Concepto innovador

En algunas aulas, las lecciones son la tarea y la clase es para practicar

Mariah Arostigue (izq.) y Noah Reyes, estudiantes del grado 11, trabajan en sus ejercicios prácticos en su clase de precáculculo de la escuela secundaria   Segerstrom Fundamental de Santa Ana.

Mariah Arostigue (izq.) y Noah Reyes, estudiantes del grado 11, trabajan en sus ejercicios prácticos en su clase de precáculculo de la escuela secundaria Segerstrom Fundamental de Santa Ana. Crédito: AP

SANTA ANA.— Cuando Timmy Nguyen llega a su clase de precálculo, ya aprendió la lección del día: la vio en un corto video en línea prepararado por su maestra como tarea.

Así que, sin una lección que escuchar, él y sus compañeros en la secundaria Segerstrom Fundamental High utilizan el tiempo en clase practicando problemas en pequeños grupos, tomando pruebas, explicando conceptos a otros estudiantes, recitando fórmulas en coro en voz alta y haciendo sus propios videos mientras que la maestra Crystal Kirch anda de pupitre en pupitre ayudando a los estudiantes que la necesitan.

Es un método dependiente de la tecnología conocido en inglés como “flipped learning” o enseñanza volteada, porque voltea el conocido modelo de lección en el aula y ejercicios para tarea: aquí la lección es la tarea y el tiempo en la clase es para practicar.

“Fue difícil acostumbrarse” dijo Nguyen, que cursa el grado 11. “Yo decía, ‘por qué debo ver estos videos, es tonto’. Pero dejé de quejarme y aprendí el material mucho más rápido. Mis calificaciones subieron de una D a una A”.

El “método volteado” está, aparéntemente, siendo aceptado en escuelas a lo ancho de la nación, a la vez que maestros más jóvenes y con más habilidades técnicas llegan al aula. Aunque no tiene una cifra confiable de maestros “volteados”, la comunidad virtual Flipped Learning Network tiene ahora 10,000 miembros, más de los 2,500 que tenía hace un año, y los talleres de entrenamiento se están llevando a cabo en todo el país, según la directora ejectuvia Kari Afstrom.

Bajo ese modelo, los maestros hacen de ocho a diez minutos de sus lecciones utilizando sus computadoras “laptop”, en la mayoría de los casos simplemente filmando la pizarra a la vez que explican los conceptos. Los videos son subidos a una página web de la escuela, o incluso a YouTube, donde pueden ser accesados por estudiantes en sus computadoras caseras o hasta en sus mismos teléfonos, como tarea.

Para aquellos estudiantes sin acceso fácil a la internet, los maestros copian sus videos en DVD o archivos electrónicos Flash para que los puedan ver en sus computadoras.

El tiempo en el aula es entonces dedidcado a las aplicaciones prácticas de la lección, ejercicios creativos diseñados para invollucrar a los estudiantes y profundizar su conocimiento.

“Es una gran transformación”, dijo la maestra Kirch, que ha utilizado el método por dos años.

“Es un aula enfocado en los estudiantes en donde la responsabildad de aprender ha pasado de m í a mis estudiantes”.

El concepto tiene sus desventajas: algunos maestros dicen que los videos requieren tiempo de trabajo adicional y algunos detractores dicen que permite que los maestros abandonen su deber de instruír.

Otros además se preguntan si el “método volteado” funcionaría con estudiantes poco motivados.

En el salón de precálculo de Kirch, los estudiantes dicen que le gusta el concepto.

“No te quedas dormida en clase”, dijo Mónica Reséndiz, estudiante del grado 12. “Siempre estas trabajando.

Explicarle a adultos que la tarea es ver videos es un reto un poco más difícil.

“Mi abuela pensaba que lo estaba utilizando como una excusa para perder tiempo en el Internet”, dijo Nguyen.

En esta nota

Educación Santa Ana
Contenido Patrocinado
Enlaces patrocinados por Outbrain