“El último hombre espectáculo”

Benny Duarte asistirá al desfile de Carnaval, no en cuerpo; pero poderoso en espíritu

Benny Duarte, en su energético despliegue de ritmo.

Benny Duarte, en su energético despliegue de ritmo. Crédito: Suministrada Latin Dance Groove.

San Francisco.- El primer recuerdo que Paula D’Oyen compartió sobre el recién fallecido Benny Duarte es que tenía un cuerpo hermoso, y lo describió a detalle, a riesgo de sonar “pornográfica”.

Lo conoció a principios de los años noventa. En la esquina de las calles Mission y 24 estaba el estudio de danza Third Wave —el espacio permanece, aunque hoy se llama Dance Mission Theater—. Allí, Duarte enseñaba samba.

“Él podía hacer de todo”, aclaró D’Oyen. Bailaba; tocaba, lo mismo surdo, el tambor más grave de la batería de samba, que pandero.

“Fue el último hombre espectáculo”, lo definió Regina Califa Calloway. “Era un maestro en teatralidad”, agregó, algo que también podría decirse de ella.

“Tenía mucha gracia. Y era excelente para enseñar”, continuó Califa, quien este año participará en el Carnaval de San Francisco con el contigente de Latin Dance Grooves.

Ambas, D’Oyen y Califa afirmaron que Duarte acuñó junto con Carlos Aceituno el nombre de Fogo Na Roupa (Fuego en la ropa). Fogo, del cual Califa fue bailarina, coreógrafa y directora artística, es una de las compañías de danza y música brasileña más importantes en el Área de la Bahía y su comparsa —que este año integrará alrededor de 150 personas— una de las más impactantes en el desfile de Carnaval.

Tres millas de samba

El de San Francisco es uno de los diez carnavales más grandes del mundo. Es considerada la fiesta multicultural más numerosa de la costa Oeste de los Estados Unidos. Son miles los que bailan cada año; para descollar entre tantos, se entenderá, se requiere algo más que gracia y fuerza.

“Prepárense a bailar por tres millas”, es la recomendación que escuchan las bailarinas de Fogo Na Roupa. La distancia lineal que recorre el desfile no es tan larga —es una milla y 208 yardas, o 1.8 kilómetros— ; pero hay que sumar los movimientos transversales de los bailarines. En sí, toma dos horas en promedio a cada contingente completar la ruta de Carnaval. Imagine qué esfuerzo demanda hacerlo a ritmo de samba —o cualquier otro ritmo—, de manera coordinada con decenas más de bailarines.

Eva Martínez, integrante de la comparsa de Latin Dance Groove e imparable adolescente a sus 60 años, tomó clases con Duarte, también en la década de los noventa. Describió: “¡(Él) tenía muchísima energía! Creo que yo salía gateando tras la clase”.

“Energía y precisión”, completó Regina Califa. Y agregó: “Cuando gente como él o José Lorenzo (otro mítico bailarín y maestro del carnaval sanfranciscano) golpeaban el piso, ¡tú sabías que iban a incendiarlo!”.

Homenajes

“Amaba el futbol, su religión (candomblé) y el baile. Era, pues, lo que podías esperar, o imaginar, de un brasileño”, comentó Laura Yanow, otra integrante de Latin Dance Groove.

“Fue alguien que estuvo entre las primeras oleadas de practicantes de samba en el Área de la Bahía”, dijo Jessy Adams, otro bailarín prodigioso de épocas pasadas, quien se describió como parte de esa “gran familia” que nutre el Carnaval cada año en San Francisco.

Gustavo Lins Ribero, un prominente antropólogo brasileño, director del Instituo de Ciencias Sociales de la Universidad de Brasilia, publicó el año 2000 en la Revista colombiana de antropología un artículo intitulado: “Lo que hace al Brasil, Brazil. Rituales identitarios en San Francisco”. Allí menciona a Duarte entre las celebridades que participaron en una conmemoración de la independencia brasileña, en 1992, en Union Square.

Para 1995, Duarte es mencionado en otro artículo de prensa como uno de los “grandes nombres” del Carnaval de San Francisco; otros eran Roberto Hernández y José Lorenzo.

En silla de ruedas, en la etapa final de su vida —Duarte murió repentinamente el pasado 6 de abril—, hay quien lo contempló asistiendo a ensayos de Carnaval aún en esa condición.

El 11 de mayo, en la recepción para el Carnaval que cada año se celebra en la alcaldía, se entregó un reconocimiento a la esposa de Duarte, Laurie Kottmeyer, y la hija de ambos, Bianca Duarte.

Latino Dance Groove tenía planeado homenajear a Duarte y otros maestros este año. La idea era que él, Jessy Adams, Blanche Brown y Carlos Aldama viajaran en la carroza festiva del grupo, en la que además se recordará a Carlos Aceituno, Johnette Coleman y Ana Celest.

“Fue devastador enterarnos de su muerte. Iba a estar con nosotros”, dijo D’Oyen.

Elizabeth Soberanes, reina del Carnaval en 2001, y una de las directoras artísticas y coreógrafas de Latino Dance Groove, dijo que aun cuando Benny Duarte no estará presente en cuerpo, su espíritu acompañará al grupo.

Por los testimonios de quienes lo conocieron, la conclusión es que ese espíritu también es hermoso.

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