ACLU tiene sitio en español

La La Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU) inició la campaña Estamos Unidos y presentó su nueva página de internet, en español: Miaclu.org.

El paletero José Hernández sumó su firma a una carta dirigida a Obama.

El paletero José Hernández sumó su firma a una carta dirigida a Obama. Crédito: Francisco Barradas / El Mensajero

SAN FRANCISCO.— Fiona dice su apellido, porque no se esconde; pero pide que no se publique. Como sea, da la cara en eventos públicos.

Es biotecnóloga. Se graduó en 2009, en la Universidad de California, en Davis. Y ríe porque es domingo en la Misión; calle 24 esquina con esa venerable, antigua Mission.

Por una razón que no explica pero hace sonar irónica, como si platicara una anécdota cruel, Fiona es la única en su familia que no tiene documentos de estancia en los Estados Unidos; sus padres inmigraron de Filipinas.

Con una orden de deportación, frenada, aunque pendiente, Fiona vino a decir a la plazuela del BART que la gente debe permanecer unida, que nadie debe ser excluido, que juntos hay que mover el país hacia adelante.

Fiona es una “dreamer”, como se identifica a los activistas del Dream Act, un paquete legal que autorizaría la estancia de chicos como ella, llegados antes de los 15 años al país, con estudios terminados de preparatoria o superiores y que, según la estimación del Migration Policy Institute (MPI), serían unos 726,000 en este instante.

De aprobarse, el Dream Act podría beneficiar hasta 2.1 millones de personas (la mitad son niños aún) y serían latinos la inmensa mayoría de éstos, el 84%, según el MPI, en su análisis DREAM vs. Reality, de julio de 2010.

“Todos vivimos aquí. No sólo es un asunto de inmigración. Es una cuestión humana”, repite Fiona, quien fue invitada a hablar por la ACLU, que ese 22 de abril inició la campaña Estamos Unidos y presentó su nueva página de internet, en español: Miaclu.org.

“HB 56 es una cosa dañina”, dice Brandon.

Lo trajeron a los Estados Unidos cuando tenía un año y medio, ahora suma 13 años. Habla de la ruda ley de Alabama, la más estricta en contención de inmigrantes no documentados, alegadamente abusiva y racista.

En un video que se difunde en la página Miaclu.org, Brandon comenta: “Todas las personas de Clanton aman a sus niños (…) Ellos no quieren ser separados de sus niños”. En su pueblo, dice, los suyos viven con miedo; él quiere ir a la universidad.

“Podemos detener las leyes discriminatorias”, es la promesa de la ACLU. Hay que unirse, es la condición.

La Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU) es una organización que defiende las libertades civiles en los Estados Unidos.

En su página en español, puede consultarse sobre procesos legales, acceso a salud, libertad de protesta, respeto por creencias, derechos de los homosexuales, entre otras cuestiones.

En California, todas las mujeres tienen derecho a cuidado prenatal, acceso a anticonceptivos, abortos, cuidado médico confidencial, por ejemplo. En la página hay información útil sobre cómo obtenerlos.

Pero hay que hacerse oír, porque también se tiene ese derecho. Daisy Vieira, quien ese 22 de abril se disponía a recorrer 3,000 kilómetros, en una gira de arranque de Estamos Unidos, exhortaba a eso.

Vieira trabaja para ACLU, es de origen mexicano. “Que la gente use su voz y diga basta con esas leyes (antiinmigrantes); basta a la discriminación”, alentó.

ACLU promueve estos días la firma de una carta dirigida al presidente Barack Obama. Respalda su oposición a la ley SB 1070, de Arizona; pero también le pide detener programas federales, que como ciertas políticas estatales, “pisotean los derechos básicos de todos”.

José Hernández, paletero por estos días, anteriormente trabajó en un taller de pintura, firmó la carta a Obama. De Tampico, Tamaulipas, México, dijo que ha vivido 15 años en los Estados Unidos y juró que hasta ahora “nadie lo ha molestado”.

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