El sur de LA se calienta

“RIP Steamy & Pinky! Ustedes dos siempre serán recordados”. El mensaje circuló en Twitter el domingo 26 de febrero refiriéndose al asesinato de Meldrick Melgoza y Carolina Ramírez, ambos de 16 años.

Los novios caminaban por una calle del vecindario de Wilmington, cerca del puerto de Los Ángeles, poco después de las 7:00 p.m., cuando fueron alcanzados por una ráfaga de balas que los mató al instante.

El 28 de enero fue Gonzalo Rodríguez, de 41 años, quien murió por multiples disparos en la Avenida King, en ese barrio. El 22, Ernesto Reyes, de 21 años, cayó abatido por un arma de fuego al este de la calle L. El 2, el cadáver de Cristian Álvarez, una joven madre, fue encontrado en esa misma vía; se cree que su homicida la violó antes de golpearla en la nuca.

Wilmington -un sector con más de 50,000 residentes, 87% de los cuales son latinos- ha experimentado un alarmante incremento de la violencia durante las primeras semanas del 2012, incidentes que han forzado al Departamento de Policía de la ciudad (LAPD) a reforzar los patrullajes en sus calles.

Tanta ha sido la consternación por el brote de inseguridad, que en la primera semana de febrero, antes del homicidio de la pareja de adolescentes, los vecinos realizaron cinco vigilias seguidas.

“Claro que estamos preocupados, hemos salido muy seguido en los noticieros por tanta muerte. Aquellas noches oramos para recuperar nuestra comunidad”, contó Melody García, habitante del lugar.

“Como un expolicía sé que el LAPD resolverá estos crímenes”, dijo Joe Buscaino, concejal del Distrito 15, que se extiende por barrios colindantes al puerto. “También sé que la Policía necesita la ayuda de los residentes de Wilmington”.

La estación Harbor de la Policía, que vigila el barrio de Wilmington, San Pedro y Harbor City, tuvo que reasignar a decenas de agentes a su sector para hacer frente a estos hechos delictivos.

Siguiendo esta estrategia el LAPD ha logrado mantener a raya a los criminales y bajar la tasa general de crímenes, pero en ciertas jurisdicciones las cosas se han salido de control.

Ese ha sido el caso de la División Sur de la Policía, que abarca la base de Harbor y otras del sur de la ciudad, donde la cifra de asesinatos dio un salto del 80% de diciembre de 2011 a enero de 2012. Del 1 al 28 de enero se reportaron 18 homicidios. Comparando el mismo período de 2010, el aumento fue de 39%.

El jueves, el jefe del LAPD, Charles Beck, informaba con preocupación el balance criminal en el Sur de Los Ángeles, donde ya se cuentan 50 asesinatos en los primeros dos meses del año. “Ahora tenemos cinco homicidios más de los que teníamos el año pasado”, manifestó en un encuentro con la prensa. “Enero ha sido el período más crítico”.

“El punto positivo de eso es que el crimen ligado a los homicidios -asalto agravado, robo, balaceras- ha bajado este año”, subrayó Beck. “Anticipamos que eso ayudará a que los niveles de homicidios vuelvan a bajar”.

Desde enero de 2007, en la estación Harbor se han registrado 104 muertes violentas, casi la mitad que en la base Newton, que patrulla el Sur-Centro de Los Ángeles, pero en lo que va del año en la segunda han ocurrido cuatro asesinatos (tres por arma de fuego), dos menos que en la primera.

En el barrio Central-Alameda, jurisdicción de la estación Newton, fue baleado Salvador Quiñones, de 47 años, cuando se encontraba frente a la cochera de su casa, el pasado 22 de febrero.

Los vecinos, que han colocado un altar con flores y veladoras, aún no superan su muerte. “Uno puede recibir un balazo hasta frente de su casa”, expresó afligido un hombre que pidió no ser identificado.

Cerca de ahí, en South Park, José Carrasco, de 23 años, perdió la vida por los disparos que recibió en el hombro derecho y el abdomen. La Policía lo atribuye a un crimen relacionado con pandillas.