Hispanos acuden a despedir víctimas de Newtown (Fotos)

Muchos padres llegaron al pueblo para honrar la memoria de los 20 niños y seis adultos asesinados en una escuela

Las autoridades de Newtown crearon dos memoriales, donde la gente ha llevado  cientos de flores, velas, juguetes y mensaje.

Las autoridades de Newtown crearon dos memoriales, donde la gente ha llevado cientos de flores, velas, juguetes y mensaje. Crédito: AP

Nueva York – Miles de personas, entre ellas docenas de hispanos, llegaron este lunes a la comunidad de Newtown a rendir un tributo y despedir a su manera a los 20 niños víctimas mortales del tiroteo ocurrido el viernes pasado.

“Tengo un niño de la misma edad, y no sé cómo habría reaccionado si algo como esto le hubiera pasado a él. Todo esto es muy triste y muy desagradable. Por eso vengo a dejarles flores y velitas a los niños que ya han subido al cielo”, dijo Lourdes Macancela.

Con lágrimas y la voz entrecortada, Macancela indicó que recogió a su hijo de seis años antes de su horario de salida normal, porque “todos estamos muy nerviosos”.

Originaria del estado de México, la inmigrante vino a Newtown desde la comunidad de Danbury, a unos 16 kilómetros, acompañada de su hijo y su esposo.

“Les explicamos al niño que a veces las personas, especialmente la juventud, no ponen atención a los padres y cometen errores que cuestan la vida de muchos inocentes, pero la verdad no tengo palabras para explicar lo que pasó”, expresó Luis Macancela.

Igual que miles de personas de pueblos y comunidades aledañas, la familia Macancela se presentó este lunes en Newtown para rendir un homenaje a las víctimas, a tres días de la masacre ejecutada por Adam Lanza, de 20 años, que terminó la vida de 26 personas.

Este lunes fueron celebrados los funerales, cerrados para la prensa, de dos de las víctimas: Jack Pinto y Noah Pozner, ambos de seis años. En el curso de la semana, se llevarán a cabo los funerales de los otros 18 ni��os.

Nunca como desde el viernes pasado, la apacible comunidad de Newtown, de casi 30,000 habitantes, había recibido tantos visitantes ni tanta atención internacional. Probablemente nunca la volverá a recibir de la misma manera.

“El pueblo es de gente rica, principalmente. Muchos de los habitantes se mudan de la ciudad de Nueva York, a poco más de dos horas en automóvil, para encontrar más tranquilidad y mejores escuelas”, apuntó Simeon Lamour, inmigrante originario de Haití.

Lamour señaló que desde hace 23 años que llegó al estado de Connecticut, la zona se había transformado poco, conservando su tradicional atmósfera de pueblo de Nueva Inglaterra.

Recordó que nunca en su vida había visto tanto tránsito en las calles de Newtown, ni tantos periodistas.

Mientras tanto, el inmigrante de Ecuador, Lucas Curillo, su esposa y las tres hijas de ambos, viajaron desde la comunidad de New Haven para presentar sus respetos a los niños víctimas de la masacre para los que el pueblo ha montado dos diferentes memoriales.

Uno, donde cientos de flores, velas, juguetes y mensajes, como “que no te venza el mal, que el mal sea vencido por el bien”, han sido dispuestos en la intersección más transitada del pueblo de Newtown.

Otro memorial, compuesto por 20 árboles de Navidad, donde cada uno de los niños asesinados recibe regalos de personas llegadas de toda la costa Este de Estados Unidos, está situado a unas dos cuadras de la escuela elemental Sandy Hook, donde ocurrió la tragedia.

“Yo tengo tres hijos y yo sé el dolor que sienten los padres, y venimos para darle un sentido pésame y para mostrarles nuestro respeto. Los niños eran angelitos que no se merecieron morir así”, opinó Curillo.

Para él y para su esposa ha sido muy complicado tratar de explicar a sus hijos lo que sucedió, pese a las “cientos de preguntas” que han intentado contestar en referencia a un evento que ellos mismos califican como “inexplicable”.

La familia Curillo consideró que es “obvio” que la masacre debía iniciar de inmediato un debate sobre el control de las armas en Estados Unidos, un tema que hasta el momento no ha sido abordado ni por el presidente Barack Obama ni el Congreso.

Para las amigas Allison Maynard y Alison Reison, de las comunidades de New London y New Milford, respectivamente, el debate sobre el control de la armas en Estados Unidos no necesariamente tendría que ocurrir ahora a consecuencia de la masacre.

“Las armas no matan gente. La gente mata a la gente, y si el tirador no hubiera tenido armas, hubiera usado otro método”, contestó Maynard, que cree que nadie necesita un rifle de asalto como el que causó la masacre y es legal adquirir en Connecticut.

Para las amigas, que trajeron flores y muñecos de peluche para las víctimas, la masacre de Newtown debe iniciar otro debate, uno referente a la gente que tiene problemas psicológicos y que no está recibiendo la ayuda que necesita.

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