Opinión: Algo no anda bien en “Mira quién baila” (videos)

Si el público votó para que se quedara en la competencia Fernando Arau, ¿por qué tras su “falla en el polígrafo” ahora hay que volver a votar para decidir si se queda o se va?

Fernando Arau ha contado con el respaldo del 60% de los televidentes.

Fernando Arau ha contado con el respaldo del 60% de los televidentes. Crédito: Univision

Los seres humanos, no importa a qué nos dediquemos, sufrimos del mismo mal: Nos falta tiempo para todo en la vida.

Entonces, si de pronto descubrimos que estamos perdiendo algunas de esas horas o minutos que “nos sobran” frente a un programa de televisión que no respeta nuestras decisiones, la lógica es buscar otra alternativa.

Y a eso podrían dedicarse los seguidores de la tercera emisión de “Mira quién baila” “MQB”, programa que Univisión transmite los domingos en la noche y cuyo origen dista mucho de lo que actualmente se aprecia en la pantalla televisiva.

Se supone que le meta del programa es divertir y educar a la teleaudiencia mostrando como un grupo de “estrellas” aprende a bailar con el fin de ganar dinero para donarlo a una causa benéfica.

Pero en esta tercera edición de “MQB” algo ha cambiado. Y es tan evidente que hasta los jueces parecen haber sustituido los consejos constructivos a los participantes y antes advertirles que “un bailarín no anda cantando el tema mientras ejecuta”, prefieren hacer comentarios como que parecían un “saco de papas”.

No sé si la estrategia sea en busca de audiencia o de qué, pero hasta la semana anterior, el foco del programa no eran los nuevos pasos, ni las coreografías super difíciles; la atención estaba centrada en la supuesta lucha entre Maripily y Alicia Machado. Ah, y codiciado bailarín Paul. Ese no se podía quedar fuera.

Sin embargo, la gota que como televidente me colmó la copa, fue lo ocurrido anoche con Fernando Arau. Si bien es cierto que el comunicador mexicano no baila y que al lado de Maxi Iglesias lo más que inspira es una jaqueca, la verdad absoluta es que el público decidió salvarlo.

Maxi Iglesias podrá ser tremendo bomboncito, pero no obtuvo los votos y punto.

Anoche todo sonaba más o menos normal hasta que Fernando “aceptó” ser sometido a una prueba de polígrafo la cual “reveló” que había mentido sobre una lesión en la rodilla con tal de no bailar por segunda vez en la gala pasada. Y la situación se tornó mucho “más creíble” cuando tras ser desmentido vilmente por la máquina, el comunicador dijo que estaba furioso porque “se ha puesto en juego mi integridad y la veracidad de lo que yo digo”.

¡Ni en “Cuna de Lobos” había tanta intriga!

Si Fernando Arau no quería atravesar por ese mal rato, era tan sencillo como que se negara a someterse a la prueba del polígrafo. Y punto.

Pero al final, “Mira quien baila” quedó convertido en “Mira quien miente” y nominaron a Fernando Arau nuevamente y solito. Esta semana, una vez más, el público tiene que decidir si se queda o si se va.

Si ese “show” era necesario para seguir haciendo que la gente vote y de esa forma generar dinero, eso es otro cantar. Entonces recuerden que un buen televidente agradece la sinceridad. Bien pudieron haber dicho desde el principio: “Necesitamos que nos vean, que voten y que le digan a otros que los hagan porque si no, no lograremos recaudar el dinero que necesitamos para ayudar a estas organizaciones”.

¿Por qué no hablarnos con la verdad?

No veo televisión para que me quieran ver la cara de tonta. Eso me pasa en la vida real, el tiempo que invierto en la tele es para divertirme, pero en serio.

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