Desalojo se mezcla con inmigración

Blanca Cárdenas, la mujer que fue detenida el pasado miércoles al resistirse a abandonar su hogar, después de que este fuera confiscado por el banco, fue enviada ayer a la cárcel federal de mujeres de Lynwood, luego de que autoridades de ICE (Immigration and Customs Enforcement) ordenaran su arresto por la tarde.

"¿Y mamá?" preguntaba Gloria a su padre Gerardo mientras esperaban el fallo en la corte de Van Nuys.

"¿Y mamá?" preguntaba Gloria a su padre Gerardo mientras esperaban el fallo en la corte de Van Nuys. Crédito: Virginia Gaglianone / La Opinión

Blanca Cárdenas, la mujer que fue detenida el pasado miércoles al resistirse a abandonar su hogar, después de que este fuera confiscado por el banco, fue enviada ayer a la cárcel federal de mujeres de Lynwood, luego de que autoridades de ICE (Immigration and Customs Enforcement) ordenaran su arresto por la tarde.

El caso de Cárdenas es uno de pocos en donde una situación de desalojo por presunta falta de pago a la hipoteca se ve complicada por la falta de documentos para estar en el país.

El miércoles pasado, agentes de la policía llegaron al hogar de Blanca Cárdenas y Gerardo Quiñones en North Hollywood, con una orden de desalojo. El Banco de América que tenía la hipoteca de la casa había vendido la propiedad y el inversionista que la compró llamó a la policía para que desalojara a la familia.

Cárdenas se rehusó a dejar su hogar argumentando que había presentado bancarrota y que estaba amparada por esta. Pero a pesar de sus argumentos, fue detenida por traspaso de propiedad privada y resistencia a la autoridad.

“Usualmente en estos casos, piden al detenido una fianza de 10,000 dólares y lo dejan salir”, explicó Isabel Rodríguez, abogada de Cárdenas. “Pero nos sorprendió el hecho de que no hubiesen estipulado una fianza y que la dejaran en la cárcel de Van Nuys”.

Cárdenas no tenía documentos para estar en el país y, al ser arrestada, las autoridades contactaron a ICE para pedir antecedentes.

Ayer por la mañana, en la corte de Van Nuys, el Juez Thomas Grodin, decidió dejar en libertad sin fianza a Cárdenas con la condición de que no se acercara a 200 yardas de la casa y de que no contactara al nuevo propietario. Pero dicha decisión fue temporal y pendiente de que el departamento del Sheriff la avalara. Sin embargo, por la tarde, la decisión del juez fue revertida, debido a que ICE le informó al departamento de Sheriff de una orden previa de arresto de años atrás cuando Cárdenas intentó entrar a EEUU presuntamente sin documentos.

Acto seguido, Cárdenas fue trasladada a la cárcel federal de mujeres de Lynwood. La alegría temporal que su familia sintió al escuchar el veredicto de ayer por la mañana, se convirtió en pesar y desconcierto, luego de que la orden del juez fuera revocada.

Las autoridades de inmigración determinarán la fecha para una nueva audiencia.

“Ahora sólo nos queda esperar”, señaló la abogada.

El esposo de Cárdenas, Gerardo Quiñones y su hijita Gloria, de 17 meses, están viviendo temporalmente en la casa de los abuelos. Todas sus pertenencias quedaron en la casa de North Hollywood de la que fueron desalojados.

“Hasta me tuvieron que prestar ropa”, confesó Quiñones, visiblemente desconcertado, triste y preocupado.

Cárdenas tiene otro hijo de 14 años que vive con el padre. La pareja de Colima, México vive en el país hace más de diez años. Ahora el gran desconcierto es que la joven madre podría ser deportada a su natal México.

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