Madre trata de encontrar a hija plagiada

Madre mexicana acude a los candidatos para que la ayuden a encontrar a su hija

Margarita López lo ha intentado todo, hasta entrevistarse con la candidata del PAN, para encontrar a  su hija Yahaira Bueno, de 19 años.

Margarita López lo ha intentado todo, hasta entrevistarse con la candidata del PAN, para encontrar a su hija Yahaira Bueno, de 19 años. Crédito: Gardenia Mendoza / La Opinión

MÉXICO, D.F.- Margarita López está en la antesala de una entrevista con la candidata presidencial Josefina Vázquez Mota como una carta más en su apuesta por encontrar a su hija Yahaira Bueno, de 19 años, secuestrada el 13 de abril de 2011.

Ya no es la mujer que se tiñó el cabello de rubio y subió el dobladillo al vestido para hacerse contratar en un prostíbulo del centro de la capital de Oaxaca porque creyó que el comando armado se había llevado a su niña a una casa de citas, sino una señora elegante de traje sastre azul como lo requiere la ocasión.

Está acostumbrada al camuflaje de detective improvisada y su objetivo es claro: “Creo que mi a mi hija la sacaron del país y necesito más contactos como la candidata”, dice con una expresión de tristeza porque hay “miles” en su caso pero ella tiene suerte de que la escuchen.

Estuvo en el encuentro de los aspirantes presidenciales del pasado lunes con víctima de la violencia del Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad con los aspirantes presidenciales y entre llantos pidió a la candidata del Partido Acción Nacioal (PAN) ayuda “como mujer y madre”.

Ayer seguía con los ojos humedecidos en espera del encuentro después de un año de hacer sus propias investigaciones, de que contratara espías y se gastara el dinero de su negocio como constructora en Michoacán, su tierra.

“Sé que el crimen organizado lleva a las mujeres del sur al norte y a las del norte al sur o las saca del país”.

Hace unos meses, agentes del ministerio público oaxaqueño le entregaron un cuerpo y dijeron que era su hija. Aunque estaba deforme por la descomposición ella supo que no era Yahaira: la dentadura de ésta era recta y los dientes del cadáver estaban encimados, unos más largos que otros.

– No es ella- les dijo, pero los agentes no aceptaron: habían hecho pruebas de ADN y era positivo.

Margarita contrató sus propios servicios médicos para hacer la misma prueba, sobornó a los forenses para que pudieran tomar muestras y finalmente concluyó que no era su muchacha desaparecida en el municipio de Tlacolula, a donde se mudó al desposar a un militar del servicio de investigación.

Éste se encontraba fuera de casa cuando los hombres armados entraron por su mujer a quien no puede buscar porque la disciplina del Ejército se lo impide; su suegra no sabe nada de él desde que en agosto pasado ella se unió al Movimiento por la Paz.

“No quiero afectar su trabajo; tampoco la vida del resto de mi familia: mi esposo sigue trabajando y mis hijos de 21, 23 y 25 me esperan, la que corre el riesgo soy yo y la que un día tal vez no va a regresar soy yo”, cuenta la madre de la familia López que hoy cuenta con intermitentes guardias de seguridad.

En medio de sus indagatorios personales, Margarita llegó hasta un burdel donde tenían retenidas a 100 jóvenes para trabajo sexual forzado. Avisó al destacamento del Ejército en Oaxaca, pero no acudió hasta seis meses después, cuando su caso llegó a oídas de la procuradora de Justicia Federal, Maricela Morales. Ya no estaban.

Al principio de la búsqueda denunciaba a los implicados –con antecedentes penales hasta por 10 delitos- pero los dejaban libres en cuanto daban la declaración ministerial.

“Ahora estoy cerca de que declaren sobre posibles paraderos: voy a encontrar a mi hija, viva, y voy a demostrar lo que se puede hacer con fuerza de voluntad”.

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