Cine y teatro, de luto

Murió Marvin Hamlisch, compositor de 'A Chorus Line'

Barbra Streisand colaboró con Marvin Hamlisch en numerosas ocasiones.

Barbra Streisand colaboró con Marvin Hamlisch en numerosas ocasiones. Crédito: AP

Marvin Hamlisch, quien compuso o arregló las partituras de decenas de películas que incluyen The Sting y el éxito de Broadway A Chorus Line, falleció en Los Ángeles. Tenía 68 años.

El músico murió el lunes tras una breve enfermedad, dijo su publicista Ken Sunshine citando a la familia, sin revelar más detalles.

A lo largo de su carrera Hamlisch compuso, dirigió y arregló música desde Broadway hasta Hollywood, desde sinfonías hasta éxitos de R&B, y obtuvo los más grandes reconocimientos de la industria: tres Oscar, cuatro Emmy, cuatro Grammy, un Tony y tres Globos de Oro.

La música del una vez niño prodigio coloreó algunos de los trabajos más importantes de Hollywood y Broadway.

Hamlisch creó las partituras de más de 40 películas, incluyendo Sophie’s Choice, Take the Money and Run o Frankie and Johnny.

Ganó su tercer Oscar por su adaptación de la música de Scott Joplin para The Sting. Su último trabajo fue para The Informant, de Steven Soderbergh con Matt Damon.

En Broadway, Hamlisch recibió tanto un Tony como el Premio Pulitzer en 1976 por A Chorus Line y escribió la música para The Goodbye Girl y Sweet Smell of Success. Tenía previsto viajar a Nashville, Tenesí, esta semana para ver una producción de su exitoso musical The Nutty Professor, dijo Sunshine.

Hamlisch incluso destacó en el mundo pop escribiendo el éxito de R&B Break It to Me Gently, con Carole Bayer Sager para Aretha Franklin. En 1974 ganó los premios Grammy al mejor artista nuevo y canción del año, mientras que Barbra Streisand interpretó The Way We Were.

“Él era clásico y único”, dijo Franklin ayer tras conocer su deceso, calificándolo uno de los mejores arreglistas y productores de todos los tiempos. “¿Quién podría olvidar The Way We Were?”.

El interés de Hamlisch por la música comenzó a temprana edad. A los siete años entró a la Escuela de Música Juilliard, impresionando al comité de admisiones con sus interpretaciones de Goodnight Irene en cualquier tono que le pedían.

En su autobiografía, The Way I Was, Hamlisch reconoció que vivió con el temor de no cumplir las expectativas de su padre. “Cuando Gershwin tenía tu edad, ya estaba muerto”, le diría el músico vienés a su hijo. “Y ya había escrito un concierto. ¿Dónde está tu concierto, Marvin?”.

En su adolescencia, dejó los recitales de piano para componer canciones. Los espectáculos musicales le producían una especial fascinación.

El primer trabajo importante de Hamlisch en el teatro fue como pianista de ensayos para la producción de Broadway de Funny Girl con Streisand en 1964. Se graduó a otros shows como Fade Out-Fade In, Golden Rainbow y Henry, Sweet Henry, y otros trabajos como arreglista musical de danza y voz.

“Quizás soy demasiado anticuado”, dijo en 1986. “Pero recuerdo la belleza y emoción de ser conmovido por un musical de Broadway, particularmente con el final de los espectáculos. El final de West Side Story, con el público llorando desconsolado. Los últimos acordes de My Fair Lady. Maravilloso”.

Aunque era uno de los estudiantes más jóvenes que hayan pasado por Juilliard, nunca estudió dirección. “Recuerdo que alguien me dijo: ‘Trabaja mientras aprendes'”, dijo en 1996.

The Way We Were ejemplificó el atractivo anticuado de Hamlisch: una balada grande y sentimental que tuvo gran éxito en una era dominada por el rock.

Quizás fue más conocido por su trabajo adaptando a Joplin en The Sting.

A mediados de los 70, parecía que todo el que tenía un piano tenía la partitura de The Entertainer, la canción central de la película.

Hamlisch fue director principal de clásicos populares para las orquestas sinfónicas en Pittsburgh, Milwaukee, Dallas, Pasadena, Seattle y San Diego justo hasta el momento de su muerte.

Tenía previsto dirigir la Filarmónica de Nueva York durante su próximo concierto de la Víspera de Año Nuevo.

También estaba trabajando en un nuevo musical, Gotta Dance, y planeaba musicalizar una nueva película en Liberace, Behind the Candelabra.

Hamlisch deja un legado en el cine y la música que trasciende las notas en papel.

Tan ilustrativas como las escenas que acompañaban en la pantalla, sus composiciones ayudaron a definir algunos de los trabajos más emblemáticos de Hollywood.

Le sobrevive su esposa por 25 años, Terre.

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