Soñador celebra Acción de Gracias
Carlos Martínez es uno de los beneficiarios del programa Dreamers, que impide que lo deporten por dos años.
Tucson, Arizona .- Carlos Martínez es un “soñador” con muchos sueños que en este Día de Acción de Gracias asegura tener muchas cosas que agradecer en su vida.
Martínez, de 30 años de edad, es uno de los cientos de miles de jóvenes traídos a Estados Unidos como inmigrantes indocumentados cuando eran niños, y a quienes les ampara una suspensión de deportaciones, por dos años, decretada por el presidente Barack Obama.
Los “soñadores” son jóvenes que se han movilizado para obtener leyes que les permitan vivir legalmente, estudiar y trabajar en el país donde se han criado y al que muchos de ellos sirven en las Fuerzas Armadas.
Con una amplia sonrisa Martínez muestra orgulloso su permiso de trabajo y su número de Seguro Social que le fueron otorgados tras ser aprobado para el programa de acción diferida, para jóvenes estudiantes indocumentados.
Su vida dio un giro de 180 grados el pasado 14 de septiembre cuando recibió un correo electrónico del Servicio de Inmigración indicándole que había un cambio en el estatus de su solicitud.
“Eran las 4 de la mañana pero no me importó. De inmediato me conecte a la computadora y vi que mi tarjeta estaba siendo procesada”, dijo Martínez a EFE. “Fui a ver a mi mamá de inmediato y cuando se lo dije comenzamos a llorar juntos”.
Martínez asegura que el año pasado en estas mismas fechas su vida era muy sombría e inclusive reconoce que llegó un momento en que pensó en el suicidio ya que asegura tenía en ese entonces frente a el “una pared” que no lo dejaba seguir con sus sueños y hacia sus metas personales.
Graduado con honores de la escuela secundaria en la ciudad de Tucson y con muchos sacrificios, Martínez se graduó de la Universidad de Arizona (UA) en el 2003 de ingeniero, pero debido a su estatus migratorio lo único en lo que pudo obtener un empleo fue en el área de la construcción.
Después obtuvo una nueva oportunidad para seguir sus estudios, obteniendo una maestría en sistemas de ingeniería en el 2005 en la misma universidad.
Pero nuevamente la falta de un número de seguro social lo llevo a seguir trabajando en la construcción.
“La experiencia más triste es que tuve que ir a trabajar en la demolición de una pared en el gimnasio de la misma universidad donde yo me gradué y obtuve una maestría”, relato él.
Mientras que algunos de sus compañeros obtenían trabajos en grandes compañías, Martínez debió de seguir en labores desde cavar zanjas a colocar paredes ganando siete dólares la hora.
“La acción diferida cambio mi vida, no tengo palabras para explicarlo”, aseguró Martínez quien fue uno de los primeros 29 soñadores en ser aprobados en Arizona para este programa.
De inmediato, comenzó a llenar aplicaciones en compañías como IBM y Google entre muchas otras.
A pesar de estos cambios en su vida, Martínez sigue enfrentando dificultades, ya que debido a una orden ejecutiva que firmó la Gobernadora de Arizona, Jan Brewer todos los “soñadores” que obtengan la acción diferida no son elegibles para obtener una licencia de conducir o una identificación oficial en este estado.
“Creo que seré el primer ingeniero que irá a su trabajo en camión o en bicicleta”, dijo Martínez entre bromas.
A pesar de los obstáculos, Martínez dice estar muy agradecido, sentimiento que comparte su madre Silvia Valdenegro.
“Mi hijo tiene muchas metas y es una gran alegría ver que ahora tiene las posibilidades para lograrlo”, dijo Valdenegro a Efe.
Como muestra de su entusiasmo y deseos de superación, Martínez dijo que solicitó esta semana su retorno a la UA y esta vez hacer un doctorado en sistemas de computación.
“Creo que “doctor” Martínez se escucha muy bien”, dijo el joven.
También planea hacer pruebas para ver si es aceptado en el equipo de beisbol de la UA.
“Siempre quise ser beisbolista profesional y es algo que me gustaría intentar”, dijo Martínez, quien no descarta en el futuro inclusive trabajar para agencias gubernamentales como la CIA.