedad.

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