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30 meses de prisión para la abuela traficante

Vista de la residencia de  Felicitas Gurrola, de 85 años, en Chula Vista, San Diego. Operó el negocio de tráfico de personas por 40 años.

Vista de la residencia de Felicitas Gurrola, de 85 años, en Chula Vista, San Diego. Operó el negocio de tráfico de personas por 40 años. Crédito: AP

SAN DIEGO (EFE).- Felicitas Gurrola, de 85 años de edad y quien lideraba una organización de tráfico de inmigrantes indocumentados compuesta por mujeres que operaba en el sur de California, fue sentenciada ayer a 30 meses de prisión.

El abogado de Gurrola, Thomas Matthews, dijo que él abogó por una condena de 12 meses para el cargo de conspiración para traficar extranjeros, lo que aunado a los ocho meses que ha pasado ya en prisión le permitiría salir antes en atención a sus dolencias, frente a los 37 meses solicitados por la fiscalía.

En su aparición en la corte, Gurrola dijo estar arrepentida de sus delitos y pidió perdón.

“Fue un caso difícil para el juez, debido a que tuvo que balancear la edad avanzada de Gurrola con establecer un precedente por la gravedad de sus actos. El fiscal, en atención a su edad, decidió no presentar el cargo más severo de tráfico para obtener ganancia financiera que le hubiera costado entre siete y ocho años de prisión, por lo que en general la sentencia no es tan mala como pudo haber sido”, dijo Matthews.

El abogado comentó que Gurrola padece del corazón, tiene presión alta, dificultad para respirar, además de artritis en sus manos, codos y rodillas, y gota.

El juez de distrito de EEUU para el sur de California Dana Sabraw también sentenció a 30 meses a su hija, Hilda Moreno Gurrola, de 56 años, a fin de que pueda cuidar a su madre, recomendando que ambas sean trasladadas a la misma prisión federal.

En agosto pasado Gurrola, quien tiene 85 años, se declaró culpable de encabezar una organización que transportaba a cerca de 80 inmigrantes con documentos falsos cada mes desde el puerto de San Ysidro hasta Los Ángeles y que operó por cerca de 40 años.

A diferencia de organizaciones criminales que tienen vínculos con el tráfico de drogas y que suelen ser lideradas por hombres jóvenes que transportan a inmigrantes por rutas peligrosas en el desierto, el grupo de Gurrola era de carácter familiar y transportaba a sus clientes por la garita de San Ysidro, la más transitada del mundo. La octogenaria, también conocida como “Señora Fey”, cobraba cerca de 3,500 dólares por persona transportada desde Tijuana a Los Ángeles.

Por su operación, Gurrola había recibido ya una condena por tráfico de inmigrantes en 1982, cuando huyó a México, aunque posteriormente logró regresar a EEUU.

De acuerdo con los fiscales, la organización incluía a cerca de 80 personas, la mayoría mujeres, y sobrevivió por décadas utilizando métodos tradicionales.

En testimonio ante la corte, Matthews dijo que durante sus cuatro décadas como traficante Gurrola nunca lastimó o maltrató a ninguno de sus clientes. “Si vale de algo decirlo, ella cruzaba a los inmigrantes sin descuidar su seguridad. No los hacinaba en cajuelas o compartimentos en automóviles. Cada persona tenía un guardián que los cuidaba. Era una operación a la anLa manejaba con eficiencia y ahora pagará las consecuenciastigüita”, dijo su abogado.

En abril pasado, tanto Gurrola como otras 10 personas, incluida su hija Hilda recibieron cargos criminales por tráfico de inmigrantes.

En la audiencia otra integrante de la banda, Guadalupe Ojeda Zamora, de 50 años, recibió una sentencia de 37 meses.

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