Obama expresa su pesar a Afganistán
El presidente Barack Obama, el jefe del Pentágono, Leon Panetta, y los mandos militares de Estados Unidos expresaron su pesar por el incidente en Afganistán donde un sargento estadounidense supuestamente mató a 16 civiles
WASHINGTON, D. C. (EFE).- El presidente Barack Obama, el jefe del Pentágono, Leon Panetta, y los mandos militares de Estados Unidos expresaron ayer su pesar por el incidente en el sur de Afganistán donde un sargento estadounidense supuestamente mató a 16 civiles, y prometieron una investigación plena y rápida.
La Casa Blanca informó que Obama llamó por teléfono al presidente de Afganistán, Hamid Karzai, para expresarle su pesar por el incidente, y prometió que EEUU hará todo lo posible para que se concluya una investigación a fondo de lo ocurrido.
Estados Unidos “hará rendir cuentas a quien sea responsable”, por el ataque, añadió Obama en una declaración distribuida por la Casa Blanca.
“Estoy profundamente entristecido por las muertes y heridas que, según los informes, han sufrido los civiles afganos”.
“Este incidente es trágico y estremecedor y no representa el carácter excepcional de nuestros militares y el respeto que Estados Unidos tiene por el pueblo de Afganistán”, continuó la declaración.
El Jefe del Pentágono, Leon Panetta, por su parte, repudió el acto de violencia y dijo que estaba “entristecido y estremecido porque un miembro de las Fuerzas Armadas de EEUU esté, supuestamente, involucrado, actuando claramente fuera de su cadena de comandos”.
Panetta también llamó a Karzai y le dijo que “el pueblo de Estados Unidos comparte la indignación que sienten el Presidente y el pueblo de Afganistán”.
El jefe del Estado Mayor Conjunto, general de Ejército Martin Dempsey, en un mensaje electrónico extendió sus condolencias a las víctimas del ataque y sus familias.
“Confío en que el general John Allen (jefe de las fuerzas militares de EEUU en Afganistán) y su personal den los pasos apropiados para investigar rápida y completamente las circunstancias de este incidente”, añadió Dempsey.
Fuentes militares estadounidenses confirmaron que el soldado, que supuestamente salió de su base en el sur de Afganistán y atacó a los civiles, está detenido en la ciudad de Kandahar. El hospital militar atiende a por lo menos cinco civiles heridos.
El general Allen emitió una declaración en la que promete “una investigación rápida y escrupulosa”, y señaló que el soldado, un sargento del Ejército (de Tierra) permanecerá bajo custodia estadounidense.
El incidente ocurrió pocas semanas después de que la quema de los ejemplares del Corán, el libro sagrado de los musulmanes, provocara violentas demostraciones en todo Afganistán.
Una encuesta de la cadena ABC News de televisión y el diario The Washington Post, publicada ayer mostró que el 54% de los estadounidenses opina que las tropas de este país deberían salir de Afganistán, según lo ya programado, independientemente de que las fuerzas de seguridad afganas puedan operar por sí mismas o no.
La encuesta, realizada antes del incidente del soldado, entre 1,003 adultos y que admite un margen de error de más o menos cuatro puntos porcentuales, encontró que el 60% de los estadounidenses creen que la de Afganistán no es una guerra que vale la pena librar.
El aspirante a la candidatura presidencial republicana Newt Gingrich, en una presentación esta mañana en el programa Face the Nation, de la cadena CBS, sostuvo que “ha llegado el momento de que Estados Unidos retire sus tropas de Afganistán”.
“Tenemos que reevaluar toda la región, dijo Gingrich. “Tenemos que comprender que el meternos en medio de países como Afganistán puede ser contraproducente”.
El presidente Obama, que en 2009 ordenó un incremento de 30 mil soldados en el contingente militar estadounidenses en Afganistán, inició el año pasado la retirada gradual de tropas.
Actualmente hay en Afganistán unos 100 mil soldados estadounidenses y es probable que para la fecha de las elecciones presidenciales en EEUU en noviembre, queden unos 68 mil soldados norteamericanos en el país del sur de Asia.
Gingrich argumentó que Estados Unidos “no tiene la fuerza de voluntad o la capacidad para cambiar fundamentalmente esa región”.
“No estamos preparados para ser lo suficientemente implacables como para forzarles a cambiar”, agregó.