Lo difícil de trabajar con personas difíciles

En nuestro lugar de trabajo podemos encontrar gran variedad de personalidades, pero no siempre son las más positivas.

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Crédito: Ciro César / La Opinión

Si tienes compañeros de oficina que parecen expertos en el arte del conflicto, te podrás sentir identificado por los personajes de Anne Hathaway en la cinta El Diablo se viste de Prada, o con Tom Cruise en la película Jerry Maguire, ya que en ambos filmes encontramos ambientes laborales en los que son inexistentes los equipos de trabajo, hay una ‘férrea competencia’ y además, la manipulación y esfuerzo que hacen los antagonistas por conseguir lo que desean cumple con una regla casi escrita en oro: “El fracaso del otro es mi éxito”, y aunque en el final de ambos protagonistas hacen uso de sus capacidades y superan el ambiente hostil que los rodea, en la vida fuera de la ficción no siempre es así.

Son muchas las situaciones que pueden generar estrés en el clima laboral como el tipo de trabajo, las condiciones en las que se desempeña, la cantidad de horas extras que se cubren, y por supuesto, las relaciones humanas que no siempre se entablan de tal modo que los proyectos y tareas se cumplan satisfactoriamente.

Si los subordinados o jefe mantienen una conducta en la que la constante sean las faltas de respeto, el mal humor, la resistencia a los cambios, así como los problemas con la autoridad, muy probablemente las dificultades que tendremos que resolver no sólo serán las que competen con la jornada diaria, también, con todo aquello que nos evite sucumbir ante las provocaciones que generan con su actitud.

María Magdalena Egozcué Romero autora del libro Primeros Auxilios Psicológicos, de Editorial Paidós explica que es común que hallemos personas que generen estrés en sus compañeros, por lo que será de gran ayuda para no afectar las relaciones laborales, aprender a identificarlos, así como a interactuar con ellos.

La especialista expone la tipología más frecuente:

1. El narcisista: Tiende a ser histérico, todo lo personaliza, se comporta como si el mundo girara alrededor de él, se alimenta del reconocimiento de los demás; puede sentirse herido a la menor provocación y no admite sus fallas.

2. El no dogmático. Es típicamente pasivo, evade las responsabilidades, suele sentirse víctima, se le dificulta tomar decisiones, es inhibido, autocompasivo y tiende a subestimar sus capacidades.

3. El agresivo: Demandante, ruidoso, despectivo y culpa a los demás de sus errores.

4. El pasivo-agresivo: Evade la comunicación directa y ataca por la espalda, es vengativo, hace que los demás se sientan culpables, tiende a manipular, poner a una persona en contra de otra y sabotea de forma indirecta los proyectos o trabajos de los demás.

¿Qué hacer?

Ante todo, evitar que la actitud se vuelva contagiosa, es decir, reproducir la conducta que percibimos como dañina con tal de impedir que nos afecte. La especialista comparte algunas recomendaciones para tratar a este tipo de personas y así sortear el conflicto y si es posible, convivir con ellas lo mejor posible. El primer consejo es premiar el buen comportamiento e ignorar el malo, el segundo es no intentar calmar a un sujeto agresivo ni tampoco tratarlo de igual manera, la clave es siempre tener claro que es la actitud de la otra persona la que es violenta y no la propia: “Intente que le diga la causa que lo perturba. Si no lo hace, infórmele que no está dispuesto a tolerar sus groserías; no estimule sus conductas inapropiadas mostrando preocupación, y continúe normalmente con sus actividades”.

Intentar aclarar la situación puede ser muy favorable, ya que con esto no permitimos que los problemas se acumulen o estanquen, y eso sí puede empeorar la situación. Finalmente, la autora explica que negociar y establecer acuerdos que favorezcan a ambas partes puede ser una situación que mejore el clima laboral.

Esa frase que dicta “cómo será el trabajo que hasta te pagan por él” es sólo una equivocada idea de la forma en la que se debe abordar, nadie nos ha dicho que las relaciones humanas sean un tema sencillo o fácil de manejar en cualquier esfera, sin embargo, si evitamos ser presa de las malas actitudes y conductas de los otros, podremos aprovechar los propios talentos y capacidades para resolver y cumplir todo aquello que nos han confiado.

“Conocerte a ti mismo, esculpe tu carácter”.

Bojorge@teleton.org.mx

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