Pilotos enfrentaron una difícil decisión

Volando a 275 kilómetros (170 millas) por hora, en un jet de guerra con miles de kilogramos de combustible volátil, dos pilotos navales no tenían alternativas satisfactorias cuando el aparato falló sobre la ciudad más poblada de Virginia.

Restos del área residencial donde impactó la nave. Milagrosamente nadie murió a raíz del impacto y el fuego provocado por la nave.

Restos del área residencial donde impactó la nave. Milagrosamente nadie murió a raíz del impacto y el fuego provocado por la nave. Crédito: AP

VIRGINIA BEACH. – Volando a 275 kilómetros (170 millas) por hora, en un jet de guerra con miles de kilogramos de combustible volátil, dos pilotos navales no tenían alternativas satisfactorias cuando el aparato falló sobre la ciudad más poblada de Virginia.

“Una falla catastrófica del motor después del despegue, que es siempre la fase más crítica de vuelo, deja muy, muy pocas opciones”, explicó el experto en seguridad aérea y piloto condecorado J.F. Joseph. “Literalmente uno se queda sin altitud, velocidad e ideas a la vez”.

Sin embargo, de algún modo el estudiante y su instructor y todos en tierra sobrevivieron el viernes cuando los dos eyectaron de su nave F/A-18D jet momentos antes de que el avión se estrellara en el patio de un edificio de departamentos en medio de una bola de fuego. Los pilotos y cinco personas en tierra resultaron lesionados, pero todos ya fueron dados de alta.

Los departamentos fueron revisados minuciosamente y se había dado razón de todos los residentes el sábado temprano, dijo el mismo día el capitán del departamento de bomberos Tim Riley.

En una conferencia de prensa, el almirante John Harvey, comandante de la flota, manifestó sorpresa el sábado de que nadie hubiera muerto.

Los investigadores recogerán los restos del avión para examinarlos, como también los grabadores de vuelo, agregó. La investigación podría demorar semanas.

Los dos ocupantes del avión eran de la estación Oceana de aviación naval, a 16 kilómetros de distancia. Lograron escapar a salvo del avión, que pesa hasta casi 23 mil kilogramos (50 mil libras) cuando tiene todo su combustible y armas, antes de que se abatiera a tierra donde demolió secciones de algunos edificios e incendió otros. Unos 40 departamentos resultaron destruidos o dañados.

El jet con asientos para dos soltó mucho combustible antes de estrellarse, aunque no estaba claro si fue debido a una falla o a una maniobra intencional de los pilotos, dijo el capitán Mark Weisberger, del comando de la flota.

El jefe de la división de Servicios Médicos de Emergencia de Virginia Beach, Bruce Nedelka, dijo que testigos vieron que el jet despedía combustible antes de estrellarse.

El hecho de que el avión no tuviese tanto combustible a bordo “mitigó lo que pudo haber sido una enorme bola de fuego e incendios”, dijo Nedelka.

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