Bradley se engalla
El invicto dice que vencerá a Pacquiao el 9 de junio
Cuando la ilusión pisa el territorio firme de la experiencia y la duda planta cara al muro inexpugnable de la seguridad, son posibles muchas cosas, inclusive que Timothy Bradley se convierta en desafiante legítimo al título de los welters de la Organización Mundial de boxeo (OMB), y crea que le puede ganar a Manny Pacquiao.
Así lo dejaron plasmado ayer, en reunión con la prensa de Los Ángeles en Beverly Hills, donde se hizo oficial su pleito del 9 de junio en el MGM Garden Arena de Las Vegas.
Aferrado a su hábito de llevar a cabo dos combates cada 12 meses, el ocho veces campeón mundial y rey de la taquilla en los recientes cinco años, que viene de derrotar por apretada decisión al mexicano Juan Manuel Márquez tras un combate por el que muchos expertos se aventuraron a hablar de una fase de decadencia de su ciclo dorado.
Sin embargo, visto el recorrido de uno y otro, es claro que el filipino es amplio favorito, más allá de su calidad boxística, por su experiencia en enfrentar a rivales de 147 y 154 libras.
“Bradley es un peleador hambriento que nunca ha sido derrotado. Ésta va a ser una gran pelea”, dice Pacquiao, quien esta vez parece tener ventaja física ante un 140 libras puro como el californiano.
Nativo de Palm Springs y conocido como “Desert Storm”, Tim Bradley ha construido una importante carrera que lo ha llevado a unificar el título superligero hasta ganar respeto en los tinglados para desafiar a los mejores, y en esta oportunidad, y gracias al juego de las conveniencias de los promotores, se plantará frente al mejor boxeador libra por libra de hoy en el mundo.
“He sido un “underdog” toda mi vida, pero sé cómo ganar. Yo hablo ganando, y voy al ring a ganar. Manny es el más grande peleador del mundo, pero primero tenemos que pelear”.
Lo que luce difícil para el retador es que por primera vez se asoma a las 147 libras (superwelters), un peso en el que “Pacman” ha hecho papilla a sus enemigos y en el que ha podido mantener su velocidad y su pegada destructiva.
Bradley (28-0 y 12 KO’s) se caracteriza por sus buenos movimientos y su rapidez de manos, aunque su récord no habla de un noqueador.
“Es verdad que no soy un ‘heavy puncher’, pero tengo una velocidad y una dinámica que mis rivales no aguantan”.
En eso coincide su entrenador Joel Díaz, quien agrega: “Tim está listo para una guerra. Nadie está preparado para ese tipo de combate. Ya verán”.
Lo de Pacquiao (54-3-2 y 38KO’s) es evidentemente más simple. Toma a un boxeador de 140 libras y lo pone a ganar peso para enfrentarlo en una pelea titular en las 147 libras. (Podrían acordar menos libras).
“Algunos me dicen que es un combate fácil porque Bradley es un superligero y no un welter o superwelter. Deben pensar que es el rey de los superligeros y por eso es un gran rival”, decía Pacquiao, quien gastó varias bromas al afirmar que cuando pelea con pesos grandes como Clottey o Margarito le dicen que toma ventaja porque son muy lentos, y cuando pelea con hombres como Márquez o Bradley, le dicen que es fácil porque son pequeños.
A este respecto, Feddie Roach, entrenador de Pacquiao, dejó muy en claro que no se confían y que, como siempre, buscarán ganar el combate desde las semanas de trabajo en el gimnasio.
“Estoy complacido de preparar de nuevo a Manny, y esta vez para enfrentar a un rival invicto, un hombre que sólo sabe ganar e irá al ring a proteger su récord”, dijo Roach.
En medio de la cordialidad que predominó entre los rivales durante la reunión, Bradley dejo un último mensaje que algo tiene de grito de guerra.
“Es mi tiempo. Manny ha reinado por muchos años y lo respeto por lo que ha sido, pero va a tener que perder y le daremos la revancha en noviembre”, como si quisiera desestimar la opinión de los que creen que no tiene opción alguna contra el fenomenal filipino.
A todo esto, los expertos creen que por una vez las cosas están relamente servidas para tener en el final de año la soñada pelea Pacquio-Mayweather, ya que todos suponen que Manny vencerá a Bradley, y Floyd a Miguel Cotto.