Un acuerdo incompleto

La extensión de la deducción impositiva en la nómina salarial, por concepto de Seguridad Social, parece estar asegurada con la decisión del liderazgo de la Cámara de Representantes. Ellos ya no exigen que haya recortes de presupuesto equivalentes, para no aumentar el déficit fiscal.

Esta es una decisión astuta porque evita la repetición del escenario favorable para los demócratas de mostrar a los republicanos dispuestos a bajar incondicionalmente los impuestos a los más pudientes, al mismo tiempo que imponen exigencias cuando el beneficiado es la clase media asalariada.

Es más, en este caso el cambio de posición es una maniobra política porque al dar su respaldo a la extensión del beneficio impositivo, están desarmando un paquete de medidas que hasta el día de hoy iban juntas: la extensión de la deducción impositiva, la prolongación del seguro de desempleo y frenar la entrada en vigencia de recortes en el monto que Medicare paga a los médicos.

De esta manera, se deja en manos de los negociadores legislativos los dos últimos aspectos. Allí, especialmente en el área del desempleo, los republicanos quieren realizar cambios, entre ellos reducir el beneficio a 59 semanas, en vez de las 79 que quiere la Casa Blanca y las 93 que proponen los senadores demócratas.

De esta manera, es errónea la impresión de que finalmente demócratas y republicanos dejaron sus diferencias de lado en bien de los estadounidenses. Esto no ha ocurrido durante la presidencia y menos pasará en un año de reelección.

Tan solo basta esperar que no se repita entre hoy y fin de mes, el tira y afloje en medio de la intransigencia que deja a los estadounidenses como rehenes al borde del abismo.

Los desempleados y los beneficiarios de Medicare necesitan que se les de la misma claridad que se le otorga a los trabajadores cuya deducción impositiva del Seguro Social será extendida.

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