Nuestros electores más jóvenes

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Crédito: Archivos

NUEVA YORK — En 2012 se conmemoran 40 años desde que el gobierno redujo de 21 a 18 la edad mínima para votar en los Estados Unidos. Gracias a esa ley, los estadounidenses que nacieron entre enero y octubre de 1994 -quienes arribarán a la mayoría de edad a tiempo para registrarse y votar el 6 de noviembre – se convertirán en lo que expertos consideran un grupo importante a seguir en las próximas presidenciales.

Pero, ¿quiénes son y qué ha influido la vida de estos nuevos votantes? Aquí un análisis del mundo que ha moldeado a nuestros electores más jóvenes.

Cuando nacieron en 1994, el demócrata Bill Clinton era presidente. Acababa de terminar la Guerra Fría y EE.UU. disfrutaba del título ‘súper potencia del mundo’. La palabra globalización apenas entraba en boga. Ese año, Clinton aprobó el Tratado de Libre Comercio de América del Norte, el cual abrió paso a dramáticos cambios políticos y económicos. Pero a pesar de ser frutos de tiempos más gloriosos, los jóvenes votantes han crecido presenciado la pérdida de la manufactura americana, el ascenso de China e India, los atentados terroristas de 2001 y las guerras en Irak y Afganistán.

Habiendo crecido durante el ‘boom hispano’ de los Estados Unidos, para estos nuevos votantes los vecinos latinos son tan normales como ver Los Simpson. Nacieron en un país con 27 millones de latinos y en sus 18 años de vida han visto esta comunidad crecer a 50.5 millones. Contrario a generaciones anteriores, estos votantes han crecido en un país bilingüe, donde casi 37 millones de personas mayores de 18 años reportan hablar español en sus hogares. Y están más acostumbrados a ver latinos en posiciones de liderazgo, entre ellos la primera hispana jueza en la Corte Suprema de Justicia estadounidense, Sonia Sotomayor.

Cuando estos jóvenes nacieron, el dólar era la moneda más poderosa en el mundo y la economía estadounidense era una de las más estables. Desde entonces, la deuda externa se disparó a $15 trillones; la clasificación crediticia cayó por primera vez en 40 años, y el país se embarcó en la crisis económica más grande desde la Gran Depresión, la cual persiste con altos niveles de desempleo y pobreza.

Criados en la era de internet, apenas pueden creer que había vida antes de Google y las redes sociales, aunque cuando nacieron la red apenas comenzaba a masificarse. Para la mayoría, educados en la era del teclado, el lápiz es un artículo de colección, y los teléfonos inteligentes son casi una extensión de sus extremidades. Si la campaña de 2008 de Obama aprovechó Youtube y las redes sociales, este año los partidos tendrán que ser mucho más agresivos para llevar sus ideas a estos a estos nuevos votantes acostumbrados a comunicarse virtualmente con mensajes cortos y concisos.

Estos nuevos votantes nacieron cuando todavía se usaban gigantes cintas de VHS para ver películas en casa. Pero ellos han superado el otrora minimalismo de los DVDs y CDs por descargas online de películas y música – si en los 90s sus padres pagaban $20 por un CD, ellos no dan más de 99 centavos por grandes éxitos de Pitbull, Don Omar y Calle 13. Esta generación cambió a Forrest Gump por Harry Potter y los vampiros de Twilight. Y no aceptarían Pulp Fiction a menos que fuera en 3D. Y el Super Nintendo de 1994 es un artefacto pre-histórico frente a las posibilidades de Nintendo Wii.

Con un extraordinario acceso a la información y a comunicarse virtualmente, estos jóvenes parecen más propensos a organizarse y defender sus derechos -siempre que se sientan identificados por una causa. Los Soñadores, por ejemplo – el movimiento de estudiantes indocumentados crecidos en Estados Unidos que buscan la legalización – ha ensamblado una impresionante campaña nacional que ha sido posible, en gran parte, gracias a las nuevas tecnologías de la telecomunicación.

Expertos pronostican que el año próximo los votantes más jóvenes participarán en las elecciones que en los 90, cuando el porcentaje de jóvenes elegibles para votar llegó por primera vez a su punto más bajo desde 1972. La histórica elección de 2008 atrajo a las urnas a 62% de primeros votantes en educación universitaria y casi 36% de los que no estaban en la universidad. Sin embargo, en el clima electoral actual, es difícil prever a qué candidato apoyarán.

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