Faltó la ‘deportación diferida’ para familia

Madre de tres ciudadanos ya fue deportada y el padre no sabe si podrá quedarse

Jorge Girón (derecha) habla con la prensa junto a sus tres hijos ciudadanos de EEUU, Jorge Jr. (izq.), Diego y Natalie. La madre fue deportada.

Jorge Girón (derecha) habla con la prensa junto a sus tres hijos ciudadanos de EEUU, Jorge Jr. (izq.), Diego y Natalie. La madre fue deportada. Crédito: Pilar Marrero

Los Girón, papá, mamá y tres hijos, parecen ser candidatos ideales para obtener una deportación diferida de esas que hace meses el gobierno de Barack Obama viene prometiendo y emitiendo memos al respecto: son una familia modelo, los tres hijos están en escuelas Magnet y no hay ningún delito en su pasado.

No obstante, nada de eso importó cuando el pasado 9 de diciembre los agentes de ICE llegaron a arrestar no solo a Jorge -el padre-, o a María Elena -la madre- sino a los dos al mismo tiempo, en un operativo que hubiera dejado a los tres hijos estadounidenses sin apoyo y respaldo en este país.

En poco tiempo, María Elena había sido deportada a México, donde está desde entonces en León, Guanajuato con sus padres y Jorge Girón entró en un programa de libertad controlada por ICE en espera de que den un siguiente paso.

“La deportación se dio con mucha velocidad. No hubo tiempo para conferir con un abogado y no hubo mucha coordinación para asegurar el bienestar de los niños”, dijo ayer la abogada de inmigración Meredith Brown, quien representa a la familia.

Jorge Girón es originario de Guatemala y llegó con una visa de turista en 1990, con el objetivo de trabajar para ayudar a su mamá a comprar una casa pero aquí conoció a María Elena, se enamoraron y decidieron formar una familia.

“Yo traté de arreglar mis papeles y me presentaron un paralegal que me dijo que la forma de tener un permiso de trabajo rápido era presentando un caso de asilo así que lo hicimos”, dijo Girón. El caso eventualmente fue negado y agotadas las apelaciones hacia 2004. “Nunca recibimos una carta final de negación del caso y no estábamos seguros de qué pasaba, pero si yo hubiera pensado que estaba fugitivo me hubiera mudado de donde vivía por tanto tiempo”.

Jorge Girón mostró orgulloso una carpeta con los diplomas de sus hijos: asistencia perfecta, buenas notas, hasta un premio de “buen ciudadano”. Uno de los niños, Diego, es considerado “gifted” o de inteligencia especial y tiene un promedio de notas de 4.0, es decir, el máximo.

“Lo que está pasando no es justo”, declaró Diego, de 10 años, quien está en el quinto grado en una escuela de South Gate. “Todos somos humanos y deberíamos tener una buena vida. Le pido al Presidente que por favor nos ayude, yo extraño a mi mamá y la quiero mucho”.

La abogada Brown señala que no parece haber mucha coordinación entre lo que ordena la Casa Blanca y lo que está haciendo ICE en las calles.

“Parece que están acelerando las deportaciones para subir los números”, dijo Brown. “Pero vamos a luchar por un tipo de visa o acción diferida para él. Desafortunadamente, para ella será muy difícil volver”.

Se logre o no la visa para el padre, todo parece indicar que la familia está separada para siempre y que las consideraciones de “discreción” para fiscales y agentes de ICE se aplican de manera desigual.

Para Jorge Girón es difícil mantener la calma, sobretodo al acercarse una triste Navidad para todos.

“No hay buena época para que le separen a uno la familia, pero en las fiestas es aún más difícil”, dijo el hombre, quien trabaja como electricista. “A veces de noche uno flaquea y llora, pero trato de evitarlo delante de mis hijos para que ellos no lloren también”.

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