Una nueva oportunidad para el Concejo Vecinal de Boyle Heights

El Consejo Vecinal de Boyle Heights acaba de cumplir un periodo de sanción tras varios años de disputas personales y división de facciones.

Un comité del Consejo Vecinal de  Boyle Heights en reunión el mes pasado. El BHNC acaba de concluir un periodo de sanción y ha vuelto a obtener acceso  a sus fondos.

Un comité del Consejo Vecinal de Boyle Heights en reunión el mes pasado. El BHNC acaba de concluir un periodo de sanción y ha vuelto a obtener acceso a sus fondos. Crédito: Jonathan Olivares / El Pulso de Boyle Heights

Un año después de una intervención por parte de la ciudad, el Consejo Vecinal de Boyle Heights (BHNC) ha vuelto a recuperar el control de sus operaciones y fondos. Lo que queda por ver es si puede convertirse, de una vez y para siempre, en un foro viable para la comunidad a la que supuestamente representa.

El Departamento para el Desarrollo y Fortalecimiento de los Vecindarios (DONE), la entidad encargada de supervisar los consejos del vecindario, notificó la semana pasada al BHNC que ya tiene acceso a sus fondos operativos y puede reanudar normalmente sus operaciones.

“Como resultado de los esfuerzos del BHNC, el Departamento declara [al Consejo] fuera de medidas exhaustivas y restaura de forma inmediata su financiación para que la junta [de directores] continúe la importante labor de apoyar y proveer una voz para la comunidad”, lee una carta enviada por correo electrónico por el gerente general de DONE, BongHwan Kim, fechada el 22 de marzo y obtenida por El Pulso de Boyle Heights.

Hace casi exactamente un año, el consejo vecinal había pasado a la categoría de “medidas exhaustivas”, lo que significa un período de prueba en el cual el BHNC tuvo una última oportunidad para organizarse, o de lo contrario, perder su certificación. La sanción pública se llevó a cabo después de años de lo que DONE describió en una carta como “continuas acusaciones e inquietudes de las partes interesadas” por posibles infracciones a las leyes estatales pertinentes a reuniones abiertas al público, políticas de financiación y los propios estatutos del consejo. El departamento mencionó que el grupo nunca había llegado al quórum necesario, que es obligatorio para tomar medidas legalmente vinculantes, además de manifestar una falta de “liderazgo general”.

La advertencia disciplinaria del 2011 tuvo lugar después de que la mayoría de la junta no asistiera a un retiro de capacitación que DONE había programado para el 19 de marzo de 2011. Según se informa, en una reunión muy polémica celebrada a finales de ese mes, el presidente y la mayoría del comité ejecutivo presentaron su renuncia.

La medida disciplinaria de DONE puso fin a un período de peleas internas, luchas personales y una división clara entre las facciones que se disputaban el poder. Tanto en informes publicados como en entrevistas celebradas con miembros de la junta del pasado y de la actualidad, el consejo ha sido descrito como “disfuncional” desde su creación.

El consejo se creó en el año 2002 como parte de una medida general impulsada por la municipalidad para darles a los vecindarios de Los Ángeles mayor autonomía en su gobierno. Existen unos 90 consejos que funcionan en la ciudad y a cada uno se le asigna un presupuesto anual de hasta 45,000 dólares para usar en gastos operativos y proyectos de la comunidad.

“Somos como un pequeño Concejo Municipal para nuestra comunidad”, señaló Terry Márquez, miembro de la junta de larga trayectoria. En el mejor de los casos, dijo Márquez, el consejo del vecindario ha afectado las decisiones del Concejo Municipal de Los Ángeles en temas pertinentes a la creación de zonas, la contaminación y las tarifas del agua.

El BHNC representa a casi 90,000 residentes que viven en un área geográfica de 6.52 millas cuadradas, el consejo vecinal más grande del sistema, según Kim.

Los miembros fundadores del consejo lo dividieron en cuatro áreas geográficas que deberían gestionar y mantener informada a la junta general sobre los asuntos locales. Pero hubo dificultades para encontrar miembros que asistieran regularmente a las reuniones del consejo. El tamaño de la junta se redujo en dos ocasiones, la primera vez de 54 a 35 miembros y la segunda vez, en septiembre de 2011, a 19 miembros, como intento de lograr un quórum.

El consejo “trabajaría muy bien si tuviera la gente adecuada para gestionarlo”, dijo Juan Romero, que se desempeñó como presidente de 2008 a 2010. Romero señaló que durante su mandato no hubo problemas para llegar al quórum, una aseveración cuestionada tanto por Kim, como por otros miembros de la junta.

“Mucha gente que llega al consejo siente un fuerte interés por sus problemas, pero no tiene una visión general de las cosas: las dificultades y los asuntos de la municipalidad”, señaló Romero, administrador de subvenciones de la municipalidad asignado al Centro de Tecnología de Boyle Heights.

Romero habló sobre sus aciertos como presidente del consejo, entre ellos la participación de will.i.am, famoso rapero y héroe del vecindario y la organización de un desfile de la comunidad celebrado en el año 2008 que costó menos que un evento semejante realizado el año anterior. Romero dijo que dejó el consejo para dedicarse a la gestión de un nuevo emprendimiento, el café Primera Taza ubicado en First Street.

Desde su retiro, según Romero, el consejo no ha sido capaz de reclutar a jóvenes profesionales debido a su falta de alcance en la comunidad. Márquez, que preside el comité de estatutos del consejo, coincidió en que a muchos miembros de la junta les faltaba la experiencia profesional necesaria para poder entender algunos de los temas, pero dijo que DONE también era responsable por el fracaso del consejo. DONE es responsable de capacitar a los miembros del consejo en cuestiones éticas y procedimientos parlamentarios.

DONE también sufrió la amenaza de ser disuelto en julio de 2010 y además, como la mayoría de las agencias municipales, se enfrentó recortes presupuestarios y reducciones importantes de personal. Una auditoría realizada en enero de 2010 señaló que las fallas experimentadas por DONE para gestionar los consejos del vecindario eran resultado de una desenfrenada serie de infracciones a las políticas de gastos en toda la ciudad. La auditoría citó específicamente infracciones por adelantos de dinero en efectivo y compras fragmentadas realizadas por el consejo de Boyle Heights en los años 2008 y 2009.

Pero las dificultades del consejo alcanzaron su punto crítico durante la reciente presidencia de José Aguilar, que renunció a su cargo el año pasado después de acusar a los miembros de la junta de estar más interesados en planificar eventos que en solucionar los asuntos más acuciantes de la comunidad. En la reunión del 30 de marzo de 2011, Aguilar informó a Eastern Group Publications que varios miembros de la junta estaban saboteando intencionalmente al consejo al optar por no asistir a las reuniones.

Aguilar no respondió las solicitudes enviadas por correo electrónico en busca de sus comentarios para este artículo.

Edward Padilla, que asumió el cargo de presidente en octubre, dijo que una de las primeras medidas del consejo bajo su presidencia fue volver a redactar los estatutos a fin de resolver el ausentismo crónico de los miembros de la junta. “Queremos asegurarnos de llegar al quórum y de que las personas tengan suficiente interés en mostrarse activas y asistir a las reuniones”, dijo en una entrevista.

“En cierto sentido”, dijo Padilla, el período de prueba “nos permitió fortalecer el consejo y hacer que los miembros de la junta demostraran suficiente interés en la comunidad para seguir participando, incluso durante los momentos difíciles”.

El Consejo Vecinal anima a los residentes y a los propietarios de negocios en Boyle Heights que se ofrezcan a desempeñar cargos de liderazgo y ocupar puestos vacantes en la junta. Hace poco tiempo el consejo actualizó su sitio en Internet y agregó un enlace para recibir solicitudes de admisión. Los miembros actuales de la junta son quienes eligen a los nuevos miembros.

Cómo sanear las diferencias en Boyle Heights

Padilla, residente de Boyle Heights y presidente de Casa 0101 Theater, señaló que una de sus metas era sanear las diferencias culturales, tecnológicas y lingüísticas entre los residentes de Boyle Heights.

“Hay una importante cantidad de residentes que no tienen acceso a una computadora, un teléfono inteligente u otra forma de recibir información de este tipo”, dijo. “Creo que la comunicación es algo de vital importancia. Tenemos que considerar la diversidad de la comunicación [necesaria para llegar a la comunidad], ya sea con respecto al lenguaje, la tecnología y las estrategias a usar”.

Hasta ahora no ha sido posible pagar por diferentes servicios, como el uso de un intérprete profesional de español durante las reuniones, ya que el consejo no estaba autorizado a gastar sus fondos durante el período a prueba.

Ahora, la junta de directors del BHNC tiene menos de tres meses para decidir cómo invertir los fondos del año fiscal 2011-12 que termina en junio.

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