Parejas piden reforma

Matrimonios del mismo sexo no pueden legalizar a sus conyugues

Pablo García Gamez (izq.) y Santiago Ortiz en su boda el 5 de mayo de 2011.

Pablo García Gamez (izq.) y Santiago Ortiz en su boda el 5 de mayo de 2011. Crédito: Suministrada

SACRAMENTO.— La propuesta de reforma migratoria del presidente Obama ayudaría a la legalización de miles de parejas binacionales del mismo sexo que por más de una década han luchado porque les permitan solicitar la residencia legal para sus parejas.

El presidente no lo dijo en su discurso en Las Vegas la semana pasada pero por escrito estableció que su propuesta de reforma “trata a las familias del mismo sexo como familias al darles a los ciudadanos estadounidenses y residente permanentes la capacidad para solicitar una visa con base en una relación permanente con su pareja del mismo sexo”.

Pero el entusiasmo de las parejas con el anuncio de Obama fue opacado con la omisión en la propuesta del Senado.

“Estamos muy desilusionados pero confiamos en el liderazgo del presidente Obama para que logre convencer a los senadores de incluirlas”, señaló Steve Ralls, portavoz de Igualdad Migratoria (Immigration Equality), una organización con sede en Nueva York que ha luchado por años porque las parejas binacionales del mismo sexo tengan los mismos derechos ante las leyes migratorias que las parejas heterosexuales.

Sin embargo, esa porción no será fácil de vender entre los legisladores, en especial entre los republicanos. En una entrevista con el portal Político, el senador republicano de Arizona John McCain dijo “si cargamos este plan con temas sociales, es la mejor forma de descarrilarlo”.

De acuerdo al censo de 2010, en el país hay 36,000 parejas binacionales del mismo sexo que se beneficiarían si la propuesta de reforma migratoria del presidente se hace ley.

Santiago Ortiz de ascendencia puertorriqueña pero nacido en Nueva York y su esposo Pablo García, un inmigrante indocumentado de Venezuela afirmaron que están “llenos de alegría y bien contentos con la tremenda puerta que nos ha abierto Obama”.

Llevan 20 años juntos y un año, ocho meses de casados. “Tan pronto nos casamos solicité la residencia legal para Pablo pero me la negaron”, cuenta Ortiz, de 57 años.

Dice que al principio de la relación no pensaba en el peligro que corría Pablo de ser deportado. “Era bastante egoísta. Yo estaba muy enfermo de VIH y lo único que me importaba era que me cuidara y me hiciera feliz. Pensaba que eventualmente podría regularizar su situación. Pero con el tiempo, empecé a tener miedo de que lo deportaran”, confía.

García, de 52 años, está terminando un doctorado en español en Nueva York donde viven. “En Nueva York no tengo tanto miedo pero si de salir a New Jersey o viajar porque en cualquier momento te pueden detener”, dice el venezolano que lleva 22 años sin ir a su país.

La primera vez que se introdujo en el Congreso un proyecto de ley para permitir a las parejas binacionales del mismo sexo solicitar la residencia legal de sus compañeros o compañeras fue en 2000 bajo el nombre Acta de Migración de los Compañeros Permanentes. El título actual es Acta de las Familias Estadounidenses Unidas.

En 2011, el Servicio de Ciudadanía y Migración (USCIS) dijo que procesarían las solicitudes de tarjetas de residencia legal de las parejas binacionales del mismo sexo apegados a la ley de Defensa del Matrimonio (DOMA) que sólo acepta el matrimonio entre un hombre y una mujer. Actualmente hay varios casos en la Corte Suprema de la Nación cuestionando tal definición.

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