Es difícil ser joven cuando hay crisis

Jóvenes entre 18 y 24, los más afectados por la recesión, pero son optimistas

En tiempos de crisis, todos los grupos demográficos sufren de alguna manera. Pero algunos más que otros según confirma un estudio del Centro Pew de Investigación.

Según el estudio “Joven, subempleado y optimista”, dado a conocer esta semana, el grupo de jóvenes entre 18 y 24 años es el más golpeado por la crisis económica. Si bien el índice de desempleo para la población en general está disminuyendo, sólo el 54% de los jóvenes tienen trabajo, el índice más bajo desde 1948.

A su vez, los sueldos de aquellos que sí tienen trabajo de tiempo completo sufrieron una reducción del 6%, el porcentaje más alto entre cualquier otro grupo, en los últimos cuatro años.

Cada vez más, los jóvenes tardan en independizarse económicamente. En 1993 una encuesta de Newsweek encontró que el 80% de los padres consideraban que sus hijos podrían independizarse a los 22 años. Hoy en día sólo el 67 % mantienen esa creencia y tres de cada 10 padres (31%) consideran que sus hijos no podrán independizarse hasta pasados los 25. El estudio encontró que hoy en día es más difícil para los jóvenes conseguir trabajo y poder alcanzar las metas financieras básicas que sus padres dieron por sentadas. Al menos siete de cada 10 dijeron que era más difícil ahorrar para el futuro (75%), pagar la universidad (71%) o comprar una casa (69%)

Omar Miranda , de 18 años, trabaja en un supermercado y estudia en el colegio comunitario. Su sueldo solo le alcanza para pagar su auto y el seguro, y trata de ayudar a sus padres con los que vive. Omar dice que le es muy difícil poder ahorrar y le sería imposible vivir solo.

Daisy Cornejo, de 21 años, trabaja medio tiempo y volvió a vivir con sus padres para poder estudiar. Ella se siente optimista con respecto a la economía y cree que una vez que se reciba encontrará un buen trabajo.

Esta tendencia económica se refleja en la vida personal de los jóvenes y en su decisión de comenzar una familia. Según el estudio, el 20 % de los entrevistados pospusieron casarse (20%) o tener un bebé (22%) y uno de cada cuatro ( 24%) dijeron haber vuelto a vivir con sus padres, luego de haber vivido solos.

Y sin embargo, el grupo de jóvenes es más optimista que el grupo de personas mayores de 35 años, con mejor índice de empleo. El estudio reveló que casi nueve de cada 10 jóvenes (88%) miran al futuro con optimismo y creen que podrán ganar suficiente para vivir, Sólo un 9% dijeron que no podrán alcanzar la vida que les gustaría.

A nivel laboral, el estudio encontró que casi la mitad (49%) de los jóvenes aceptaron un trabajo que no querían para poder pagar sus cuentas, 24 % aceptaron un trabajo sin pago para ganar experiencia y más de un tercio, 35% dijeron haber vuelto a la escuela como resultado de la pobre economía. Según la investigación, la tasa de jóvenes inscriptos en la escuela secundaria y universidad es el mayor en la historia.

Zoila Figueroa, vive con su hija y cinco nietos, de tres a 21 años. Pero ella no cree que la economía sea la causa de que los jóvenes no se independicen, sino que no se saben administrar y ser responsables. “Yo me vine de Guatemala y les preparé todo para que vengan, pero ellos no supieron aprovecharlo y todavía los tengo que mantener”.

Mary, otra abuela que no quiso dar su apellido, coincidió con Zoila, según ella, los jóvenes no tienen el empuje de otras generaciones y buscan excusas para no responsabilizarse. “No importa la economía, cuando uno quiere trabajar, siempre encuentra algo”, aseguró.

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