Marcela Bravo
“Mi trabajo es supervisar a los ofensores que tienen problemas de abuso de sustancias controladas, que han cumplido sus condenas y son reinsertados en la sociedad bajo probatoria”, explica Bravo, quien provee asesoramiento a estos ofensores, además de los servicios y tratamientos para combatir sus adicciones.
“De igual forma tengo que monitorear que lo impuesto por el juez sea cumplido a cabalidad. Por ejemplo: en caso de que sea un ofensor con problemas mentales y se le ha ordenado que asista a una institución para tratar su padecimiento, yo me encargo de suministrar el asesoramiento, y supervisar que cumpla con el tratamiento indicado”, afirma Bravo, quien también prepara y suministra reportes detallados a la corte de justicia, además de recomendaciones referentes a su supervisión.
“Con esto también ofrecemos protección a nuestra comunidad, porque en ocasiones, si estos ofensores no cumplen con las normas o tratamientos sugeridos, pueden reincidir y cometer otros delitos”, indica.
“He podido ayudar a tantas personas, y hacer una diferencia en sus vidas, y eso me llena de satisfacción”, dice y afirma que su posición es exigente, pero a su vez muy gratificante.
Bravo reconoce que los ofensores latinos tienen en la mayoría de casos el impedimento del idioma. “Trato de ayudar en todo lo posible a los latinos, porque veo que a muchos de ellos los limita la falta de inglés. Les aconsejo que tomen clases y los oriento sobre los lugares a los que pueden dirigirse”, recalca. De igual forma tiene la responsabilidad y la obligación de responder de inmediato con sanciones, en caso de que el individuo no cumpla con lo convenido por la Corte.
Sobre su tiempo libre cuenta: “Voy al gimnasio y practico boxeo, luego me relajo en la sala de vapor”.
La familia es lo más importante para ella. “Tengo los mejores padres del mundo, a ellos les debo todo lo que soy y tengo”, dice Bravo con respecto a sus progenitores y confiesa que se siente como la mujer más afortunada.
“Viendo el ejemplo de ellos es imposible fallar”, menciona Bravo sobre sus padres, quienes son ecuatorianos y son su mayor inspiración.
Bravo obtuvo su título en Justicia Criminal de la Universidad John Jay, al igual que una maestría con especialización en Administración Policial y Técnicas Investigación.