‘Zetas’ unen fuerzas con las ‘maras salvatruchas’

Inteligencia guatemalteca: Zetas reclutan a Maras Salvatruchas

Miembros de la Mara Salvatrucha muestran sus cuerpos tatuados que hablan de su lealtad con la organización.

Miembros de la Mara Salvatrucha muestran sus cuerpos tatuados que hablan de su lealtad con la organización. Crédito: AP

GUATEMALA, Guatemala.- Durante años la pandilla Mara Salvatrucha ha controlado las redes criminales en las ciudades del país y son responsables de buena parte de las extorsiones, secuestros, asaltos y asesinatos ocurridos.

Pero ahora las autoridades guatemaltecas dicen que el grupo de narcotraficantes mexicanos Los Zetas, que controlan zonas rurales de algunas provincias guatemaltecas, están reclutando a pandilleros de la Mara Salvatrucha para entrenarlos en campos paramilitares.

Los Zetas quieren que las “maras” generen caos en ciudad de Guatemala, capital del país, para que distraigan las acciones y recursos de las autoridades y así aseguren el control de corredores terrestres rurales usados para el trasiego de estupefacientes con el apoyo de la inteligencia provista por una sofisticada estructura criminal local, dijeron autoridades guatemaltecas a The Associated Press.

Los “mareros”, por su parte, pueden mejorar sus operaciones delictivas y ganar más dinero con acceso a entrenamiento militar, armas de largo alcance y drogas para la venta o el consumo propio, dicen las autoridades.

“En esta unión con Los Zetas, (la) Mara Salvatrucha tiene más capacidad de articulación, estrategia y más capacidad de maniobra”, dijo Estuardo Velasco, jefe coordinador de las fuerzas de tarea del Ministerio de Gobernación.

“Según fuentes de inteligencia policial, ‘Los Zetas’ buscan reclutar a cinco mil colaboradores. La estrategia es que la Mara Salvatrucha concentre el caos en la metrópolis para que queden libre los corredores de droga en el interior del país”.

Los corredores a los que se refiere Velasco se encuentran entre las regiones de Izábal y Zacapa, que conducen hacia la costa Caribe, y entre Coban y Petén, del centro hacia el norte de Guatemala, y que las autoridades esperan intervenir a través de grupos especiales divididos por delitos: homicidios y sicariato, extorsiones, robo de vehículos, feminicidios, secuestros y narcotráfico, según anunció el ministro de Gobernación Mauricio López Bonilla en enero pasado.

La presencia de los carteles mexicanos en Guatemala, en particular Los Zetas, llevó al Gobierno de Alvaro Colom a imponer estados de sitio en las provincias de Petén, en mayo de 2011, y en Altaverapaz en diciembre de 2010.

El ministro López Bonilla dice que además de Los Zetas hay más grupos delictivos en territorio centroamericano. “Son como 22 grupos en diferentes áreas”, dijo. “El más importante y peligroso es el de ‘Los Zetas’ porque al no sólo dedicarse a la narcoactividad, toman el control de la estructura criminal y se adueñan por completo de todo tipo de actividades”.

“Ellos saben que el beneficio económico es grande y que Los Zetas, al ser un grupo extranjero, necesita de sus redes para aumentar su nivel operativo en Guatemala”, dijo Velasco que coordina los operativos policiales contra los grupos criminales del país.

La información de la alianza entre “maras” y “zetas” provino después del arresto de 50 personas vinculadas a la masacre ocurrida en una finca ganadera de Petén, el pasado 14 de mayo que dejó 27 muertos, 25 de ellos decapitados, según dijo un alto funcionario del Ministerio Público, cuya identidad reservamos por razones de seguridad.

Esas evidencias materiales incluyen “escuchas de conversaciones entre los jefes más importantes de la Mara Salvatrucha y Los Zetas en la cárcel donde hablan de pactos”, dijo este funcionario. Los Zetas buscan integrar a la Mara Salvatrucha “por completo y les están brindando entrenamiento militar y adoctrinamiento político en campos mexicanos”.

Otras operaciones de inteligencia guatemalteca también han confirmado la nueva estrategia de Los Zetas. Con el desmantelamiento de una banda de secuestradores y sicariato, las autoridades se enteraron de quien fue el que reclutó a “18 hombres para Los Zetas dándoles cinco mil quetzales (640 dólares), cada uno, con la intención de mandarle seis más”, dijo Velasco.

Las autoridades guatemaltecas dicen que hay campos de entrenamiento de Los Zetas en los estados mexicanos de Veracruz, Sonora, Chiapas y San Luis Potosí.

A la fecha, las autoridades mexicanas no han reportado que Los Zetas hayan reclutado o entrenado a “maras” en territorio mexicano. Lo que si han dicho es que Los Zetas han tratado de reclutar forzosamente a inmigrantes centroamericanos en tránsito por México. La negativa a ser parte de ese cartel provocó, según las mismas autoridades, la masacre de 72 migrantes en agosto de 2010.

Entre 2010 y 2011, la Policía y la Armada mexicana desmantelaron campamentos de entrenamiento donde se encontraban miembros de Los Zetas en ranchos del estado de Nuevo León. En el lugar también se encontraron rifles, chalecos antibalas, granadas y uniformes militares falsos. En uno de los operativos detuvieron a seis menores de edad.

Velasco resaltó que pese a los vínculos estrechos que unen a los pandilleros de la Mara Salvatrucha, el adoctrinamiento ideológico consiste en convencerlos de que al ser parte de Los Zetas pueden controlar todas las actividades criminales.

“Obviamente ellos son leales a sus líderes pandilleros y tienen que adoptar el mismo mecanismo Zeta de la misma forma que Los Zetas tienen que asegurar el trabajo de sus nuevos reclutas”, dijo Velasco.

Al pasar a una segunda fase, integrando a la Mara Salvatrucha, el grupo de Los Zetas están generando un cambio dentro de la estructura familiar de las pandillas que arribaron en la década de 1990 cuando Estados Unidos aceleró las deportaciones de delincuentes.

Las “Maras” trajeron a Guatemala, El Salvador y Honduras sus hábitos brutales, lo que resultó en una creciente violencia en países donde había escasa presencia policial, impunidad y un sistema de prisiones inadecuado.

“Ha incrementado aún más la brutalidad en los últimos ataques de Mara Salvatrucha contra otras pandillas como aquel a finales de enero en Villanueva [donde cinco personas murieron abatidas a tiros en una discoteca suburbana]”, dijo Velasco. “Allí había una reunión de ‘maras’ rivales. Entraron con fusiles para contraatacar a los que no se quieran alinear y esto solo ha pasado después del vinculo con Zetas”.

Agregó que producto de su entrenamiento, “la marca Zeta se ve en secuestros por ‘maras’ donde empiezan a cortar dedos y matar a choferes” y la incautación de “fusiles AR-15, M-16, AK-47, al igual que granadas de fragmentación de uso militar”.

Miguel Angel Gálvez, juez de narcoactividad y delitos contra el ambiente del juzgado primero de primera instancia penal, asegura que los nexos son cada vez más evidentes en los casos que están procesando.

“Los Zetas ven a un grupo como las ‘Maras’ y agarran el control por completo”, dijo Gálvez. “[Cuando son capturados] llevan siempre una libreta donde tienen anotados a todas las personas que ellos les pagan y que roles fungen empezando por alcaldes, jueces y llegando a los criminales locales”.

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