Senado no sabe qué hacer con la apertura sindical
Nadie conoce a dónde van las cuotas y términos en que se negocian contratos
MÉXICO, D.F. El Senado mexicano hizo ayer a un lado los derechos de los trabajadores del país a elegir sus representantes de manera secreta, a saber a dónde van a parar sus cuotas sindicales y los términos en que se negocian sus contratos para avanzar en la discusión de una Reforma Laboral ensombrecida por la falta de transparencia sindical.
“Hay presión política a los legisladores para que permanezcan mecanismos de control y subordinación a los empleados a favor de empresarios, partidos y líderes sindicales”, dijo el analista y a abogado de temas laborales Arturo Alcalde Justiniani.
El esquema actual, explica, todos se llevan una tajada: los empresarios ganan porque así crean sindicatos falsos con contratos conocidos como de “protección patronal” y el Gobierno en turno se aprovecha para sacar ventaja en la administración pública a través de los líderes que hoy manejan los dineros sin rendir cuentas.
Los sindicalizados, en cambio, ni siquiera pueden conocer el contenido de los contratos colectivos y los reglamentos interiores del trabajo. “Si lo solicitan, se los niegan o los despiden”, detalla Alcalde. “En México no hay registros públicos de los contratos colectivos de trabajo”.
La iniciativa de Reforma Laboral enviada por el presidente Felipe Calderón el pasado 1 de septiembre incluyó una serie de artículos en busca de la transparencia sindical, pero una vez en la Cámara de Diputados, el Partido Revolucionario Institucional (PRI) desechó las clausulas por mayoría.
Desde la semana pasada, senadores del Partido Acción Nacional (PAN) y del Partido de la Revolución Democrática (PRD) demandaron incluir en el dictamen la transparencia sindical, pero finalmente ayer se excluyó de la minuta.
“Parece que hay una simulación de oponerse a la apertura con un pacto previo para que a cambio de sacrificar la apertura de los sindicatos se apruebe el modelo de outsourcing contratación temporal”, observó Gabino Jiménez, coordinador de la Campaña contra los Contratos Colectivos de Protección Patronal.
La contratación temporal es un esquema que se busca por primera vez en México. Contempla el pago por hora y un período de prueba o capacitación inicial con derecho a prestaciones y obligaciones iguales a los trabajadores de tiempo completo; sin embargo, ha sido muy criticado por la oposición de izquierda que considera que se perdería antigüedad laboral.
Aún con la discusión en el Senado, algunos líderes sindicales fueron reelectos en días pasados en medio de reproches por la falta de democratización de los gremios: sin voto secreto, la continuidad de un representante se garantiza con pago de favores o represalias, coinciden los analistas.
Entre los recién electos se encuentra la polémica Elba Esther Gordillo, del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), quien lleva en el cargo 24 años; y Carlos Romero Deschamps, de la paraestatal Petróleos Mexicanos con 17 años en el poder.
Algunos líderes han rebasado las tres décadas como sempiternos de las asociaciones de trabajadores. Gilberto Muñoz Mosqueda, del Sindicato de Trabajadores de la Industria Química Petroquímica, Similares y Conexos de la República Mexicana, por ejemplo, lleva 36 años al frente del gremio.