Tensión por desalojo
Desplazamiento de policías mantenía anoche en guardia al movimiento de 'indignados' en el centro de Los Ángeles
A la espera de una orden judicial que extinguiera o amparara al movimiento de los “indignados” de Wall Street en Los Ángeles, el fantasma del desalojo violento no dejaba de rondar anoche al edificio de la alcaldía, sobre todo cuando un contingente de policías se preparaba para el operativo, al cierre de esta edición.
Simpatizantes de Occupy LA imploraban ayer al Concejo municipal no permitir que los policías utilizaran gas pimienta, balas de goma, bastones, ni otros dispositivos para forzar su salida del llamado “Parque Solidaridad”, su hogar desde hace dos meses. “No toleraremos la brutalidad”, expresó el grupo.
Dos concejales los exhortaron a evacuar el lugar lo antes posible para no ser detenidos por permanecer en una asamblea que es considerada ilegal desde el primer segundo del lunes. “Si deciden ser arrestados, no opongan resistencia”, recomendó el concejal Bill Rosendahl.
“La no violencia es un elemento clave para el cambio social”, recalcó el edil citando dos ejemplos de la lucha civil pacífica: Mahatma Gandhi y Martin Luther King Jr.
La Policía, por su parte, seguía preparando el operativo de evacuación, integrando un grupo de reporteros que tendrán acceso exclusivo al desalojo, aunque, según confirmaron sus voceros, ningún medio hispano participará porque, afirmaron, “no respondieron” a la convocatoria.
A decir del jefe de esa corporación policiaca, Charles Beck, tienen todo bajo control en un campamento que, en menos de 24 horas, se redujo de 2,000 a 500 manifestantes. “Nadie debe hacerse ilusiones de que este es un signo de debilidad, incapacidad o falta de voluntad”, declaró a un diario local.
Los “indignados” de Los Ángeles, cuyas demandas son respaldadas por las minorías de California, reveló ayer una encuesta, procuran dormir durante el día, teniendo claro que los desalojos en otras ciudades se han realizado durante la madrugada.
“Están tratando de correr poco a poco a la gente; esa es su táctica”, dijo Alex Ventura, residente de Whittier y quien ayer durmió menos de dos horas.
Para Dennis Zine, concejal y policía retirado, la única estrategia de evacuación que queda es por medio de la fuerza pública. “Les están dando la oportunidad de salir y los que no obedezcan serán forzados y conducidos a la cárcel”, dijo a La Opinión. “No hay otra opción”.
Durante la madrugada del martes reinaba la calma en el campamento, después de un día de mucha tensión por el vencimiento del plazo dado por las autoridades para el retiro de las tiendas de campaña.
Unas cuantas patrullas se encontraban estacionadas en los alrededores, pocos policías rondaban el área y las calles lucían vacías. En el centro de la plazoleta del Ayuntamiento un grupo de indignados analizab lo que había pasado la madrugada anterior.
El alcalde Antonio Villaraigosa advirtió el viernes que a partir del primer minuto del lunes los integrantes del movimiento Occupy LA debían desalojar los jardines dela alcaldía, donde han permanecido desde el pasado 1 de octubre.
Pero con el apoyo de cientos de personas que desde la noche del domingo tomaron las calles aledañas al Ayuntamiento, algo que derivó en el arresto de cuatro personas, el campamento se mantiene en medio de una latente amenaza de incursión policiaca.
“Gracias a Dios que todo está muy calmado hoy [martes], no creo que pudiera aguantar otro día como el de ayer”, expresó Kenny Parker, quien dijo haber conciliado el sueño alreddor de las 8:00 a.m. del lunes, luego de una madrugada intensa.
Cientos de agentes antimotines tuvieron que intervenir el lunes para controlar a una multitud que se manifestaba en las calles colindantes al Ayuntamiento en apoyo al movimiento, que busca cambiar el sistema financiero que prevalece en el país.
“No creo que la policía vaya a intervenir”, comentó Parker. “Claro que pueden hacerlo, pero creo que es más importante para el LAPD limpiar su imagen. No creo que vengan con botes de gas pimienta, balas de goma y toda esa m . porque no quieren más demandas”.
Algunos de los ocupantes de los jardines del edificio de la Alcaldía han instalado pequeñas casas en los árboles.
Emanuel Rosas y sus amigos construyeron su morada a unos tres metros de altura en medio de cuatro palmeras. Desde lo alto de su casa, a la que han llamado “La Fortaleza”, Rosas comentó que las autoridades ya están advertidas de que no pueden actuar en contra de los derechos que les otorga la Constitución.
Se refería a la orden que representantes del Gremio Nacional de Abogados (NLG) solicitaron a un juez federal para que evite el desalojo del campamento de Occupy LA. El veredicto del tribunal quizás se dé a conocer hoy miércoles.