Mucamas cuelgan los trapitos al sol
Recamareras del Hyatt sacan su protesta a la calle en Día de la Mujer

Las quejas de las recamareras, escritas en las fundas que colgaban ayer en el bulevar Sunset de West Hollywood. Crédito: Virginia Gaglianone
En el Día de la Mujer, las encargadas de la limpieza del Hotel Hyatt Andaz sacaron los trapitos al sol, literalmente. Las trabajadoras, apoyadas por activistas y organizaciones de defensa del trabajador protestaron ayer frente a su lugar de trabajo, escribiendo sus quejas en fundas de almohadas que luego colgaron en una soga en pleno bulevar Sunset, en West Hollywood.
“Me gusta el trabajo, dependo del trabajo, pero el cuerpo se cansa”, señaló Sandra Miranda, que trabaja hace 21 años para el hotel.
Junto a ella Bertha Castro, que trabaja hace 28 años para el hotel y ya tuvo que operarse sus dos rodillas, contaba que el hotel no usa las sábanas ajustadas regulares y para ahorrar todas son tamaño “king”, más allá del tamaño que sea la cama, lo que hace su trabajo mucho más difícil. Castro también se quejaba de la cantidad de cuartos que tienen que limpiar por día. Según la recamarera, en un momento llegaron a limpiar 16 dormitorios por día, cuando el máximo debería ser 11.
“Hay gente que es muy sucia o se tarda mucho para salir y después tenemos que andar a las carreras y hacerlo perfecto, porque nos vienen a controlar”, dijo Castro .
Jordan Kaye, vocero del hotel, respondió a las quejas diciendo que el Hyatt ha ofrecido a sus empleados los mismos salarios y beneficios que el sindicato aceptó en otros hoteles de Los Ángeles, pero que UniteHere Local 11, se negó a aceptar dichos términos. Según Kaye, dicha negación es el resultado de una agenda ulterior que tiene el sindicato y que son los empleados los que en definitiva se perjudican.
Entre los partidarios de las empleados se hizo presente la asambleísta Betsy Butler, asembleísta demócrata de West Hollywood.
“Hoy es el Día de la Mujer y es importante apoyar a las mujeres de nuestra familia”, señaló Butler. “No es la primera vez que protestamos aquí, pero los cambios van a tomar tiempo”.
Otros empleados del Hyatt y de otros hoteles apoyaban ayer a las mujeres.
James Beard, que trabaja en el restaurante, dijo que todos los empleados estaban siendo sobrecargados de trabajo. “En el restaurante, recibo a la gente, hago de mozo, levanto las mesas, un día van a querer que también trabaje de mi propio gerente para ahorrar dinero”, bromeó.